¿Vamos hacia ‘Estados proxenetas’?

Desde hace varios años en los que hemos asistido como coaliciones ante la OEA, nos hemos enfrentado a las demandas de los distintos grupos de la diversidad sexual, pero también a una Coalición que aboga por los “derechos de las personas que ejercen el trabajo sexual”.

Generalmente la persona que habla a nombre de esa Coalición es una señora de edad madura y que ha tenido poco impacto, porque la causa que defiende es indefendible.

Sin embargo, ha estado presente por lo menos en las últimas cuatro Asambleas de la OEA.

Hoy la Comisionada de la ONU sobre Violencia Contra la Mujer, Reem Alsalem, ha hecho pública una carta en la que cuestiona severamente al Secretario General de la OEA, por pretender abrir una oficina cuya finalidad sería “naturalizar” la prostitución. La envió en el mes de mayo y hoy, a 15 de julio, no ha tenido aún respuesta.

Incluso la relatora señala que eso implicaría la existencia de “Estados proxenetas”.

Ante lo grave de lo que eso implica, nos parece absolutamente congruente que la comisionada de la ONU denuncie esto que significa violencia en contra de las mujeres, que significa trata de personas, que significa vulneración de la dignidad humana, que significa convertir a una persona en una mercancía, en un objeto.

Ciertamente la señora Alsalem no es Provida, pero encabeza una demanda que consideramos justa y que por supuesto apoyamos.

En sus palabras: “es incompatible el nombramiento de una Comisionada para los Derechos de las Personas “Trabajadoras Sexuales” promoviendo en la región a los compradores de actos sexuales, proxenetas y tratantes, e incluso a Estados Proxenetas mientras naturaliza las violencias que viven las mujeres prostituidas”.

Destacamos el extraordinario trabajo de seguimiento durante la Cumbre de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra y la ferviente, denodada, valiente tarea que realiza el Global Center for Human Rights. Nuestro respeto a nuestros queridos y admirados Neydi Casillas, Sebastián Shuff y Manuel Acosta.