Millones de historias de trata se fundieron con mi historia

Las historias de trata de personas se parecen, la mayoría inicia con una promesa y una mentira. Lo terrible es que solo el 2% sobrevive.

24 DE ENERO DE 2023 · 08:00

Rosi Orozco,Rosi Orozco, Hoja en blanco
Rosi Orozco

¡Hola! Soy Rosi Orozco, una mujer con un amor profundo por nuestro Señor Jesús y que diariamente busca avanzar contra la Trata de personas. Mi esposo Alejandro Orozco y yo fundamos la congregación cristiana Casa Sobre la Roca en México, en 1995. Soy una persona imperfecta pero que he encontrado en el amor de Jesucristo la forma de diariamente vivir siendo transformada y ayudar a otros a superar traumas terribles.

Hoy les contaré el motivo que impulsa mi lucha contra la trata de personas, no tengo duda que es la misión que Dios quiere cumpla en este mundo.

Empezaré diciendo que cada persona es importante para Dios, cada vida es única e irrepetible; sin embargo, las historias de trata de personas se parecen.

La mayoría inicia con una promesa y una mentira, personas casi siempre de contextos vulnerables, que son engañados mediante una propuesta de trabajo, de amor o de una mejor vida para después ser extraídos de su entorno y posteriormente explotados, 26% son niños y niñas.

La organización australiana Walk Free Foundation calcula que 45.8 millones de personas son esclavizadas en el planeta. Esto significa que en estos momentos hay 45.8 millones de historias que desconocemos.

Lo más triste y desgarrador es que la mayoría de estas historias no tendrá un final esperanzador, solo el 2% sobrevive, quizá es por eso por lo que una de mis tareas como hija de Dios es ayudar a rescatar el mayor número de víctimas y acercarlas a Cristo, para que en Él, encuentren una Hoja en Blanco donde puedan escribir una nueva historia.

Te cuento que en 2005 fui invitada por The Concerned Women for America, para recibir una serie de conferencias en Washington D.C. Fue ahí donde tuve mi primer acercamiento con este tema. Desde el primer día tuve la oportunidad de conocer la historia de Danguolė Rasalaitė, que inspiró la película Lilya 4-ever, del director Lukas Moodysson. Danguolė fue una joven originaria de Lituania víctima de trata con fines de explotación sexual.

En su testimonio cuenta que cuando logró escapar decidió acabar con su vida saltando de un puente en Suecia, país donde fue esclavizada. En ese tiempo tenía 16 años.

Su vida me impactó en el alma y corazón. Lloré los cinco días que duraron las conferencias. Después de la capacitación volví a la Ciudad de México decidida a ayudar en la reintegración de los y las sobrevivientes de este delito, pero no los encontré.

En ese momento en nuestro país no existía una ley que castigara la trata de personas de acuerdo con el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente de mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, conocida como Protocolo de Palermo y otras convenciones internacionales firmadas por México.

Tan es así que las autoridades no estaban capacitadas para identificar a una víctima y, por eso mismo, tampoco había operativos para rescatarlas. Si no había conciencia acerca del tema, mucho menos refugios.

En mi ser, Dios despertó tal amor por las víctimas que comencé a buscar el modo de aportar un granito de arena para ayudarlas.

Fue entonces que en 2007 creamos Fundación Camino a Casa, el primer refugio especializado en víctimas de trata en México.  Ese fue el comienzo de una labor incansable, donde la roca de nuestra lucha es Dios nuestro señor en todo momento y comprendimos que primero debíamos atender a menores de edad sobrevivientes de trata con fines de explotación sexual. Sin embargo, con el tiempo, nuestra lucha nos empujó a involucrarnos más y más.

En nuestra labor y en todo este tiempo que hemos trabajado con víctimas de trata, hemos entendido que para hacer posible la reintegración de estas personas, se necesita de leyes que proporcionen un marco jurídico que genere denuncias, operativos de rescate y después justicia.

Esto va de la mano de crear conciencia en la sociedad para no estigmatizar a las víctimas y solidarizarse con ellas.

