El trabajo y el servicio a Dios
Día 1 de mayo, Día de los Trabajadores… también de los que trabajamos para Dios.
01 DE MAYO DE 2025 · 11:00

Cuando se habla de vocación y de “servicio a Dios” la mayoría de las personas piensan en un llamado a algún tipo de ministerio clerical en la iglesia.
Bien sea en vocaciones sacerdotales (en el caso catolicismo romano y la iglesia ortodoxa griega), o en vocaciones pastorales en el protestantismo evangélico, entendiendo esto último como una dedicación de tiempo completo.
Pero desde la perspectiva bíblica esta concepción de la vocación es muy estrecha y excluyente.
Porque si fuese así, como es obvio, cubriría a un porcentaje muy pequeño de personas en la iglesia.
Además, es una visión muy cómoda, porque al amparo de ella es muy fácil creer que el llamado y la vocación no nos conciernen en lo absoluto, y así podemos estarle sacando el cuerpo a nuestra responsabilidad ante Dios.
Y por último, es equivocada, porque no corresponde con el significado que la Biblia atribuye a este término.
Por el contrario, en la Biblia se nos revela que todo ser humano, −y en particular todo cristiano−, tiene un propósito, un llamado y una vocación de servicio a Dios.
Por lo tanto es nuestro deber que:
Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas (1 Pedro 4:10).
Este mandato implica el uso responsable de las oportunidades y el desarrollo de los talentos que Dios ha dado a cada uno de los miembros de la iglesia, cualesquiera que sean y en todos los frentes de la cultura humana.
Así pues el trabajo en sí que llevamos a cabo todos los días para vivir sea dentro o fuera de la iglesia, es visto en la Biblia como una vocación a la que Dios nos ha llamado, y que nos permite realizarnos en gran medida como personas en este mundo, y servirle a Él.
En definitiva, todos tenemos una vocación para servir a la causa de Dios en el mundo, y algunos incluso en un ministerio dentro de la iglesia.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Creer y comprender - El trabajo y el servicio a Dios