No podemos conocer al Espíritu Santo sin conocer a Jesús
Ni ser guiados por el E.S. si no amamos a Jesús y obedecemos sus mandamientos (Jn 14.15-26)
20 DE OCTUBRE DE 2024 · 08:00

Al iniciar este estudio bíblico desde el punto de vista de la comunicación abrimos el texto.
- Lea el texto dos o tres veces Juan 14.15-26
- Subraye las palabras que tienen que ver con la comunicación.
- Realice un breve bosquejo del texto.
- Realice preguntas al texto.
- Identifique las ideas principales del texto.
- Aplique las instrucciones del texto a su comunicación y a su vida personal.
- Si puede, explique lo que usted encontró en este texto por lo menos a una persona.
Si bien normalmente realizo este proceso antes de escribir cada comentario, reconozco que algunas veces me he salteado alguno de estos pasos. Esto lo habíamos practicado varias veces cuando iniciamos esta serie de artículos con el libro de Marcos. Habíamos dicho que un buen sistema para analizar un texto es el estudio Inductivo, donde lo principal es hacer muchas preguntas al texto, tratando de identificar qué es lo que dice el texto, y qué es lo que quiso decir el autor cuando escribía.
Y lo principal que queremos lograr en este proceso es identificar quienes se comunican, cómo, dónde, cuándo, y por supuesto, identificar lo que realmente nos comunica el texto, y tener en claro cómo aplicar este texto en nuestra comunicación.
También habíamos utilizado al inicio de los estudios de Juan el método VOS (Ver, Oír, Sentir) que también nos ayuda en el estudio del texto con 14 preguntas claves. Le invito a repasar ese método de estudio durante esta semana.
Algunas palabras relacionadas con la comunicación:
Amar, obedecer, pedir, acompañar, aceptar, estar con, estar en, vivir con, vivir en, ver, manifestar, preguntar, contestar, enviar, enseñar, hacer recordar, decir.
Dejaré a la creatividad de ustedes, que realicen un bosquejo del texto, realizar preguntas, identificar las ideas principales, aplicar el texto y explicarlo a una persona.
Mi punto de vista:
El énfasis de la comunicación de Jesús a sus discípulos, aquí, tiene el propósito de dar seguridad a cada uno de ellos, de que comprendan que a pesar de que ya no estarían físicamente con Jesús, ellos no quedarían solos.
Tenemos que ver que estas instrucciones de Jesús se están dando inmediatamente antes del juicio injusto e ilegal de Jesús, su crucifixión, la muerte, resurrección y posterior partida de Jesús a realizar su labor celestial como Sumo Sacerdote.
Los discípulos aún no se dan cuenta aquí de lo que está por ocurrir, pero evidentemente presienten que alguna cosa ocurrirá, ya que preguntaron insistentemente a Jesús a donde se estaba yendo. Como parte de la respuesta, Jesús comunica la verdad, y aunque ellos no entienden nada, más tarde lo entenderán.
Es muy fácil de tildar de tontos a los discípulos, pero lo mismo nos pasa a nosotros. Podemos aparentar ser “grandes escatólogos”, pero en realidad hay muchas cosas que no entendemos, o que entendemos absolutamente mal, referente a los sucesos que ocurrirán en el futuro. Posiblemente, lo entenderemos más adelante.
Estamos acompañados
Las ideas centrales del texto:
- Comunicamos nuestro amor a Jesús obedeciendo sus mandamientos.
- Anteriormente vimos que Jesús y el Padre vendrían a hacer su morada con nosotros y en nosotros.
- El texto afirma que el Espíritu de Verdad, vivirá con nosotros y en nosotros.
- Podemos ver por la fe a Jesús y comunicarnos con él, y también con el Padre.
- El Espíritu Santo nos acompañará todo el tiempo, enseñándonos y recordándonos todo lo que Jesús dijo y enseñó.
Las palabras de Jesús tenían el fin de dar consuelo y aliento a sus discípulos, y también darnos a nosotros la seguridad de que, si le hemos recibido como nuestro Salvador, no estamos solos. Nunca estamos solos.
Y por supuesto, en nuestra vida diaria, el Señor, las tres personas de la Deidad, están cerca nuestro, y podemos comunicarnos a través de los medios que Dios mismo ha provisto.
En el texto se utiliza la palabra griega parakletos, para designar al Espíritu Santo, el que está alado de uno, el acompañante.
A partir del siglo XX, surgió el movimiento que hoy es mayoritario en el mundo cristiano de América Latina, denominado “Pentecostal”. Pienso que el movimiento ha traído un énfasis positivo, que solemos dejar de lado en muchas iglesias tradicionales, el de experimentar de forma vivencial al Espíritu Santo tanto individual como congregacionalmente. Y esto es algo muy positivo.
En el texto, Jesús nos asegura que los tres integrantes de la Deidad están con nosotros.
Ya lo he mencionado, pero quiero volver a enfatizar:
- Así como no es posible que Jesús esté literalmente en un pedazo de pan, tampoco es posible que Dios esté literalmente dentro de nosotros (físicamente hablando). Pero sí sabemos que Dios está con nosotros, todo el tiempo, y tenemos acceso permanente a su presencia. Podemos comunicarnos libremente gracias a la sangre de Jesús, que nos abrió el camino para comunicarnos sin temor con Dios.
El papel específico del Espíritu Santo, según el texto, es estar con nosotros, para enseñarnos y recordarnos todas las cosas que Jesús hizo y dijo.