Por ello, siempre con la reintegración de las víctimas como prioridad, hemos promovido la prevención del delito frente al público en general, incidiendo en la esfera pública y política para garantizar la redacción y aplicación de leyes adecuadas, capacitar y sensibilizar a autoridades de todos los niveles, e incluso desarrollar procesos de justicia restaurativa con tratantes condenados.

En 2009 fui electa Diputada Federal, tuve que dejar la Fundación Camino a Casa para entregarme a la labor legislativa y creamos por primera vez La Comisión Especial para La Lucha Vs Trata dentro de la Cámara de Diputados. Desde allí promoví la iniciativa para la Ley Antitrata votada por unanimidad en la LXI Legislatura.

A lo largo de casi dos décadas hemos trabajado para erradicar el delito de la trata de personas, no solo en México sino en el mundo. Creemos que nuestra experiencia puede ser de valor para todo aquel que, en cualquier lugar del planeta, quiera ayudar a las y los sobrevivientes de la esclavitud moderna.

En todo este tiempo hemos recopilado historias que nos comparten los y las supervivientes de trata que han recibido atención de Fundación Camino a Casa, Reintegra México, Reintegra USA, Atlas Free, Unlikely Heroes, Sin Trata, Alas Abiertas, Back Home, Red Binacional de Corazones y decenas de organizaciones que tienen amor por quienes sufrieron en esta forma moderna de esclavitud.

El primer modelo de reintegración, creado por Fundación Camino a Casa, es un proyecto a largo plazo financiado por la sociedad civil en México, que da cuenta de la asistencia para la reintegración de las víctimas del delito de trata de personas, coadyuvando de manera directa al cumplimiento del Artículo 6 numeral 3 del Protocolo de Palermo, que señala que “… cada Estado parte considerará la posibilidad de aplicar medidas destinadas a prever la recuperación física, sicológica y social de las víctimas de la trata de personas, incluso, cuando proceda, en cooperación con organizaciones no gubernamentales, otras organizaciones pertinentes y demás sectores de la sociedad civil”.

Hoy sabemos que, en todo el mundo, y en la mayoría de los refugios operados por gobiernos, las víctimas de trata son asistidas durante un periodo de tres a seis meses, máximo un año.

Con frecuencia son canalizadas a los mismos espacios que los sobrevivientes de otros delitos, lo que no permite una atención especializada y, en muchas ocasiones, provoca ambientes de estigmatización.

Hemos aprendido que las mujeres víctimas de trata con fines de explotación sexual, en muchas ocasiones se enfrentan a una doble y triple discriminación basadas en estereotipos de género al ser juzgadas como mujeres malas”, promiscuas” o peligrosas”. Situación que atenta contra el proceso de reintegración pues genera más violencia contra las víctimas.

Por tal motivo nosotros entendemos que un refugio debe ser un espacio libre de revictimización para las y los sobrevivientes, porque ante todo debe ocuparse de crear y cuidar la autoestima, garantizar las condiciones que protejan su dignidad como persona sujeta de derechos.

También hemos observado que las víctimas, que han sido violadas sexualmente entre diez y treinta veces al día durante meses o años (las que cruzan a EUA sufren más) llegan al refugio devastadas, sin ganas de vivir y llenas de ira y odio hacia todos.

Esto nos obliga a preguntarnos: ¿Se puede recuperar el aliento de vida después de sufrir trata de personas?

La respuesta es clara: en un espacio comprensivo y amoroso, que vele por la integridad y dignidad de las personas, y las coloque en el centro de atención y cuidado, protegiendo y respetando plenamente sus derechos humanos SÍ ES POSIBLE.

Tu y yo sabemos que con la ayuda de Jesús este tipo de personas pueden ser libres de este calvario y que pueden encontrar el descanso y sanidad de sus almas.

Hoy te puedo decir que siento una gran responsabilidad de haber emprendido esta aventura, la cual no ha sido fácil, pero sé que en todo momento Dios está a mi lado, me protege, pero sobre todo me da las fuerzas para seguir adelante.

