Leyenda del boxeo dice que conocer a Jesús es más importante que la fama

Antes del lanzamiento de su película biográfica "Big George Foreman", el boxeador de peso pesado convertido en pastor George Foreman reflexiona sobre la fidelidad de Dios a lo largo de su vida y comparte sabiduría con la próxima generación de creyentes.

“Llegas a un punto en tu vida y te das cuenta de que lo único importante en tu vida es ser un evangelista”, dijo el hombre de 74 años a The Christian Post.

“‘Evangelista’ es la palabra que ha sido tan poderosa para mí en mi vida. Si algo me sucediera mañana… sé que he hecho un buen trabajo y estoy feliz por eso, tratando de explicarle al mundo: ‘Jesucristo ha cobrado vida en mí’”.

Pero el camino de Foreman hacia una exitosa carrera en el boxeo, y eventualmente, el ministerio, ha sido todo menos fácil.

Nacido en 1949 en Marshall, Texas, Foreman fue uno de siete hijos y tuvo una infancia problemática definida por la inestabilidad, la violencia y la pobreza. Después de abandonar la escuela en el décimo grado, Foreman comenzó a abusar del alcohol y cometió delitos violentos en las calles del quinto distrito de Houston.

Foreman ganaría una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Ciudad de México de 1968 y finalmente se convirtió en profesional. Venció al previamente invicto Joe Frazier en 1973, ganando el título mundial de peso pesado. Perdió ese título ante Muhammad Ali en el “Rumble in the Jungle” en 1974.

En 1977, Foreman se retiró del boxeo después de una experiencia cercana a la muerte que lo llevó al Señor. Recordó cómo, en su camarín de Puerto Rico, comprendió por primera vez la verdad del Evangelio.

"Yo estaba muerto. No quedó nada de mí”, recordó. “Me quedé mirando la nada, sin esperanza. Me sacaron de este lugar sucio y me dieron una segunda oportunidad de vivir. Eso me ha mantenido conectado a tierra”.

El boxeador dijo que espera que su historia inspire a otros a darse cuenta de que ellos también pueden cambiar su vida y encontrar la redención que es posible a través de la rendición.