¡Viva México! Dios reina sobre esta nación

Cuando el polvo final haya descendido y cesen las obras de los hombres, se verá que jamás fuimos los que tuvimos los hilos de la historia, siempre estuvo Dios a cargo.

    29 DE JULIO DE 2025 · 14:01

    Visión nocturna de México desde el espacio / NASA,México noche, México satélite
    Visión nocturna de México desde el espacio / NASA

    La celebración de la independencia de México llena al país de los colores propios de nuestra patria, así como del sabor distintivo de ser mexicano.

    En medio del “grito”, conviene recordar algunas acciones que nos llevaron a cortar las cadenas que otrora nos ataron.

    Acciones que no son muy conocidas por nosotros, pero que significan la mano de Dios detrás de los asuntos humanos.

    Si no fuera por Dios, México no sería libre. El 30 de octubre de 1810, los insurgentes derrotaron al ejército realista en la batalla conocida como “Del Monte de las Cruces”. Lugar que hoy corresponde al Parque Nacional Insurgente, llamado comúnmente La Marquesa.

    Cuando los insurgentes obtuvieron este triunfo, tenían ante sí el camino abierto para tomar la Ciudad de México. Es decir, se encontraban a un paso de la victoria final. La guerra de Independencia podía terminar a favor del movimiento libertador. Sin embargo, cuando todos comenzaban a celebrar, el cura Hidalgo detuvo el avance ordenando a las tropas no entrar a la capital.

    Se dicen muchas cosas del por qué de tal decisión: estaban agotados, muchos desertaron en los últimos combates, había sido muy costoso en bajas, les faltaba armamento e incluso por temor a la locura de los insurgentes en un posible saqueo a la ciudad y exceso de violencia.

    El hecho es que la guerra pudo haber terminado ahí, pero se prolongó algunos años más por esta decisión. Se dice que esto trajo tal conflicto entre Hidalgo e Ignacio Allende que llegaron a odiarse. Hasta se corrieron rumores de un intento fallido de asesinar a Hidalgo envenenándolo por parte de Allende.

    Años después, después de la muerte de Hidalgo y la mayoría de los líderes insurgentes, el movimiento de independencia había fracasado. Pero revivió cuando Agustín de Iturbide, coronel del ejército real, se reveló contra el virrey Feliz María Calleja. En realidad no lo hizo por motivos similares a Miguel Hidalgo, sino por habérsele enjuiciado antes sus intereses económicos al haberse enriquecido persiguiendo a los insurgentes. El que había sido uno de los más fieles perseguidores de los independentistas, se convertía en uno de ellos. Sus malos motivos se vieron expuestos en el plan de Iguala, además de coronarse emperador al ganar la guerra, asunto que finalmente le costó la vida fusilado, siendo depuesto por oportunistas simpatizantes al movimiento de Independencia.

    La independencia de México no tiene el guión de una película hollywoodense, donde los libertadores son buenos y decentes y los malos impíos por completo. Pero a pesar de las fallas humanas y sus motivaciones incorrectas, Dios estaba detrás de la escena de la historia llevando a cabo su voluntad para crear la nación independiente, la República Mexicana.

    Como dice la Biblia: «de Yahwéh son los pasos del hombre; ¿cómo pues entenderá el hombre su camino?» (Pr. 20:24). Dios sigue gobernando los asuntos humanos a pesar del aparente caos de los hombres.

    Mira las noticias, en todo siglo han existido guerras y toda clase de problemas ocasionados por la humanidad, el tema de la destrucción de la especie es sumamente usado en el cine y la televisión debido a que somos una especie de virus en este planeta, la única especie que no aporta sino la destrucción del mismo, así como el desequilibrio de la cadena alimenticia y ecología.

    Con todo, cuando el polvo final haya descendido y cesen las obras de los hombres, se verá que jamás fuimos los que tuvimos los hilos de la historia, siempre estuvo Dios a cargo.

    Jamás nos ha dejado, no hemos estado solos. Nunca fuimos los dueños del destino universal. Dios sigue siendo Dios y su autoridad continúa prevaleciendo. Hasta en los peores momentos Dios tiene el control.

    En voz de las Sagradas Escrituras: «Yahwéh preside en el diluvio, y se sienta como Rey para siempre» (Sal. 29:10). Gritamos: ¡viva México! Acompañado de ‘: ¡Viva Cristo!

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