Las asombrosas profecías sobre Tiro

La profecía en Isaías 23 y Ezequiel 26:4-5,14 y los capítulos 27 y 28 sobre la ciudad fenicia de Tiro.

    22 DE OCTUBRE DE 2023 · 08:00

    Las ruinas de Tiro, en la actualidad,Tiro fenicios
    Las ruinas de Tiro, en la actualidad

    Profecías predictivas cumplidas del A. T. (7)

    Ya hemos visto en esta serie el panorama general en cuanto a las profecías predictivas ya cumplidas en el pasado relativas a los grandes poderes e imperios de la antigüedad con los que estuvieron relacionados los israelitas para bien y para mal.

    Pero hay una profecía predictiva extensa en Isaías 23 y Ezequiel 26:4-5, 14 y todo el capítulo 27 y 28 que no concierne a estos imperios, sino a la ciudad fenicia de Tiro que vale la pena considerar de manera particular, en especial, porque la ciudad de Tiro estaba en su máximo esplendor histórico cuando se pronunció la predicción sobre ella, al punto que James Kennedy nos informa que Tiro era para el mar lo que Babilonia era para la tierra en términos de comercio y riqueza.

    En segundo lugar, merece también consideración porque un significativo número de historiadores niegan el cumplimiento pleno de la predicción profética pronunciada contra ella y también porque los términos poéticos hiperbólicos de la profecía en el capítulo 28 del libro de Ezequiel, dirigidos contra el rey de Tiro, son muy elevados en un significativo número de casos como para referirse a un ser humano meramente, por exaltado que pueda ser, por lo que en ellos la teología judía y la cristiana han visto también una referencia a la caída de Satanás, quien se hallaría detrás de los pecados de los que rey de Tiro era culpable.

    La dificultad para comprobar el cumplimiento de los términos de la predicción sobre Tiro radica en que esta ciudad estuvo levantada sobre dos asentamientos diferentes y separados el uno del otro: uno, la ciudad marítima de Tiro en la costa oriental del mar Mediterráneo al norte de Israel y otra, la ciudad insular situada más al occidente en una isla que se hallaba ya en el mar más allá de la costa, protegida, entonces, por un estrecho de mar entre la isla y el continente.

    Las discusiones radican, entonces, sobre si Nabucodonosor logró conquistar las dos ciudades y saquearlas luego del asedio de trece años al que la sometió, o solo logró reducir la Tiro marítima, pero se tendría que retirar frustrado, incapaz de conquistar finalmente la Tiro insular que habría logrado, entonces, resistir el asedio.

    Y puesto que la profecía afirma que la ciudad nunca más volvería a ser reconstruida ni habitada, los historiadores afirman, con razón, que esto no se cumplió con el asedio de Nabucodonosor. Ciertamente, Nabucodonor asestó un golpe mortal al esplendor de Tiro con su asedio de 13 años y la toma final. Porque la historia deja constancia de que finalmente, los muros de la ciudad se derrumbaron y las huestes del ejército Babilonio entraron en la ciudad y mataron al resto de sus habitantes a filo de espada. Millares de ellos, sin embargo, tuvieron tiempo a lo largo del extenso asedio para huir mar adentro en embarcaciones a las islas que se hallaban alrededor de la ciudad de Tiro insular con los tesoros de la ciudad marítima, por lo que con Nabucodonosor la profecía sólo se habría cumplido en parte y no obtuvo el botín esperado a su esfuerzo, como lo afirmó también Ezequiel 29:18

    Sin embargo, 250 años después Alejandro el Grande, en su campaña contra los persas, conquistó las ciudades portuarias del oriente del Mediterráneo y al llegar a la aparentemente inexpugnable Tiro insular concibió, en palabras de James Kennedy: “el más osado y atrevido plan de toda la historia de la guerra: construirían una calzada a través de casi un kilómetro del mar Mediterráneo, hasta la isla en que estaba la nueva Tiro. ¿Dónde hallarían los materiales para semejante calzada? El gran rey dio la orden: ‘Derribad los muros de Tiro, tomad las maderas y las piedras, los escombros y los leños, echadlos al mar.’ Así el gran ejército de Alejandro obedientemente comenzó a cumplir la palabra de Dios” y al fin la ciudad insular fue sitiada, destruida y arrasada en el corto lapso de siete meses.

    Carl Friedrich Keil hace referencia también a estos acontecimientos diciendo: “Podemos afirmar que no hay duda de que Tiro cayó en manos de los caldeos [es decir, el imperio babilónico de Nabucodonosor], pero la profecía no se cumplió entonces al pie de la letra, pues Tiro no se convirtió en una «roca pelada» sobre la que extendieran sus redes los pescadores, como afirma la amenaza de Ez 26:4-5, 14. Aunque Nabucodonosor rompió las murallas, y dejo que la misma ciudad se convirtiera en cierto sentido en ruinas, él no la destruyó totalmente. Por el contrario, 250 años más tarde vemos que Tiro sigue siendo una espléndida y poderosa ciudad real, tan fortificada que Alejandro Magno solo fue capaz de conquistarla tras siete meses de asedio, tras un extraordinario ataque por parte de la armada y del ejército, a través de un dique de tierra construido con gran dificultad hasta la isla… Pero aun después de esta catástrofe la ciudad volvió a convertirse en un emporio comercial bajo el mando de los seleúcidas y después de los romanos, que la hicieron capital de Fenicia”.

