El Salvador es una nación de América Latina que figura en la Lista de Países en Observación 2023 de la organización Puertas Abiertas. Esto significa que el país tiene un alto nivel de persecución de cristianos, según la encuesta de la Lista Mundial de la Persecución 2023.

Uno de los principales retos para los cristianos locales es la coexistencia con bandas criminales, como las llamadas MS-13 y Barrio-18. Estas bandas dominan territorios con sus propias reglas, al margen del gobierno.

Cuando los cristianos llevan a cabo actividades que pretenden sacar a los jóvenes de la vida delictiva o predican criticando los problemas relacionados con dicha vida, pueden ser víctimas de asesinato, extorsión y otras formas de represalia.

Intensificación de la persecución

En 2023 se intensificó la persecución en el país centroamericano debido a la presión del gobierno. Las autoridades han implementado medidas para castigar a todas las bandas, pero éstas se han extendido a las iglesias que funcionan en barrios controlados por bandas y a antiguos miembros de bandas que se han arrepentido de su pasado y se han convertido al cristianismo.

El gobierno de El Salvador entiende que en ambos casos existe una complicidad de la iglesia con los grupos criminales y ha comenzado a castigarla también, sin investigaciones adecuadas que demuestren que, en realidad, los cristianos son víctimas de la violencia y la única implicación que tienen es proclamar el evangelio del arrepentimiento y la vida nueva de la esperanza, en Cristo.

Según un joven salvadoreño, la juventud local tiene tres opciones: “Unirse a una pandilla, unirse a una iglesia evangélica o irse de El Salvador”. En medio de la lucha por el poder, la iglesia se levanta para dar testimonio de la gracia y el amor de Jesús, lo que a menudo se encuentra de frente con el acoso, el abuso sexual de niñas cristianas y el reclutamiento de niños.