A través de estos escritos mi intención es que los lectores sepan cómo una experiencia traumática e ilegal se puede convertir en una oportunidad de reinventarse con el apoyo de muchos. Esa es mi tarea en mi lucha contra la trata de personas.

Aunque se debe de entender que los estragos físicos, emocionales y psicológicos de la trata de personas no pueden remediarse en unos cuantos meses, como la mayoría de los gobiernos cree.

Todo lleva un proceso, ya que a pesar de que Dios nos ayuda en sanar el alma y corazón, también es cierto que hay heridas que tardan tiempo en sanar e incluso años.

Sobre todo, porque debemos de entender que la trata de personas es una injusticia provocada por otras injusticias. Es decir, una víctima de trata antes de serlo ha sido con frecuencia ya víctima de la pobreza, la violencia, la discriminación y otros males sociales.

La falta de presupuesto para combatir la trata de personas y la atención a las víctimas ha sido una constante en México.

Hasta el momento en que estas líneas se escriben, el Fondo de Protección y Asistencia a las Víctimas de los Delitos en Materia de Trata de Personas, creado por la ley promulgada en 2012, ha estado vacío.

A pesar de ello, no nos ha paralizado y solo con recursos de la sociedad civil, sin nunca recibir un peso de programas gubernamentales, Fundación Camino, Comisión Unidos Vs Trata y Kaleido han atendido a más de 300 víctimas.

Vengo de un hogar privilegiado, pero construido a base de esfuerzo. Mi padre superó la pobreza convirtiéndose en uno de los hombres más exitosos de su profesión. Un hombre que no pudo estudiar más allá de la secundaria, pero que, vendiendo de puerta en puerta, de escritorio en escritorio, logró prosperar. Mi padre siempre me dijo que con esfuerzo y la guía de otros, toda la gente puede alcanzar sus sueños.

Gracias a su trabajo viví desde niña en una de las zonas residenciales más exclusivas de la Ciudad de México. Viajé y viví en el extranjero. Recibí la mejor educación que se me podía otorgar.

Más importante aún, tuve una madre y un padre amorosos, quienes en unos meses cumplirán 65 años de matrimonio. Ambos me enseñaron a amar y respetar la dignidad de mi prójimo, me enseñaron que muchos lo único que necesitan es una mano amiga para comenzar a brillar por cuenta propia.

Por si fuera poco, me casé con el hijo de un mecánico que llegó a ser un campeón en compañías de seguros y fianzas. Es un marido extraordinario y ha apoyado económicamente desde el principio la lucha contra la trata.

Alex es un hombre que admiro porque cada día se supera y ama a Dios y a sus semejantes con hechos y no con palabras. Nuestros casi 40 años de matrimonio han sido muy felices.

Menciono mi trayectoria de vida porque mi participación en la lucha contra la trata de personas no debe entenderse como un acto de bondad, sino como un acto de responsabilidad. Todos los que hemos tenido oportunidades, debemos luchar para que otros también las tengan. Todos los que hemos recibido amor, debemos darlo.

Bondad es la de 7 supervivientes que hoy trabajan apoyando a quienes llegan a los refugios superando lo que vivieron y dando lo mejor de sí.

Dios me mostró que, a través de esta lucha, Su amor se esparce hacia estas valiosas personas, a quienes en medio de su esclavitud les dijeron que no había ni un presente ni un futuro.

Sin embargo, de la mano de Jesús no sólo encuentran un refugio sino una sanación completa de su corazón y su alma. Su amor transforma el dolor en una nueva historia escrita en una HOJA EN BLANCO (es el título de mi quinto libro que se adquiere en Amazon para apoyar a Sobrevivientes) y las convierte en testimonios palpables en donde la gente puede ver el milagro de Dios en sus vidas.

Esa es mi labor y seguiré en ella hasta que el señor Jesús me llame a su presencia. Esa soy yo, Rosi Orozco y a partir de hoy tendré el honor de escribir en este medio sobre algunas de las jóvenes que tienen vidas exitosas, espera pronto el primer testimonio.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Hoja en blanco - Millones de historias de trata se fundieron con mi historia