Cómo ser agentes de bendición en este 2022

No olvidemos que somos el pueblo bendecido para ser bendición (Génesis 12:2).

23 DE ENERO DE 2022 · 08:00

Belle Co, Pexels,amigos alegría
Belle Co, Pexels

Una aspiración de cara al nuevo año (Parte 2)

La semana pasada comencé un apasionante tema en mis Soliloquios, Ser de bendición, llenos de compasión, e intenté contestar a esta pregunta: ¿Cómo podemos ser de más bendición en este 2022? Expliqué que podríamos perseguir esta aspiración en todo cuanto hagamos e incluso orar: “Señor, ayúdame a ser de más bendición que lo que he sido hasta ahora”. Estoy seguro de que un enfoque así es agradable al Cielo y nos hace avanzar en nuestra vida cristiana.

Abordé dos claves muy sencillas: creamos que somos una bendición para los demás y vivamos llenos de compasión. En este artículo explicaré dos claves más y dejaré para la semana próxima los tres últimos consejos.

De nuevo, la pregunta sería: ¿Cómo ser de más bendición para los demás en este 2022?

 

3. Al vivir más cerca del Señor

Al vivir más cerca del Señor podremos ser de más bendición a los que nos rodean. Dice en Hebreos que “el Señor es galardonador de los que lo buscan” (Hebreos 11:6). Nuestro Maestro lo expresó así: "Busca en el secreto, y tu Padre te recompensará en público” (Mateo 6:6). Entonces, cuando estamos más cerca del Señor, nos llenamos de su Presencia y después salimos a lo público y somos de más bendición: dejamos su fragancia y un poco de su Presencia allí donde vamos. Aportamos algo bueno a los que están cerca nuestro.

No dejo de meditar en esta porción de Jeremías, donde hay una pregunta impactante: “Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová y vio y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra y la oyó?” (Jeremías 23:18). Y un poco más abajo continúa: “No envié yo a aquellos profetas, pero ellos corrían. Yo no les hablé, mas ellos profetizaban. Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras” (Jeremías 23:21-22). Eran profetas, pero profetizaban sus propias palabras. Y sí, ellos corrían, solo que iban donde Dios no los enviaba. Dice el Señor: “Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo y lo habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus obras”.

Yo me pregunto: ¿Cuántas cosas me he perdido por no estar en el secreto del Señor? ¿Cuántas cosas podía haber dicho a otros? ¿Cuántas cosas podía haber hecho? Pero, quizás, no estuve en el secreto para oír; o no estuve en el secreto para recibir lo que luego tenía que dar.

Querido lector ¿quieres ser de más bendición en este año? Entonces, aquí está la clave: Vivir más cerca del Señor te va a hacer una mayor bendición.

Una palabra me golpeó el corazón al comienzo de este año: INTIMIDAD. Este llamado, como siempre y más aún en este tiempo, es vital: Intimidad en el 2022. Dios y yo; yo y Dios. Él nos llama a una mayor intimidad. Él nos llama a su secreto. Él nos llama a buscarlo y a fortalecer nuestra intimidad.

“Juan Carlos”, me dirás, “ya tengo una buena intimidad”. Pues profundiza más. “Juan Carlos, estoy débil en la intimidad”. ¡Es el tiempo! ¡Urge! El Señor te dice: Tú y yo; Yo y tú. Apártate. Quiero estar contigo y tú conmigo... Búscame en el secreto, y yo te voy a usar en lo público".

Este es el año, amigo lector, para ir a otra dimensión en la intimidad. Y nos está llamando también como Iglesia. En forma congregacional. Porque hay cosas que el Señor las revela, y abre su corazón o se desnuda, solo en la intimidad. Todos los ministerios necesitamos tiempos donde no retransmitimos la reunión a las multitudes del Internet o de las ondas de radio o televisión, para tener una búsqueda en la intimidad. Jesús nos está esperando en la intimidad. Y tiene tanto para nosotros... Si buscamos estar más cerca del Señor, seremos de más bendición que lo que hemos sido hasta el momento. En esto podemos crecer mucho en la siguiente temporada.

 

4. Invierte en ser de más bendición

Hay personas que se mueven teniendo un enfoque en la ganancia o el beneficio que les reporta cualquier acción. Nosotros, en cambio, tengamos siempre este pensamiento ¿cómo puedo ser de bendición? Y después de que hayas sido de bendición ¿cómo puedo ser de más bendición?

Pero, algo podremos constatar: para ser de bendición hay que hacer inversión de tiempo, de dinero, de atención, de amor, de nuestra casa o vehículo, de nuestros talentos y dones, en fin… de nuestra vida. Así lo dijo Pablo: “Y yo muy gustosamente gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré por vuestras almas. Si os amo más, ¿seré amado menos?” (2 Corintios 12:15). Y yo digo con Pablo: Muy gustosamente me gastaré y gastaré lo mío.

¡No escondas lo que tienes! "Pero el que había recibido uno, fue y cavó en la tierra y escondió el dinero de su señor” (Mateo 25:18). Algunos enterramos los dones y el potencial que Dios nos ha dado en los afanes del mundo. La tierra representaría eso: las cosas de esta vida, como los afanes, las preocupaciones, las responsabilidades, etc. Otros, en cambio, simplemente no queremos esforzarnos, trabajar y servir para ser de bendición a los demás. Somos como ese otro mal siervo de Lucas 19:20: “Y vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, que he tenido guardada en un pañuelo”. Guardamos nuestros recursos en un pañuelo y acabamos destruyendo el propósito de Dios.

En ambos supuestos, los siervos escondieron lo que habían recibido. Salgamos de todo escondite en el que nos hemos acomodado o atrincherado, pues hay un mundo que nos necesita. Si hemos recibido toda la bendición de Cristo (Efesios 1:3), ¿será para nuestro pingüe disfrute o para llenar la Tierra de su bendición?

 

La próxima semana completaré este soliloquio con tres claves más. Hasta entonces no olvidemos que somos el pueblo bendecido para ser bendición (Génesis 12:2). ¿Cómo? Viviendo más cerca de Jesús; y no escondiendo lo que hemos recibido de Él, sino compartiéndolo con todos los que nos rodean. Invierte en ser de más bendición.   

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Soliloquios - Cómo ser agentes de bendición en este 2022