Encuestas certifican la decadencia del cristianismo moderno
En estos tiempos peligrosos es cuando más debemos asirnos de la Palabra de Dios sin aceptar las modas culturales que cambian la Verdad eterna.
06 DE JULIO DE 2025 · 08:00

Así como se realizan encuestas para medir el crecimiento y las tendencias dentro de la Iglesia de Cristo, existen otras que están evaluando las tendencias morales del mundo y cómo las diferentes denominaciones cristianas están reaccionando a ellas.
Hoy vemos cómo encuestas que se vienen realizando en el presente siglo 21 hechas entre cristianos, que abordan temas que en el pasado era absurdo tan siquiera pensar que nos pedirían nuestra opinión en asuntos que a todas luces son pecado y hasta abominación delante de Dios, hoy son «normales» hacerlas.
Según las últimas cifras recopiladas por la encuestadora Gallup (en estudio realizado entre el 1 y el 18 de mayo), la frecuencia con la que una persona asiste a la iglesia sigue indicando su postura sobre el aborto. El 15% de los que asisten a la iglesia semanalmente consideran que el aborto debería ser legal en cualquier circunstancia. Esa cifra aumentó al 20% entre los que asisten casi semanal o mensualmente, y se duplicó hasta el 40% entre los que rara vez o nunca asisten a servicios eclesiásticos.
Sin embargo, cuando se les preguntó si el aborto debería ser legal en algunas circunstancias, los extremos opuestos del espectro coincidieron, ya que el 52% de los que asisten semanalmente y los que rara vez o nunca asisten respondieron afirmativamente. Casi dos tercios (65%) de los que asisten casi semanal o mensualmente estaban de acuerdo.
El 31% de los que asisten semanalmente dijeron que el aborto debería ser ilegal en todos los casos, superando con creces a los que asisten casi semanal o mensualmente (13%) y a los que rara vez o nunca asisten (7%).
Las opiniones sobre la moralidad del aborto fueron más claras, con un 71% de los asistentes semanales que lo consideraban moralmente incorrecto. Sólo una cuarta parte de los que asisten raramente opinaban lo mismo, frente al 52% de los asistentes mensuales.
Y este es sólo uno de los temas morales estudiados, también han sondeado la opinión de los cristianos en temas como la agenda LBGTIQ, si se deben aceptar los matrimonios en las iglesias entre gente del mismo sexo; inclusive, si se debe aceptar que una pareja homosexual pueda pastorear una congregación.
Estas y otras preguntas hechas sobre la moralidad están claramente establecidas en la Palabra de Dios como pecado, décadas atrás sería impensable hacérselas a un cristiano, pues su respuesta sería tácita: «¡Dios declara en la Biblia que es pecado y punto!».
Pero estamos en los tiempos de la decadencia moral que supera a las vividas en Sodoma y Gomorra, y en la era prediluviana como bien lo advirtió nuestro Señor y los apóstoles en sus epístolas. Son tiempos de tibieza espiritual y de apostasía, ambas profetizadas en las Escrituras para el tiempo previo a la venida de Cristo por su Iglesia, lo que, a todas luces, está a punto de ocurrir.
El mismo Señor le reveló a Juan siete tipos de iglesias que representan a Su Iglesia a lo largo de la historia, donde la iglesia de Laodicea (Apocalipsis 3:14-22), es la de los tiempos del fin; es decir, los nuestros, donde hacer encuestas con preguntas que claramente deberíamos responder como Dios responde, se ha vuelto habitual, arrojando resultados que ya no asombran a nadie, sino que confirman el cumplimiento de las profecías bíblicas.
En el mensaje de Apocalipsis Laodicea es descrita como «tibia», ni fría ni caliente, lo que provoca rechazo divino. Se consideraba rica y autosuficiente, pero en realidad era pobre, ciega y desnuda espiritualmente. Cristo la exhorta a arrepentirse, a buscar oro refinado, vestiduras blancas y colirio para ver la verdad de las Sagradas Escrituras.
Su similitud con la sociedad actual es bárbara, veamos:
- Aceleración tecnológica: vivimos en una era de avances vertiginosos (IA, biotecnología, redes sociales) que queramos o no afectan también a los cristianos.
- Individualismo y autosuficiencia: se valora la independencia personal, a veces a costa de la comunidad o la vida espiritual.
- Relativismo moral: las verdades absolutas son cuestionadas, y la ética se vuelve más subjetiva; por eso los cristianos responden así a las encuestas.
- Exposición y apariencia: hay una obsesión por la imagen, el éxito y la validación externa por encima de lo que Dios valora, muchas veces vacía de contenido profundo.
- Desigualdad y desconexión: a pesar de estar hiperconectados, muchas personas experimentan aislamiento emocional y espiritual.
Ambas, la sociedad y la cultura actual respecto a la iglesia de Laodicea, comparten una apariencia de plenitud que esconde una necesidad interior no reconocida. Laodicea decía “no necesito nada”, y nuestra sociedad muchas veces actúa igual: confiada en su progreso, pero espiritualmente desorientada. La tibieza de Laodicea puede reflejarse en la apatía moral o espiritual de hoy, donde el compromiso profundo es reemplazado por lo superficial o lo cómodo.
La Biblia es la eterna Palabra de Dios (Mateo 24:35), es la ÚNICA, inmodificable y supracultural norma moral dada a la humanidad, independientemente que el hombre crea en ella o no, lo escrito por Dios afectará su destino eterno. Lo que vivimos hoy raya en lo absurdo e inconcebible, nuestras iglesias están llenas de tibios, de congraciados con la cultura moderna, ciegos y sin discernimiento espiritual; la cizaña permea el sembradío de Dios.
En estos tiempos peligrosos de los que habló el apóstol Pablo en su carta a Timoteo, capítulo 3, es cuando más debemos asirnos de la Palabra de Dios y no aceptar que las modas culturales quieran cambiar la Verdad eterna; somos nosotros los que debemos ganarlos a ellos para Cristo y no el mundo y sus deseos pasajeros los que ganen a los cristianos que una vez fueron salvados y sacados del mundo.
Olvidar lo que escribió Santiago es la mayor de las desgracias que puede un cristiano atreverse a cometer: «¡Ay, gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Todo aquel que quiera ser amigo del mundo, se declara enemigo de Dios. No crean que la Escritura dice en vano: “Ardientemente nos desea el Espíritu que él ha hecho habitar en nosotros”» (4:4-5).
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Clarinada venezolana - Encuestas certifican la decadencia del cristianismo moderno