Los “Diálogos continentales” que organiza el Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia (C.Iber) se ha centrado este pasado sábado 27 de febrero en el uso responsable del voto cristiano.

Tras la bienvenida su presidente, Aarón Lara, expresó que el motivo de elegir este tema es que habrá elecciones en doce países latinoamericanos este año, de diferente ámbito: presidenciales, legislativos y estaduales. Algo que presenta un dilema ético y de elección para los ciudadanos de fe cristiana, tanto en su voto como en la participación política.

“El fracaso de nuestras democracias ha sido haber elegido a quienes no garantizan el ejercicio democrático. Votamos por partidos en vez de personas. Votamos por quien habla bonito a pesar de que sus propuestas contravienen nuestros valores y muchos otros conceptos que serán revisados en esta emisión de Diálogos Continentales. Decidamos responsable nuestro voto” dijo Lara.

En el encuentro, realizado en una plataforma virtual, asistieron representantes de dieciocho diferentes países, entre ellos políticos y líderes sociales cristianos de Iberoamérica.

La ponencia principal estuvo a cargo de Hugo Márquez, pastor, presidente de la Confederación Evangélica Bautista argentina y Vicepresidente del C.Iber. El tema que trató fue “¿Cómo decidir sabiamente nuestro voto?”, para lo que presentó “seis mandamientos”.

Tras la ponencia y un debate-coloquio, se presentaron tres propuestas ya desarrolladas para ayudar a que los creyentes tengan un fundamento a la hora de decidir su voto: Voto por la Vida (México), Foro del voto consciente (Bolivia), y Vota sabiamente (España).

Los “6 mandamientos” del voto cristiano

Resumen de la ponencia de Hugo Márquez

Los evangélicos hemos cambiado el paradigma tradicional, y sin previo acuerdo en diferentes momentos y países ha surgido una comprensión de la política como campo misionero. Un riesgo que algunos corrieron de manera individual pero que generaron una efervescencia en toda la iglesia. Y sin duda el voto evangélico tiene una influencia grande. Lamentablemente ese potencial se ha dispersado mucho, y además -lo que es peor- se ha desviado a opciones, programas y candidatos abiertamente contrarios a los principios de la Palabra de Dios.

Ante esto debemos preguntarnos cuál ha sido el criterio del voto evangélico. Y no se trata de a quién debemos votar, pero sí tener criterios para definir más responsablemente a quién votamos.

Tenemos límites que no podemos traspasar como ciudadanos y creyentes. Son los “noes” que tenemos que tener en cuenta, como los “noes” de los 10 mandamientos, pero con principios aplicados a la vida política.

1.- No podemos votar por rutina, intereses o tradición política, debemos tener lealtad al Señor antes que a ningún partido o plataforma política. No podemos vender nuestro voto o involucración política por logros o beneficios personales.

2.- No podemos entronar a ningún candidato, porque el trono es del Señor (endiosar a candidatos o darle un rol mesiánico). No levantemos ídolos.

3.- No nos creamos la propaganda o la imagen que se vende en los medios públicos. Especialmente en cuanto a una falsa vida familiar; y las promesas que son claramente imposibles.

4.- No nos dejemos engañar por los políticos que en plena campaña comienzan a visitar las iglesias, prometen favores, deja que les regalen Biblias, piden oración por ellos o incluso se convierten o recitan versículos bíblicos; cuando al día siguiente se reúnen con cualquier otro grupo religioso y hacen algo parecido. Especialmente no especulemos

5.- No apoyemos candidatos populistas de derechas o de izquierdas, ya que anulan instituciones y el poder judicial, y silencian la prensa libre. Aspiran a apoderarse del poder absoluto. Debemos votar candidatos que defiendan la separación de poderes.

6.- No seamos superficiales a la hora de considerar a los candidatos cristianos que se presentan. No basta que se declaren o sean cristianos. Deben ser idóneos, aptos, honestos, formados, transparentes, de buen testimonio. Que no busquen beneficio propio. Debemos apoyar y votar a los cristianos,  que reúnen estas condiciones.