¿Una Ley de Dios rígida e inflexible?
Los preceptos de la ley de Dios brindan espacio a casos de excepción siempre que existan legítimos factores atenuantes.
25 DE MAYO DE 2025 · 08:00

Tradición, legalismo y libertad (2)
Vimos la pasada semana que el legalismo es la censurable actitud presente en la iglesia que tiende a reducir la práctica del cristianismo a una serie de normas y leyes detalladas que pueden llegar a ser cargas muy difíciles y molestas, muchas de ellas extemporáneas, cuando no sin ningún fundamento bíblico y producto de normas y tradiciones humanas.
Y expusimos que las advertencias bíblicas contra el legalismo se dan en tres frentes diferentes; analizando la primera, que vimos en la crítica del Señor Jesús contra las tradiciones rabínicas añadidas a la Ley en el Talmud judío.
Hoy, en segundo lugar, veremos que las advertencias contra el legalismo tienen que ver con el hecho de que los preceptos de la ley de Dios no eran rígidos ni inflexibles, sino que brindaban espacio a casos de excepción siempre que existiesen sus legítimos factores atenuantes.
Por ejemplo, en relación con la fecha anual establecida para la celebración de la Pascua la Ley deja abierta la posibilidad de celebrarla en una fecha diferente, teniendo en cuenta factores atenuantes que hayan impedido su celebración en la fecha inicialmente prevista:
“Entonces el Señor le ordenó a Moisés que les dijera a los israelitas: Cuando alguno de ustedes o de sus descendientes esté ritualmente impuro por haber tocado un cadáver, o se encuentre fuera del país, aun así podrá celebrar la Pascua del Señor. Solo que, en ese caso, la celebrará al atardecer del día catorce del mes segundo. Comerá el cordero con pan sin levadura y hierbas amargas” (Números 9:9-11).
El rey Ezequías fue, incluso, eximido en cierta ocasión de quebrantar estos preceptos: “En efecto, mucha gente de Efraín, de Manasés, de Isacar y de Zabulón participó de la comida pascual sin haberse purificado, con los que transgredieron la Ley. Pero Ezequías oró así a favor de ellos: Perdona, buen Señor, a todo el que se ha empeñado de todo corazón en buscarte a ti, Señor, Dios de sus antepasados, aunque no se haya purificado según las normas del santuario. Y el Señor escuchó a Ezequías y perdonó al pueblo” (2 Crónicas 30:18-20).
Es algo ratificado por el mismo Señor en el evangelio: “Por aquel tiempo pasaba Jesús por los sembrados un día sábado. Sus discípulos tenían hambre, así que comenzaron a arrancar algunas espigas de trigo y a comérselas. Al ver esto, los fariseos le dijeron: ꟷ¡Mira! Tus discípulos están haciendo lo que está prohibido en día sábado. Él contestó: ꟷ¿No han leído lo que hizo David en aquella ocasión en que él y sus compañeros tuvieron hambre? Entró en la casa de Dios; él y sus compañeros comieron los panes consagrados a Dios, lo que no se les permitía a ellos, sino solo a los sacerdotes”.
A esta enseñanza Jesús añadió enseguida un ejemplo más que no tenía ya carácter de excepción, como lo era el hecho de que los sacerdotes, por razón de su oficio, trabajaban, sin culpa, el sábado: “¿O no han leído en la Ley que los sacerdotes en el Templo profanan el sábado sin incurrir en culpa?” (Mateo 12:1-5).
En definitiva, dejó claro el principio divino de que: “El sábado se hizo para el ser humano y no el ser humano para el sábado” (Marcos 2:27).
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Serie sobre “Tradición, legalismo y libertad”
1.- ‘Por tradición anulan la palabra de Dios’
2.- Cuando la Ley de Dios no es rígida ni inflexible
3.- Practicar e imponer el legalismo
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Creer y comprender - ¿Una Ley de Dios rígida e inflexible?