Señalar al ‘rey desnudo’ tiene castigo en la ONU
La relatoría que dirige Reem Alsalem fue infrafinanciada por ser una voz incómoda y políticamente incorrecta en los propósitos de la ONU.
24 DE JULIO DE 2025 · 08:00
Durante los meses de junio y julio, se llevó a cabo la Cumbre de Derechos Humanos de la ONU en la ciudad de Ginebra, Suiza. Es un tiempo de casi un mes en que se presentan relatorías de distintos temas que son revisados por expertos, en algunos casos, discutidos en foros y que tienen como propósito establecer parámetros de recomendaciones para las naciones afiliadas a la ONU en materia de derechos humanos.
Este año causó una enorme polémica, las declaraciones de la Relatora Sobre la Violencia Contra las Mujeres y las Niñas, la jordana Reem Alsalem, que en la presentación de su relatoría, cimbró a la cumbre y al mundo entero, con su declaración de qué la identidad de una persona se define por su sexo y no por su género o auto percepción: sólo existen hombres y mujeres. Esta “incorrección” política, venida desde una autoridad nombrada por la propia ONU, los tomó a todos por sorpresa, y fue un verdadero sacudimiento.
Dos semanas después, hizo pública una carta que había enviado desde mayo al Secretario General de la OEA, Albert Randim, señalando la gravedad de pretender establecer una oficina que promueva el “trabajo sexual” dado el gravísimo riesgo de alentar la trata de personas; el abuso que significa la prostitución; e incluso que eso daría lugar a la creación de “Estados proxenetas”.
Estos posicionamientos que claramente reflejan una posición en defensa de la mujer, sin ideologías, ni de derecha, ni de izquierda, son vistos como incorrecciones políticas por la ONU que se ha convertido en la gerencia internacional de la imposición de la agenda globalista de la ideología de género en todo el mundo. por lo que la reacción de la ONU ha sido quitarle fondos y asignarle el presupuesto más bajo de su historia.
Mientras que el Grupo de Trabajo Sobre Discriminación Contra Mujeres y Niñas recibió más de $4,536,000 dólares; y la Relatoría de Orientación Sexual e Identidad de Género, la cantidad de $2,155,000 dólares; la relatoría que dirige Reem Alsalem recibió apenas $1,162,000 dólares. Y por supuesto que la diferencia no es casual, es el resultado de ser una voz incómoda y políticamente incorrecta para los propósitos de la ONU.
Aún faltan capítulos por escribir en esta historia, pero no puedo dejar de resaltar el extraordinario trabajo de seguimiento y puntual, información que realiza el Global Center For Human Rights encabezados por Sebastian Schulz, nuestra querida Neydi Casillas y el admirado Manuel Acosta. Les expresamos nuestra gratitud, un profundo respeto a su extraordinario y tan profesional trabajo y un reconocimiento a la pasión con la que sirven en esta tremenda causa que merece toda nuestra solidaridad.
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