Efesios 3.1-13: misterio y ministerio
Un rico análisis de aspectos fundamentales en comunicar el evangelio, muy útil a la iglesia del siglo 21.
26 DE FEBRERO DE 2023 · 08:00
El misterio que me dio a conocer por revelación (v. 3); …comprendo el misterio de Cristo. Ese misterio, que en otras generaciones no se les dio a conocer a los seres humanos, ahora se les ha revelado… (vs. 4, 5) …
Por misterio se define: Hecho o cosa cuya naturaleza, causa, origen o razón de ser no tiene explicación o no se puede entender.
De este evangelio llegué a ser servidor. Este fue el regalo que Dios me dio por su gracia, conforme a su poder eficaz… recibí esta gracia de predicar a las naciones las incalculables riquezas de Cristo, y de hacer entender a todos la realización del plan de Dios… (vs, 7-9).
Por ministerio se define: Es el servicio que un creyente realiza de acuerdo con una llamada particular de Dios, para la Iglesia y la misión.
En este texto notamos varias cosas interesantes. Vemos a un comunicador, Pablo, preso. No está deprimido ni amargado… Está lleno de entusiasmo, deseoso de continuar comunicando la revelación de Jesucristo y está alentando a los cristianos de Efeso a no desmayar por causa de la tribulación (v. 13).
El misterio de la herencia
El evangelio revela un misterio sorprendente: “Herencia para todos” (vs. 2-6)
En realidad, hoy sabemos que el evangelio no era un misterio absoluto. De Génesis a Malaquías hay imágenes del Mesías Jesucristo. Muy notablemente se suele llamar a Isaías como un evangelista (Jehová salva).
Pero por otro lado vemos que, al llegar Jesús al mundo, gran parte de la humanidad no se da cuenta de lo que estaba ocurriendo, ni judíos, ni gentiles. Solo unos pocos pastores y un puñado de sabios del oriente. El misterio no era completamente claro en el Antiguo Testamento (v. 5)
Sí comprendemos aquí a Pablo, que cuando era el fariseo Saulo no había comprendido absolutamente nada del evangelio, y esa era la misma situación de la gran mayoría de judíos y de casi todos los gentiles.
Pablo aclara que su “comprensión” no vino por el estudio, sino de lo que el Espíritu de Dios le reveló y encargó (ver Neufeld, págs. 80 – 81).
Ahora esta revelación hace que las naciones sean coherederas de Israel, miembros de un mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa divina.
Me detengo un segundo en lo que Neufeld comenta sobre “miembros de un mismo cuerpo” (ver pág. 82)
“Esta imagen indica integración orgánica. Es una palabra única (synsomos), probablemente creada por Pablo mismo. Con ella quiere expresar esta verdad radical, de que el nuevo cuerpo de Cristo en la tierra se compone de diversos grupos étnicos y culturales, ya que la palabra “gentil” incluía a todos los pueblos, sus culturas e idiomas. Por un mismo Espíritu todos son bautizados a un mismo cuerpo, eliminando la función discriminatoria de las diferencias: hombre mujer; judío gentil; esclavo libre; etc. Ya no hay miembros “más iguales que otros” en la iglesia” …
Ahora señala Pablo son copartícipes de la promesa del Espíritu Santo, siendo todos hijos de Abraham; siendo todos portadores de bendición a todas las naciones.
Ministerio de diáconos-evangelistas (3.7-13)
En los versículos 7 y 8 Pablo se declara literalmente “diácono del evangelio” (ver págs. 82-84).
Aquí Neufeld enfatiza que “todo ministerio cristiano debe ser diaconía” (servicio). El ser evangelista no es otra cosa que servir a Dios y al prójimo, repartiendo la gracia divina.
El diaconado no debería ser un “cargo” de segunda línea en la iglesia, sino que todo creyente es diácono, según la operación del poder del Espíritu de Dios (v. 7). Ningún ministerio se lleva a cabo con nuestro propio poder. Debemos estar conectados a la “hidroeléctrica” del Señor.
Vemos también la sinceridad de Pablo de reconocer su pasado (v.8).
En los vers. 8 y 9 Pablo explica que Misión significa cruzar fronteras con el evangelio (ver pág. 84). Y para esto tenemos que superar prejuicios raciales y clasistas, barreras de idiomas y costumbres, tanto en nuestro propio país, como también yendo a otros países o continentes.
“Una de las barreras más difíciles de superar son las cuatro paredes del propio templo…” (Ricardo Esquivia) …
“El evangelio es la fascinante noticia de que las riquezas de Dios alcanzan para pagar todas nuestras deudas y posibilitarnos una vida de realeza celestial y de herencia aristocrática” (ver pág. 85).
Así, cumplir la misión resulta en iglesias con propósito (vs. 10-13)
Así, cuando la iglesia tiene un “para qué” en su misión y en el diaconado-evangelístico, se pueden superar las barreras del tradicionalismo, denominacionalismo, y otros ismos (ver. pág. 86).
Aquí Neufeld señala la importancia del nuevo sistema pastoral de misiones, llamado “iglesia misional”.
Este movimiento se caracteriza por la siguiente pregunta: ¿Tiene tu iglesia olor a misiones?
Neufel termina (ver págs. 87 y 88) con algunas ideas y conceptos que ayudan a una iglesia para tornarse misional (citadas de James Krabil):
- En este mundo Dios desea poner las cosas en su lugar.
- Las misiones son el pulso de la vida de la congregación.
- Cada miembro se involucra.
- Descubrir recursos humanos, afirmar dones, capacitar a la gente.
- Llenos del Espíritu, bañados en oración.
- Arraigados en las Escrituras, enfocados en Jesús.
- Un evangelio integral de sanidad, reconciliación y justicia.
- Nueva vida en Cristo.
- Diversidad racial y cultural.
- Pasión por los “perdidos, pequeños y últimos”.
- Un enfoque relacional.
- Alcanzando las heridas y necesidades profundas.
- En contacto con la comunidad.
- En sintonía con las tendencias sociales, culturales y globales.
- Alabanzas que celebran el “mundo soñado” de Dios.
- Testimonio profético.
- Disposición de riesgo.
- Unidad entre “ser, hacer y hacer saber”.
- Iglesia como “espejo” del amor de Dios.
- Iglesia como “ventana” hacia una vida divina para todos.
- Compartir historias de nueva vida.
- Captar la visión.
- Incentivar a la participación.
- Combinar recursos, funcionar como red, colaborar.
- Comenzar con los hogares.
- Desde la vereda de enfrente hacia los confines del mundo.
Concluyendo esta sección, me parece que Pablo, y también Neufeld hacen un rico análisis comunicacional aquí de aspectos fundamentales en la comunicación del evangelio que pueden ser muy útiles a la iglesia del siglo 21, a nuestra iglesia actual.
No quiero entrar en críticas a nadie, pero cuánta humildad nos hace falta a todos al reconocer que solo somos siervos de Dios y de las personas del mundo entero. Hoy hay una gran plataforma universal que se llama Internet. Y de alguna manera u otra se cruzan las barreras o se vuelven a levantar otras.
Solo por mencionar algo que me viene a la mente, la Convención Bautista del Sur, que desfraternizó a Saddleback Church, por su tonta barrera de que los pastores y predicadores pueden ser solo “los hombres”. Y así, seguro en cada país de Latinoamérica también hay iglesias que no saben absolutamente nada del diaconado evangelístico del que habla el apóstol Pablo, y de las iglesias misionales.
*Alfred Neufeld (2006) Efesios: Iglesia Humana con propósitos Divinos. Instituto Bíblico Asunción – Universidad Evangélica del Paraguay
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