Esperanza a la esclavitud del pecado
El pecado llega al corazón por tres características: está disponible, es insistente y es consistente.
22 DE SEPTIEMBRE DE 2024 · 08:00

Acerca del pecado y los pecadores (3)
En nuestro artículo de la pasada semana tratamos acerca del pecado abierto o público que involucra a otros, así como aquel que está oculto y que muchas veces cometemos involuntariamente, sin darnos cuenta, así como de nuestra naturaleza pecaminosa y de la práctica voluntaria y premeditada del pecado a pesar de las consecuencias y peligros que puede acarrearnos.
Hoy analizaremos lo relativo a la esclavitud física y espiritual que nos causa el pecado, así como la libertad que Dios nos ofrece a través del sacrificio de su Hijo Jesucristo en la cruz, en lugar de nosotros.
Libertad y esclavitud del pecado
El perdón de Cristo nos da libertad del yugo del pecado y de Satanás, según nos lo asegura el mismo Señor en el evangelio según el apóstol Juan.
«Por tanto, Jesús decía a los judíos que habían creído en él: —Si ustedes permanecen en mi palabra serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
Le respondieron: —Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: “Llegarán a ser libres”?
Jesús les respondió: —De cierto, de cierto les digo que todo aquel que practica el pecado es esclavo del pecado. El esclavo no permanece en la casa para siempre; el Hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo los hace libres, serán verdaderamente libres. Sé que son descendientes de Abraham; no obstante, procuran matarme porque mi palabra no tiene cabida en ustedes. Yo hablo de lo que he visto estando con el Padre, y ustedes hacen lo que han oído de parte de su padre...
Ustedes son de su padre el diablo, y quieren satisfacer los deseos de su padre. Él era homicida desde el principio y no se basaba en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo propio habla porque es mentiroso y padre de mentira. Pero a mí, porque les digo la verdad, no me creen» (Juan 8:31-38, 44-45).
Jesús deja ver en esta porción de las Escrituras de manera clara que el pecado procede del diablo, quien viene pecando desde la misma eternidad; aquellos que pecan o más, quienes practican deliberadamente pecado son «hijos del diablo»; como son hijos de Dios quienes se han arrepentido de sus pecados y han recibido a Jesucristo como su único Señor y Salvador, reconociendo que Él murió para librarnos de nuestros pecados y resucitó al tercer día para nuestra victoria eterna.
La gente que vive en el mundo, sin Cristo, cree que vive en libertad porque hacen lo que quieren, cuando en verdad están atados al diablo, su padre, por causa del pecado que cometen y que procede de él. Santiago escribió en su carta: «¡Gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto, cualquiera que quiere ser amigo del mundo se constituye enemigo de Dios» (4:4).
Cómo llega el pecado a nosotros
Sabemos que somos una humanidad caída por causa del pecado de nuestros primeros padres, por esa razón heredamos la naturaleza pecaminosa; pero el mundo conformado por pecadores bajo la influencia satánica también hace su parte para envolvernos cada día más en el pecado.
El detalle del pecado es que llega al corazón por tres cosas que representan sus características: Está disponible, es insistente y es consistente.
- Su disponibilidad
• Si algo nos hace complicada la vida hoy es la disponibilidad y la facilidad para pecar.
• El pecado está hoy más disponible que en el pasado, debido a la multiplicación de la inmoralidad y al avance de la ciencia.
• El pecado se le ve actualmente como normal y no causa escándalo moral como antaño.
- Su insistencia
• El pecado con sus tentaciones está por todos lados y lo hace muy insistente, y hasta «normal».
• El pecado goza de mucha promoción y publicidad debido al avance tecnológico.
- Su consistencia
• El pecado es muy consistente, porque resiste sin romperse ni deformarse fácilmente, puesto que goza de gran apoyo de las élites globalistas multimillonarias que lo promueven y financian.
• Hoy, tenemos que autorregularnos, debemos hacer poco disponible a nosotros la información que el mundo nos presenta, filtrando todo lo que vemos y escuchamos.
Si algo hace el pecado y el tentador y padre del pecado, el diablo, es ser insistente y consistente, porque siempre está disponiblepara deformar y corromper lo establecido por Dios desde la eternidad.
En nuestro próximo artículo, el cuarto y último de esta serie «acerca del pecado y los pecadores», vamos a tratar sobre la solución provista por Dios; la única, por cierto, para el perdón y la salvación de la humanidad caída por causa del pecado...
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Artículos publicados de este serie sobre "Acerca del pecado y los pecadores"
1.- Acerca del pecado y los pecadores
2.- Pecar por naturaleza y por voluntad propia
3.- Esperanza a la esclavitud del pecado
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Clarinada venezolana - Esperanza a la esclavitud del pecado