Washington acogió en la mañana de ayer la toma de posesión del 47º presidente de los Estados Unidos. Donald Trump y su vicepresidente, JD Vance, pronunciaron su juramento en una ceremonia protocolaria con una presencia destacada de representantes cristianos.

Antes de los juramentos y discursos, el reconocido evangelista Franklin Graham participó con una oración en la que dio gracias a Dios por salvar la vida de Trump. “Le has levantado con tu poderosa mano, ahora dirígele, dale tu sabiduría”, expresó el hijo de Billy Graham. “Tomamos este momento para darte gracias, Señor, por las libertades que disfrutamos. Que nuestros ojos estén fijos en ti y que América vuelva a ser grande buscándote a ti”, añadió.

Juramento sobre la Biblia

Trump usó en esta ceremonia su propia Biblia y la Biblia de Lincoln, un ejemplar conocido con ese nombre porque fue utilizado por el décimo sexto mandatario, Abraham Lincoln. 

​El vicepresidente electo, JD Vance, recurrió a una Biblia familiar

Trump anuncia una nueva era

Tras jurar con la mano sobre la Biblia, Trump expuso en un discurso las líneas principales del gobierno que inaugura hoy. “La era de oro de América comienza”, anunció Trump, que enfatizó la idea de que el país será “reconstruido”, ganará nuevamente “el respeto” del mundo poniendo “a América en primer lugar”.

“Vuelvo con optimismo”, dijo un Trump que estaba acompañado por su futuro gobierno. “El tiempo de la debacle de América ha terminado”.

“Hace unos meses -comentó Trump- una bala pasó cerca de mi cabeza. Dios salvó mi vida por una razón: para hacer a América grande nuevamente”.

El nuevo presidente hizo además referencias a Martin Luther King, del que dijo que “su sueño puede hacerse realidad”. “No olvidaremos a nuestro país, a nuestra Constitución ni a nuestro Dios”, exclamó.

“Solo hay dos géneros: hombre y mujer”

El presidente también se comprometió a abandonar la ideología de género de forma oficial. “Somos una sociedad basada en el matrimonio. Nuestra política es que hay dos géneros: hombre y mujer”, afirmó Trump. En consecuencia, proclamó que pondrá fin a los programas de diversidad y las políticas de identidad de género del Gobierno norteamericano; por lo que exigirá a ciertas agencias, escuelas y a las prisiones federales que vuelvan a reconocer solo “hombre” y “mujer” en los formularios.

Como parte de esa batalla cultural, el nuevo presidente “establecerá la existencia de lo masculino y lo femenino como realidad biológica y protegerá a las mujeres de la ideología radical de género”, según su equipo. Trump lo adelantó en su discurso: “Pondré fin a la política gubernamental de tratar de imponer socialmente la raza y el género en todos los aspectos de la vida pública y privada. Forjaremos una sociedad ciega al color y basada en el mérito”, proclamó.

En esta misma línea de enfrentarse a una imposición monolítica de lo políticamente correcto declaró que "Tras años de esfuerzos inconstitucionales e ilegales por recortar la libertad de expresión, voy a firmar una orden para acabar con la censura y promover la libertad de expresión"

“Volver al sentido común” 

Entre las primeras medidas anunciadas, Trump quiso destacar las “órdenes para volver al sentido común”. Entre ellas, incluyó la declaración de emergencia “en la frontera sur”, donde dijo que se produce una “invasión desastrosa” de inmigración ilegal que ha prometido frenar. Un anuncio que pone a Trump en la vereda opuesta de las recientes declaraciones al respecto del papa Francisco.

Además declaró la guerra a “los cárteles” y organizaciones traficantes, que “serán designados como organizaciones terroristas”.

Trump también prometió terminar con las limitaciones a la explotación energética y con legislaciones que limiten el consumo o la producción. “Podrás comprar el coche que quieras”, añadió, en una política económica que procurará establecer fuertes aranceles a los productos foráneos para priorizar la producción nacional.

Tras la ceremonia firmó una amplia serie de decretos, entre los que estaba la salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)

Este giro proteccionista irá acompañado, asimismo, de una estrategia exterior de fuerza, aunque Trump ha dicho que su voluntad es ser “un unificador y pacificador”. Como ya hizo recientemente, reafirmó su intención de recuperar el canal de Panamá o, al menos, que las condiciones para los buques estadounidenses sean más favorables.

A nivel interno, también anunció cambios como “una nueva política de eficacia en la administración”, y dejó la promesa de “no utilizar recursos de la administración para perseguir a rivales políticos”. “Traeremos ley y orden a nuestras ciudades”, anunció.

La última parte del discurso, Trump alabó el espíritu emprendedor. “Somos pioneros, la llamada de la gran aventura resuena en nuestras almas”, por ello dijo que potenciará el programa espacial “para que podamos llevar nuestra bandera de barras y estrellas a Marte”, en un guiño muy celebrado por su asesor Elon Musk.

“El futuro es nuestro, la era de oro acaba de comenzar. Dios os bendiga”, concluyó el presidente.