Los escandalosos tiempos del fin
Estamos viviendo cómo muchos ‘cristianos’ apostatan de la fe y aceptan costumbres y enseñanzas alejadas de la verdad.
26 DE SEPTIEMBRE DE 2021 · 08:00

Tal y como lo profetizó el apóstol Pablo en su primera carta a Timoteo (4:1-2): «Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán (apostatarán) de la fe, prestando atención a espíritus engañosos y a doctrinas de demonios. Con hipocresía hablarán mentira, teniendo cauterizada la conciencia»; en la actualidad estamos viviendo esto: muchos ‘cristianos’ están apostatando de la fe y aceptando costumbres y enseñanzas alejadas de la verdad y la moral para satisfacer colectivos depravados e, inclusive, a sus más bajos instintos sexuales.
Organizaciones cristianas enteras que aceptan la agenda LGBTIQ+, pastores transexuales ministrando en el altar, pastoras casándose con pastoras, pastores presentando ante sus congregaciones a sus novios del mismo sexo, músicos y cantantes declarando abiertamente y sin arrepentimiento alguno que son homosexuales, una pastora en Canadá que declara abiertamente que es atea y su organización le permite seguir «enseñando» desde el púlpito; y un larguísimo etcétera.
Si esto no es de aquello que Pablo escribió por el Espíritu Santo a su fiel discípulo Timoteo y a nosotros que sucedería en nuestros días, ¿entonces qué será? Una de las señales de los tiempos del fin es precisamente el escándalo sexual y moral, Jesús también afirmó acerca de los hechos sucedidos en los tiempos de Noé y de Lot (Sodoma y Gomorra), los cuales volverían en los tiempos del fin.
Apartarse o apostatar de la fe es dar por veraz cualquier enseñanza o conducta diametralmente opuesta a la Biblia. Dios jamás cambiará, lo que está escrito en las Sagradas Escrituras son la verdad absoluta, no importa lo que los grupos modernos quieran argumentar, lo que el Señor condena en su Palabra siempre estará condenado, lo que es maldición (anatema) siempre lo será, a pesar del multicolor con lo que deseen pintarlo.
Es una lástima que quienes están llamados a predicar y vivir la verdad de las Escrituras sean precisamente aquellos que violentan y tuercen la Biblia para satisfacción propia y del desenfreno de su carne. Les guste o no lo establecido en las Escrituras, estas son eternas, y por más doctrinas de demonios que escuchen y traten de hacer ver como ‘bien’ serán doctrinas infernales.
«Pero la inmoralidad sexual y toda impureza o avaricia no se nombren más entre ustedes, como corresponde a santos; ni tampoco la conducta indecente ni tonterías ni bromas groseras, cosas que no son apropiadas sino, más bien, acciones de gracias. Porque esto lo saben muy bien: que ningún inmoral ni impuro ni avaro, el cual es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios» (Efesios 5:3-5); ¡más claro imposible!
Si las inmoralidades no deben ni nombrarse entre los verdaderos cristianos, mucho menos deben ser practicadas ni defendidas. ¿De dónde sacan que la inmoralidad sexual, conductas indecentes, impurezas ahora sí son aceptadas por Dios? ¿Desde cuándo estos pecados son aceptados cuando más bien no tienen herencia en el reino? Aquello que no tiene herencia significa que está condenado por los principios de ese reino al cual estos apóstatas modernos dicen pertenecer asegurando que el Señor acepta y autoriza sus escandalosas vidas.
Estos apóstatas «a pesar de que ellos reconocen el justo juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen sino que también se complacen en los que las practican» (Romanos 1:32); aún, enseñan que «es normal y aceptado por Dios si tiene su origen en el amor» ¿Desde cuándo el verdadero amor acepta lo prohibido por Dios? «Estos que participan en las comidas fraternales de ustedes son manchas, apacentándose a sí mismos sin temor alguno. Son nubes sin agua llevadas de acá para allá por los vientos. Son árboles marchitos como en otoño, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados. Son fieras olas del mar que arrojan la espuma de sus propias abominaciones. Son estrellas errantes para las cuales está reservada para siempre la profunda oscuridad de las tinieblas» (Judas 1:12-13).
Dios tenga misericordia de esta generación perversa que va de escándalo tras escándalo y pretenden hacerlo ver como agradable a los ojos de Dios, cuando en realidad es todo lo contrario.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Clarinada venezolana - Los escandalosos tiempos del fin