Jesús y los tiempos de Dios (Jn 7.1-9)
No siempre Dios actúa, en el tiempo, de acuerdo con lo que nosotros planeamos.
01 DE OCTUBRE DE 2023 · 08:00

La fiesta de los Tabernáculos o Sucot es una festividad judía de 7 días en la que se recuerda la Nube de Gloria que protegió al pueblo al salir de Egipto y las cabañas o carpas en las que habitaron durante los 40 años en el desierto.
Aún en la actualidad los judíos celebran esta fiesta realizando pequeñas cabañas con techo de hojas de palma, bambú, o algún otro tipo de plantas. Por siete días y noches se comen todas las comidas en la cabaña y se vive como si fuera el hogar.
Sucot comienza este año 2023 al atardecer del 29 de septiembre y culmina al anochecer del 8 de octubre; concordando con la publicación de este artículo.
En tiempos de Jesús era una de las tres festividades para las cuales era necesario viajar a Jerusalén para ofrecer una ofrenda, recordando periodos de la historia del pueblo judío en su creación como nación.
Como cristianos de origen gentil no debiéramos preocuparnos el guardar o no guardar esta celebración, pero pienso que es interesante conocer algo sobre esto para entender mejor el texto de Juan 7.
El tiempo de Dios
En un comentario del texto de Juan, David Guzik dice: En la vida de Jesús, así como en la nuestra, el tiempo de Dios es tan importante como lo es su voluntad. Muchos tropiezan porque sienten que conocen la voluntad de Dios, pero se adelantan a su tiempo. Esta es una receta segura para la frustración.
Seguramente todos alguna vez estuvimos ansiosos por querer que Dios apresure sus tiempos; ya sea cuando uno es joven y no encuentra aparentemente al “amor de su vida”; o esperando encontrar el trabajo que nos lleve al éxito; o sea lo que sea.
A veces soñamos con que llegue rápidamente el tiempo de vacaciones, o la época de la jubilación. Y a veces sucede al revés. A muchos casados les gustaría volver al tiempo cuando eran solteros, y a muchos jubilados les gustaría volver a la época cuando trabajaban.
El rey Salomón escribió un capítulo de Eclesiastés enseñando el valor de disfrutar de cada tiempo; y de las cosas que suceden en cada tiempo. Jesús entendía muy bien los tiempos: Cuando ustedes ven que se levanta una nube en el occidente, enseguida dicen: “Va a llover” y así sucede. Y cuando sopla el viento del sur, dicen: “Va a hacer calor” y así sucede. ¡Pero qué tontos son! Ustedes saben interpretar la apariencia de la tierra y del cielo. ¿Cómo es que no saben interpretar el tiempo actual? (Lc. 12. 54-56)
Por otra parte, hay muchos tiempos de Dios que están velados para los humanos, como por ejemplo la fecha de la segunda venida de Cristo. Justamente, se han levantado en todo tiempo personajes nefastos, pretendiendo ser los únicos que entendían y sabían las fechas exactas de tal y tal cosa; que nunca se cumplió.
Simplemente aquí utilizo el tema, para que podamos entender que no siempre Dios actúa, en el tiempo, de acuerdo con lo que nosotros planeamos. Podríamos parafrasear Isaías 55 diciendo: Busquen al Señor mientras se deje encontrar, llámenlo mientras esté cercano. Porque mis tiempos no son los de ustedes, ni su agenda es la mía», afirma el Señor. Mis planes y mis proyectos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!
El texto de Juan de estudio nos presenta un pequeño conflicto entre Jesús y sus hermanos, que aún eran incrédulos. Yo no estoy seguro; pero me imagino que las personas estaban preparando sus mochilas, o valijas, o el equipaje. No sé bien que llevarían, pero seguramente pondrían algo de comida, algo de ropa y algún dinerito.
Pero Jesús parecía que no iba a unirse a la multitud que salía de Capernaúm.
Los hermanos de Jesús parecen que le “tientan” a Jesús, en tono medio burlesco, que se apure, ya que esta era su oportunidad de hacerse “famoso” con tanta gente en Jerusalén.
Calculo que como en la mayoría de las familias, ocurre que nos tomamos del pelo sin necesariamente ser maliciosos. A mi madre siempre le gusta hablar hasta por los codos en cualquier tipo de reunión, y también recitar y cantar; y siempre bromeábamos que debía ir a tal o cual lugar ya que podría salir cantando o recitando en la televisión. De hecho, ya ha salido en radio y tv en numerosas ocasiones con sus 85 años de vida.
Jesús eligió no unirse públicamente a la multitud que iría a Jerusalén. No era aún el tiempo, el momento de la revelación definitiva de Jesús, a través de la cruz. Jesús no obró como sus hermanos pensaban que debería actuar, sino de acuerdo con la voluntad del Padre.
Cerrando el artículo, transcribo literalmente una porción de la página 165 de Stan Slade, Comentario Bíblico Iberoamericano de Juan; ediciones Kairós referente a la fiesta de los Tabernáculos, que analizaremos en los próximos artículos de nuestra columna. Esto va solo como un adelanto:
Entre los muchos elementos de la fiesta, tres tienen importancia especial para Juan.
- Durante los siete días principales de la fiesta, cada día se realizaba una procesión solemne: del Templo salían al estanque de Siloé para sacar agua y llevarla al altar del Templo. Por un lado, era petición para que el Señor concediera lluvia para el siguiente año agrícola (es decir, “salvación agrícola). Por otro lado, basándose en Isaías 12.3 se anticipaba la salvación histórica que Yahvé traería al pueblo en el futuro. Jesús entra en competencia con este rito en 7.37-38.
- Otro elemento pertinente era la iluminación del Templo cada noche por medio de candeleros enormes colocados en el atrio de las mujeres. Esa luz y las danzas alegres que se realizaban en ella suscitaron el siguiente dicho popular: “El que no haya visto la alegría de esta fiesta nocturna no ha visto verdaderamente alegría en su vida” Jesús entra en competencia con esa luz en 8.12 y en el capítulo 9, especialmente en el v. 5.
- Hay otro elemento menos explícito que tiene importancia para Juan. Por ser la fiesta más concurrida, la de los Tabernáculos era el momento estratégico para hacer resaltar el Templo. Por eso se escogió vincular con esta fiesta la dedicación del Templo de Salomón (1Re 8.2) y la instalación del altar después del cautiverio (Esd 3.3-4). Y quizá por eso, también en Juan encontraremos que el momento es estratégico: precisamente en él se deja completamente claro el conflicto entre Jesús y el sistema centrado en el Templo.
Bueno, por ahora es todo, pero seguramente tendremos mucho para ir analizando referente a la comunicación de Jesús durante la fiesta de los Tabernáculos.
Bendiciones y ¡hasta la próxima!
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Pytheos - Jesús y los tiempos de Dios (Jn 7.1-9)