Primer intento de Pilato por zafarse (Jn. 18:28-32)
La escena gira fuera de Jesús. Era un embrollo “judicial”.
01 DE JUNIO DE 2025 · 08:00

Jesús fue llevado de casa de Caifás al palacio del gobernador romano. Era muy temprano en la mañana. Ellos mismos no entraron al palacio porque eso les impediría participar en la Pascua. Entonces Pilato se acercó a ellos y les preguntó: «¿Qué acusación traen contra este hombre?»
Dijeron: «Si no hubiera hecho nada malo, ¿crees que todavía estaríamos aquí?»
Pilato respondió: «Lo habéis atrapado. Juzgadlo según vuestra ley». Los judíos respondieron: «No tenemos autoridad para matar a nadie». (Esto confirmaría la palabra de Jesús indicando cómo moriría). (Jn 18. 28-32 MSG).
Ahora ingresamos a una sección de Juan magnífica, literariamente hablando. Juan es el evangelista que más detalles presenta sobre los encuentros de Pilato, con Jesús, con las autoridades judías y con la multitud y lo hace de forma fenomenal.
Uno de los propósitos de Juan es destacar el tema de la realeza de Jesús, aspecto que ya lo trató durante los capítulos analizados hasta ahora. Jesús como rey, aparece con funciones como la de juzgar, pastorear y finalmente liberar (el concepto de Mesías).
Juan utiliza el método de contraste entre los reinos de este mundo y el reino de Jesucristo. Solo como adelanto, Slade presenta siete escenas dramáticas referidas a Jesús y Pilato utilizando como vehículo un movimiento físico: adentro y afuera.
- Escena 1: Primer intento de Pilato por zafarse (18.28-32) (afuera)
- Escena 2: La identidad del rey Jesús (18.33-38a) (adentro)
- Escena 3: Segundo intento de Pilato por zafarse (18. 38b-40) (afuera)
- Escena 4: La coronación del Rey Jesús (19. 1-3) (adentro)
- Escena 5: Tercer intento de Pilato por zafarse (19.4-7) (afuera)
- Escena 6: La autoridad del rey Jesús (19.8-11) (adentro)
- Escena 7: La derrota de Pilato (19.12-16) (afuera).
Ya iremos viendo esto en detalles semana tras semana.
Yendo a la escena 1, el versículo 28 está lleno de ironía, y aquí se ve la hipocresía de los judíos, que por un lado estaban “ensuciándose” intentando matar a un inocente, sin embargo querían realizar el juicio lo más rápidamente posible ya que estaba por llegar la fiesta de la Pascua. Incluso, no se meten al palacio de Pilato, para “no contaminarse”.
Ellos evidentemente no entendían ni entendieron nunca el verdadero significado de la Pascua. Esta incoherencia se repite entre muchos cristianos, que el sábado o el domingo son “santos varones” pero el resto de la semana se apresuran a hacer el mal, antes que llegue “el día de reposo”.
Aparentemente Pilato quiere desligarse del tema, diciendo que tenía que ver con “leyes judaicas”, y que él no tenía nada que ver con el tema.
Sabemos que Pilato estaba en Jerusalén únicamente para las fiestas judías, cuando había mucha gente, pero su vida la pasaba mayormente en Cesarea, a la costa mediterránea.
El era como que iba de mala gana a Jerusalén, solo por obligación; y lo que menos quería era meterse en cuestiones religiosas de los judíos. Y parece que Pilato, de alguna manera, percibe que Jesús no es una amenaza para el imperio Romano.
Era frecuente que se levantaran “mesías” falsos, armando revueltas en Jerusalén. Posiblemente Barrabás no haya sido un “ladrón de galletas”, sino un falso mesías revolucionario. También en Hechos 5, el fariseo Gamaliel habla de un tal Teudas, un falso mesías, que tenía un grupo de 400 hombres revolucionarios, quienes terminaron extinguiéndose, se dispersaron y desaparecieron.
Posiblemente, los informantes de Pilato, ya le habían dicho, que este hombre tenía 12 discípulos, y que la mayoría habían desaparecido.
Los judíos no podían matar a una persona desde el año 6 d.C., cuando Roma estableció una ley que lo prohibía. Únicamente Roma podría dictar una sentencia de muerte. A pesar de esto, se ve la desobediencia judía a la Pax Romana, siendo que ya habían intentado matar a Jesús en un par de ocasiones, y también estaban dispuestos a apedrear a la mujer adúltera. Un caso concreto sería el apedreamiento del diácono Esteban.
Pero no era el plan de Dios que Jesús fuera apedreado. Jesús debía ser “levantado” sobre la tierra. De alguna manera, los dirigentes judíos seguramente, no querían “mancharse las manos con sangre”, unas horas antes de que se iniciara la Pascua.
La escena 1 gira fuera de Jesús. Era un embrollo “judicial”, entre personas que se querían tirar la pelota el uno al otro. Y el tiempo estaba corriendo.
A veces se nota, cuando hay gente que está muy apurada por hacer algo malo. Los policías de investigación de hoy en día saben muy bien detectar “las huellas” de los criminales, porque la mayoría intentan hacer robos, asaltos, secuestros, o asesinar, de manera bien apresurada, y generalmente en el apuro cometen varios errores.
Aquí los líderes judíos estaban muy apurados. Pilato se daba cuenta que algo raro estaba pasando, pero tampoco quería comprometerse mucho en el tema.
En la próxima escena veremos a Pilato hablando con Jesús.
Y me pregunto; ¿Por qué muchas veces los cristianos andamos muy apurados?
Seis cosas son las que el Señor aborrece, y siete que no tolera: los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos que matan al inocente, el corazón que planea el mal, los pies que corren por el camino de la maldad, la boca mentirosa y llena de engaño, y el que siembra discordia entre hermanos. Pr 6. 16-19 MSG
Pienso que estas 7 cosas fueron cumplidas cabalmente por los líderes judíos.
De alguna manera, el instinto de la naturaleza humana caída es tratar de hacer el mal lo más rápido posible. Incluso parece que Eva no tomó unos minutos para pensar sobre lo que estaba por hacer. Y de alguna manera a todos nos pasa que cuando algo malo sucede, uno se pregunta muchas veces, ¿por qué no lo pensé dos veces?
No voy a decir que los fariseos hubiesen actuado diferente si lo hacían pausadamente y meditando sobre lo que estaban por hacer. Ya hacía más de dos años que ellos estaban pensando cómo hacer para terminar con Jesús. Y en esta oportunidad, hicieron todo bien alocadamente.
En el Congreso Nacional de Paraguay, existe una gavilla de politiqueros que desde hace un tiempo atrás impiden el debate, impiden constantemente que se analicen las diferentes posturas, y todo se vota así, en cuestión de segundos; sí señores, en segundos. Están muy apurados, y ese apuro los terminará arruinando; yo les aviso señores.
En la vida cristiana, a veces el Espíritu nos lleva a realizar algunas cuestiones rápidas, sin mucho pensar; pero la mayoría de las veces, Dios busca la pausa, la tranquilidad, la reflexión. Los grandes hombres de Dios nunca intentaron llevar a cabo las cosas “instantáneamente”, a lo loco, como muchos lo quieren hacer hoy en día.
Bueno, la semana que viene continuaremos. Bendiciones y ¡hasta la próxima!.
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Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Pytheos - Primer intento de Pilato por zafarse (Jn. 18:28-32)