Oraciones y clamores sincréticos
Es absurdo participar o estar presente en rezos islámicos, del rosario católico, o ritos ocultistas; porque eso no agrada al Señor.
16 DE MAYO DE 2021 · 08:00

Con la acentuación de la crisis en las naciones y el advenimiento del Covid-19, muchos países han optado por «buscar el favor de Dios» para implorar su misericordia, lo cual es positivo; y para ello han venido convocando jornadas de oración con la participación de todas las religiones, incluyendo las ‘ancestrales’ (todas las sectas ocultistas), como ha sucedido en Venezuela.
Que la gente busque de Dios es bueno, el asunto es que Dios tiene su exigencia bien establecida en la Biblia para quien quiera acercarse a Él, la cual es únicamente en el nombre de Jesucristo, porque el Señor no atiende el clamor de la gente que se acerca a Él a través de la idolatría, dioses paganos o de rituales que no se corresponden con la forma eminentemente bíblica.
A sabiendas de lo anterior, hemos visto con asombro cómo muchos líderes cristianos están participando en este tipo de actividades, secundando con su presencia la manera como cada una de estas confesiones cree buscar de Dios. Es absurdo participar o simplemente estar presentes en los rezos («vanas repeticiones») del Rosario católico, de ritos ocultistas, rezos islámicos, entre otros; porque sabemos que eso no le agrada al Señor.
El mismo Jesús señaló que: «al orar, no usen vanas repeticiones, como los gentiles [paganos], que piensan que serán oídos por su palabrería» (Mateo 6:7). Orar es hablar con Dios a través de la llave que abre los cielos: el nombre de Jesús, pero para invocar el nombre del Señor primero se debe ser de Él mediante la conversión por fe, al declararle como nuestro único Señor y Salvador y entregarle nuestra vida para amarle, adorarle y servirle.
Si los líderes cristianos saben esto, ¿por qué participan de estas actividades? ¿Con quién desean congraciarse? «¿Busco acaso el favor de la gente, o el favor de Dios? ¿O trato acaso de agradar a la gente? ¡Si todavía buscara yo agradar a la gente, no sería siervo de Cristo!» (Gálatas 1:10). Y huelgan los pasajes neotestamentarios donde el Señor deplora el sincretismo y las prácticas ecuménicas.
Se han dado casos como el recientemente realizado en varias regiones de Venezuela cuando pasearon las denominadas «Antorchas por la libertad» con invocaciones paganas donde hubo participación de evangélicos quienes convocaron hasta vigilias para «apoyar» esta actividad, a todas luces lejos de lo que ordena la Palabra de Dios contenida en la Biblia.
2 Crónicas 7:14, expresa claramente: «si mi pueblo, sobre el cual se invoca mi nombre, se humilla y ora, y busca mi rostro, y se aparta de sus malos caminos, yo lo escucharé desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra». Ahí vemos el orden y el patrón bíblico, es «el pueblo sobre el cual se invoca su nombre» aquel a quien Dios escucha y responde luego de la humillación y el arrepentimiento. Es la Iglesia de Cristo -que es sal y luz del mundo- la llamada a interceder por las naciones para que Dios «perdone sus pecados y sane su tierra».
Son los no cristianos quienes deben unirse a nosotros y clamar al Dios verdadero a la manera bíblica y no nosotros quienes participemos en esa suerte de mezclote religioso que para lo único que sirve es para agradar a la audiencia y a sus gobernantes, pero al que verdaderamente debería agradar, al Señor Todopoderoso y Eterno, no le agradan con estos actos ‘institucionales’ carentes de sentido y dirección espiritual.
Nunca, en ningún tiempo de la historia, hemos visto a la Iglesia inmiscuida en este tipo de clamores sincréticos como en estos tiempos; tiempos peligrosos donde se nos advierte de la multiplicación de la apostasía en medio del pueblo de Dios, de lo cual le escribió el apóstol Pablo a su discípulo Timoteo, y a nosotros hoy:
«También debes saber que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos, y que habrá hombres amantes de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, envanecidos, que amarán los deleites más que a Dios, que parecerán muy piadosos, pero negarán la eficacia de la piedad; evítalos» (2ª Timoteo 3:1-5). Dice evítalos, que es lo contrario a ‘participa con ellos’.
Ya es hora de ser más bíblicos y obedecer al Señor en primer lugar antes de estar ofreciendo «fuego extraño» junto con religiones que nada tienen que ver con nuestro Señor Jesucristo. «¿Acaso de una misma fuente puede brotar agua dulce y agua amarga?», indudablemente que no. Recordemos que «a los tibios» el Señor los vomitará de su boca.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Clarinada venezolana - Oraciones y clamores sincréticos