En el contexto del plan de salvación, el Espíritu Santo es un ayudamemoria, también un Maestro, pero también un Motivador, incluso yo creería que es una especie de Psicólogo espiritual.
Pero él no trabaja solo, ni en el vacío. No podemos conocer al Espíritu Santo sin conocer a Jesús. No podemos ser guiados por el Espíritu Santo si no amamos a Jesús, y si no estamos dispuestos a obedecer sus mandamientos. Los mandamientos de Jesús son los mandamientos del Espíritu Santo. Por lo tanto, el Espíritu Santo no solo nos capacita con dones y fruto; sino el don y el fruto principal está directamente relacionado con el plan de salvación y la obra de Cristo en la Cruz y su ministerio como Sumo Sacerdote.
Preguntas importantes
Y aquí, antes de terminar, quisiera aclarar algunos puntos que me parecen pertinentes:
Jesús, todos lo sabemos, no vino a anular los mandamientos de la ley de Moisés, sino vino a cumplirlos. Esto significa los mandamientos de Moisés, la ley del Antiguo Testamento, tuvo su pleno cumplimiento en Jesús. (Incluyendo los 10 mandamientos en tablas de piedra).
El plan de Dios con Israel, era que todo lo que hicieran en los servicios religiosos apuntara al plan perfecto de Dios, que se cumplió perfectamente en el Señor Jesús. En la cruz, el Señor Jesús expresó: “Todo está cumplido”.
Pero al ingresar a la nueva era, el nuevo tiempo, el tiempo escatológico, la nueva alianza o el nuevo pacto, también surge una nueva ley, mejor que la anterior. La anterior no fue anulada, los judíos la siguen guardando a su manera, pero los seguidores de Jesús estamos bajo nuevos mandamientos, mejores que los anteriores.
Todo esto puede entenderse mucho mejor leyendo algunos textos clave:
- 2 Corintios 3
- Gálatas 3
- Colosenses 2 y 3
- Los principales textos aclaratorios referente a la ley de Cristo se encuentran en la carta a los Hebreos, especialmente los capítulos 7 al 10.
Si usted puede, analice estos capítulos. El texto clave aquí es Hebreos 7. 11,12, qué dice:
“Si hubiera sido posible alcanzar la perfección mediante el sacerdocio levítico (pues bajo este se le dio la ley al pueblo), ¿qué necesidad había de que más adelante surgiera otro sacerdote según el orden de Melquisedec y no según el de Aarón? Porque cuando cambia el sacerdocio, también tiene que cambiarse la ley”.
Evidentemente, al cumplirse todo con Jesús, ya los que estamos bajo el Nuevo Pacto, estamos bajo una nueva ley, la ley de Cristo, que incluye los mandamientos de Cristo.
Mateo 11.13; Lucas 16.16 y Juan 1. 15 – 18, explican de forma bien tajante que la ley de Moisés fue hasta Juan el Bautista.
De la ley de Cristo: 1 Corintios 9.21; 1 Juan 4. 7-8; 1 Juan 5. 3; etc.
No quiero que usted se vuelva un saltamontes, yendo de un versículo para otro, buscando armar una “nueva doctrina”.
Mi idea es la siguiente, aquí en el texto de Juan 14, Jesús no está hablando de la tabla de los 10 mandamientos, y no está hablando de guardar el sábado, como enseñan las sectas judaizantes.
Jesús está hablando de sus mandamientos de amor. Al mismo tiempo podríamos incluir como resultado de amar a Jesús, y andar en el Espíritu, que son los temas del texto de hoy, que también se manifestará el fruto del Espíritu, de Gálatas 5, que no va contra ninguna ley (amor, fe, esperanza, gozo, paz, serenidad, paciencia, humildad, perseverancia, compasión, convicción, lealtad, confianza, etc.)
La ley de Moisés, que tenía un énfasis negativo, no esto, no esto, no lo otro; Pero la ley de Cristo tiene un énfasis positivo (ver Romanos 14).
Como anabautista, me gusta incluir en la ley de Cristo, el sermón del Monte (Mateo 5 al 7), que puede ser la entrega de la nueva ley, a cambio de la ley del monte Sinaí. (ver también Gálatas 4).
Resumiendo, Juan está revelando a los discípulos el plan de salvación, basado en las promesas de Jesús, las promesas eternas, planeadas cuidadosamente por Dios en la eternidad. No se trata de que Dios cambie de plan, del antiguo plan, a un nuevo plan, sino que su plan fue siempre estar con la humanidad, en el antiguo pacto, por medio de símbolos y leyes imperfectas, pero en el nuevo pacto, con el cumplimiento de todas las promesas.
El Espíritu Santo, lo único que hace ahora, es recordarnos las maravillosas promesas cumplidas en Jesús, y nos ayuda a obedecer, no por miedo, sino por la fe, los mandamientos de amor de Jesús, que son muy diferentes a los mandamientos de la ley de Moisés, que se cumplieron perfectamente en Jesús.
Una vez más, Jesús no vino a abolir la ley de Moisés, sino a cumplirla. En Jesús, el nuevo Sumo Sacerdote, según el linaje de Melquisedec, hay un cambio de ley, y por amor y con la ayuda del Espíritu Santo, podemos cumplir estos maravillosos mandamientos de amor, que no son negativos, sino positivos.
Cuidémonos de los judaizantes.
Hasta aquí. Bendiciones y ¡Hasta la próxima!
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Pytheos - No podemos conocer al Espíritu Santo sin conocer a Jesús