    Con todo y ello. “… nunca recobró su grandeza antigua. En los primeros siglos de la era cristiana, Tiro aparece como sede arzobispal. Del 536 al 1125 estuvo bajo el poder de los sarracenos, y se hallaba tan bien fortificada que ellos tardaron varios meses en tomarla… Saladino, el conquistador de Palestina, no pudo tomar Tiro en el año 1189. Pero después que Acre fue tomada al asalto el año 1291 por el Sultán El-Ashraf, el mismo día siguiente tomó Tiro sin resistencia. Los habitantes de la ciudad huyeron de noche por mar, para no caer en manos de esos soldados sedientos de sangre… Entonces, al caer en manos de los sarracenos, sus fortificaciones fueron demolidas, y desde entones Tiro no se ha levantado de sus ruinas”.

    La conclusión de Carl Friedrich Keil es, entonces, que: “De esa forma se ha cumplido plenamente la profecía de Ezequiel, pero no por obra directa de Nabucodonosor, pues la profecía no es una descripción desnuda de detalles históricos, sino que está llena de la idea del juicio de Dios. Para el profeta, Nabucodonosor fue el instrumento de la justicia punitiva de Dios, y Tiro el representante del comercio impío de este mundo. Por eso… la acción de Nabucodonosor es mucho más que un hecho aislado en la visión del profeta. En su conquista de la ciudad, Ezequiel descubre y representa de forma concentrada la totalidad de la ruina de la ciudad, que la historia ha ido realizando a través de una larga cadena. La caída del poder de Tiro por Nabucodonosor se encuentra vinculada a su juicio con su total destrucción”. John Barton Payne lo dice manera más escueta: “Aunque reconstruida en el 314, Tiro se hundió a la posición de una pobre aldea de pescadores tras su conquista por los árabes en el 1291 d. C.”. 

    Alrededor de 1988 James Kennedy escribió lo siguiente al respecto: “Un miembro de mi iglesia visitó recientemente el sitio de la antigua ciudad de Tiro y regresó con fotografías de la que fue la nueva ciudad de Tiro. En las fotografías se ven redes tendidas sobre la roca lisa que una vez había sido la orgullosa ciudad de Tiro”.

    Este análisis más particular y pormenorizado también podría hacerse sobre muchos otros pueblos y ciudades que fueron objeto de las profecías predictivas dadas por los profetas del Antiguo Testamento y el resultado no deja de ser asombroso y fascinante para quienes tienen la paciencia y el interés para adentrarse en los vericuetos e intríngulis de la historia en cuanto al cumplimiento detallado de estas profecías.

    Pero dado que estos últimos son una minoría y a que estos artículos no quieren llegar a ser más densos y extensos de lo acostumbrado, el tratamiento más generalizado que hemos emprendido aquí es suficiente para establecer el punto mencionado el comienzo en cuanto a la utilidad de las profecías predictivas en la labor de la defensa de la fe que la apologética cristiana ha emprendido a lo largo de la historia.

     

    Conclusión

    Así como las investigaciones arqueológicas confirman de manera sustancial la veracidad de las narraciones del Antiguo Testamento, también las profecías predictivas ya cumplidas refuerzan el caso a favor de la veracidad del cristianismo en cuanto a su sobrenatural procedencia (pues las profecías cumplidas manifiestan un poder y conocimiento sobrenatural y milagroso) y la confiablidad del evangelio a la hora de ser acogido y aceptado por quienes escuchan la proclamación cristiana.

    Y otro tanto también puede emprenderse con mucha mayor aceptación por parte de los legos en el estudio de la historia alrededor de las profecías mesiánicas ya cumplidas en Cristo, pero este será otro tema pendiente para otra serie de artículos más adelante.

    Por lo pronto, tenemos aquí evidencia adicional a favor de la decisión de fe que hemos tomado los creyentes en Cristo, que cuenta con un solvente fundamento objetivo para justificarla desde toda la variedad de las ciencias bíblicas hasta ahora consideradas en estas conferencias.

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    Artículos publicados de esta serie sobre las "Profecías predictivas cumplidas del Antiguo Testamento". 

    1.- Las profecías cumplidas del Antiguo Testamento

    2.- Profecías cumplidas sobre Egipto

    3.- Profecías cumplidas sobre Asiria

    4.- Profecías cumplidas sobre Babilonia

    5.- Profecías cumplidas sobre Grecia y Roma

    6.- Las asombrosas profecías sobre Tiro

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Creer y comprender - Las asombrosas profecías sobre Tiro

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