Las flores en el Cantar de los Cantares

Aparte del significado teológico, el Cantar de los Cantares es una hermosa selección de poemas que exalta el amor con las más bellas palabras.

    31 DE AGOSTO DE 2024 · 08:00

    Nathan Dumlao, Unsplash,boda flores, pareja flores
    Nathan Dumlao, Unsplash

    En el hermoso libro bíblico “El cantar de los Cantares” atribuido al sabio rey Salomón, se menciona reiteradamente a varios tipos de flores, recurso éste por demás poético y motivo de inspiración para el autor del libro.

    Si bien las flores son citadas profusamente en toda la Biblia e incluso puestas por ejemplo por el señor Jesús, es en el Cantar de los cantares donde se las cita con mayor frecuencia.

    Así podemos ver que en el Capítulo 2:12 el rey poeta dice: “Se han mostrado las flores en la tierra. El tiempo de la canción ha venido, y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola. La higuera ha echado sus higos, y las vides en cierne dieron olor; Levántate. Oh amiga mía, hermosa mía, y ven”;

    El amado en Cantares 2:2 describe idílicamente a su enamorada con una de las mejores frases de toda la literatura romántica: “Como el lirio entre los espinos, así es mi amada entre las doncellas”.

    Y hablando precisamente de los lirios el Señor Jesús en el libro del evangelista Mateo asevera diciendo “os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos”.

    Según la etimología “el cantar por excelencia, superior a todos los demás y el singular y el exceso entre los de su misma textura. El nombre, concretamente, dimana del Capítulo 1 versículo 1 (la canción superlativa que es de Salomón), o sea la canción de las canciones”.

    La protagonista del libro refiriéndose al Amado, en el Capítulo 5:10-16 dice: “Sus mejillas, como una era de especias aromáticas, como fragantes flores y sus labios como lirios que destilan mirra fragante”.

    Y en una hermosa metáfora, recurso generalmente de la poesía lírica, la Amada exclama que “Mi nardo dio su olor” y más adelante con una bella expresión acota que: “Racimo de flores de alheña en las viñas de En-Gadi es para mí mi amado” (Cantares 1:12-14).

    Pero, para mí gusto personal, la cita en Cantares 2:1: “Yo soy la rosa de Sarón y el lirio de los valles” es una de las más logradas y perfectas de todo el libro.

    Varios destacados poetas se han referido a las flores, especialmente a las rosas, símbolo de la belleza pero también de la brevedad de la vida.

    En un poema antológico el gran vate José Martí la glosa en los siguientes versos: “Cultivo una rosa blanca / en junio como enero / para el amigo sincero / que me da su mano franca.  Y para el cruel que me arranca / el corazón con que vivo / cardo ni ortiga cultivo / cultivo la rosa blanca”. De profundo sentir evangélico.

    Y el mexicano Amado Nervo, al pensar en la rosa, seguramente la asoció en este otro poema a las espinas de la misma: “¡Si una espina me hiere, me aparto de la espina, /…pero no la aborrezco! Cuando la mezquindad / envidiosa en mí clava los dardos de su inquina, / esquivase en silencio mi plana, y se encamina / hacia el más puro amiente de amor y  caridad.  ¿Rencores? ¡De qué sirven! ¿Qué logran los rencores? / Ni restañan heridas, ni corrigen el mal. / Mi rosal tiene apenas tiempo para dar flores, / y no prodigo savias en pinchos punzadores: / si pasa mi enemigo cerca de mi rosal / se llevará las rosas de más sutil esencia, / y si notare en ellas algún rojo vivaz, / será el de aquella sangre que su malevolencia / de ayer vertió al herirme con encono y violencia, / y que el rosal, devuelve, trocado en flor de paz”.

    Aparte de su significado teológico, el Cantar de los Cantares es una hermosa selección de poemas que exalta el amor con las más bellas palabras.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Desde Valcheta - Las flores en el Cantar de los Cantares

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