El tercer cielo, cielo presente o estado intermedio
Pablo -en una experiencia místic- vio y escuchó cosas inenarrables, escribiendo: “deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor”
12 DE FEBRERO DE 2023 · 08:00

Hablemos del cielo (2)
La pasada semana hablamos del tercer cielo del cual nos habló Pablo, sin relación alguna con el primero y el segundo cielo físicos. Este “tercer cielo” la teología lo define como el cielo o el “estado intermedio”, también llamado el cielo presente, el lugar al que van los creyentes tras la muerte física.
Como dijimos, este cielo o “estado intermedio” es un lugar maravilloso e incomparablemente superior a los más grandes momentos de dicha que podamos experimentar en este mundo, pero es “intermedio” porque con todo lo maravilloso que pueda ser, es temporal, está limitado al lapso comprendido entre la muerte del creyente y la segunda venida de Cristo, que inaugurará el cielo en su sentido eterno y definitivo.
Aunque estos artículos están más enfocados en el cielo definitivo y eterno y no en el cielo presente o intermedio, señalaré algunas de sus características, según se deducen de la Biblia, sin referirme necesariamente a los pasajes en los que se apoyan estas conclusiones.
Así, el cielo presente o intermedio, en el que muy seguramente se encuentran nuestros parientes creyentes ya fallecidos, es maravilloso, pues Pablo, luego de haber tenido una experiencia mística única por la que fue trasladado a este cielo en el cual pudo ver y escuchar cosas que no pueden expresarse con nuestros limitados e insuficientes idiomas actuales, decía luego: “deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor” (Filipenses 1:23) ante la posibilidad y eventualidad de morir a la que todos los seres humanos estamos abocados.
Los creyentes tendremos allí también una memoria aguzada y una conciencia plena mucho más lúcida, vívida y precisa de quienes somos y de dónde provenimos ꟷrecordando con mucha mayor claridad todos los aspectos, vivencias y detalles de nuestra historia personal en la tierra, pero sin sentirnos ya agobiados, avergonzados ni culpables de todo lo malo que hayamos hechoꟷ y también de dónde y con quiénes nos encontraremos acompañados, así como una experiencia más intensa y exponencial de la alegría y el gozo terrenal al poder estar en la presencia inmediata y directa de Dios en la persona de Jesucristo.
No se discute tampoco que quienes se encuentran en el cielo intermedio tienen un profundo interés en lo que sucede en la tierra, como lo tendría cualquier creyente comprometido que desea conocer el desenvolvimiento gradual del plan de Dios para la historia de la especie humana a la que pertenecemos, así como también el hecho de que poseen información precisa de lo que sucede aquí, pero no de manera directa, sino muy seguramente, mediada a través de Dios y sus ángeles.
Sin embargo, por luminoso, deseable, llamativo y atrayente que pueda ser este cuadro, el cielo definitivo y eterno es, a su vez, mucho mejor que el cielo intermedio por las siguientes razones.
En primer lugar, debido a que la Biblia no se refiere a él como “el cielo” a secas, sino más exactamente como el “reino de los cielos”, expresión que es, por cierto, exclusiva del evangelio de Mateo y se utiliza 34 veces en él.
Los otros evangelios prefieren referirse a él como el “reino de Dios”. Y al hablar del “reino de los cielos” o del “reino de Dios” la Biblia se refiere al reinado de Dios establecido en la tierra misma con la segunda venida de Cristo y la resurrección de todos los creyentes con cuerpos físicos y materiales, pero inmortales e incorruptibles, semejantes al de Cristo resucitado, para habitar en esta tierra, pero recreada, reestructurada y renovada por Dios en tal grado, que la Biblia se refiere a ella como una “nueva creación” (2 Corintios 5:17, Gálatas 6:15) y como “cielos nuevos y tierra nueva, en los que habita la justicia” (2 Pedro 3:10-13).
Por eso, aunque por lo pronto pensemos en el tercer cielo como situado en las alturas insondables, en realidad el cielo bíblico definitivo estará ubicado en la tierra.
Una tierra renovada más allá de nuestros más excelsos e imaginativos sueños, a tal punto que acierta de lleno Randy Alcorn al hacer la siguiente afirmación ya citada también en relación con el infierno: “La tierra es un mundo… tocado por ambos el Cielo y el infierno. La tierra lleva directamente al Cielo o directamente al infierno. Lo mejor de la vida en la Tierra es un vistazo del Cielo; lo peor de la vida es un vistazo del infierno. Para los creyentes, esta vida presente es lo más cercano que estarán del infierno. Para los inconversos, es lo más cercano que estarán del cielo”. O del reino de Dios en la tierra, para ser más exactos.
Un reino en el que, adicionalmente: “… Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir” (Apocalipsis 21:4).
Esto explica también por qué los salmos dicen de manera insistente: “los benditos del Señor heredarán la tierra… los justos heredarán la tierra, y por siempre vivirán en ella… él te exaltará para que heredes la tierra” (Salmo 37:22, 29, 34).
Una eternidad con cuerpos glorificados e incorruptibles en una tierra renovada en grado superlativo, viviendo en la presencia del propio Dios debería ser un estímulo suficiente para imaginar y anhelar el auténtico “reino de los cielos” y trabajar en la tierra actual para alcanzarlo, y contrarrestar y corregir de paso las ideas equivocadas que muchos tienen de él.
De estas ideas falsas -pero muy populares- hablaremos la próxima semana.
Serie "Hablemos del cielo"
1.- El tercer cielo y la segunda venida de Cristo
2.- El tercer cielo, cielo presente o estado intermedio
3.- El falso cielo de la cultura popular
4.- El reino de los cielos, el ‘shalom’ perfecto
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Creer y comprender - El tercer cielo, cielo presente o estado intermedio