Perseguidores de inocentes

Según Puertas Abiertas, organización de ayuda a cristianos perseguidos, hoy más de 260 millones de cristianos son perseguidos.

    02 DE AGOSTO DE 2020 · 08:00

    Philipp Pilz, Unsplash,lobo furioso
    Philipp Pilz, Unsplash

    Desde que el más famoso perseguido de la historia fue llevado a la muerte de manera inocente, pero voluntaria, pues lo había advirtió: «a mí nadie me quita la vida, yo la pongo para volverla a tomar...»; todos sus fieles seguidores han venido sufriendo persecución, torturas y hasta martirio por amor a Él y por el establecimiento de su Reino de amor y misericordia.

    Según Puertas Abiertas (Open Doors), la organización que ayuda a los cristianos perseguidos en el mundo, en la actualidad «más de 260 millones de cristianos son perseguidos. 1 de cada 8 cristianos es perseguido por identificarse como seguidor de Jesucristo», totalmente inocentes de cualquier cargo legal, pero culpables de amar al Señor más que a sus propias vidas.

    El argumento principal, aunque no el único, para oponerse y odiar hasta la muerte a los creyentes en Cristo es el religioso, puesto que seguir a Jesús despierta los más oscuros sentimientos de celos y envidia de las religiones del mundo antagónicas al Reino de los cielos y a los fieles súbditos del Rey de reyes y Señor de señores. Es la guerra sin cuartel de las tinieblas contra la luz, del infierno contra el cielo, de Satanás y sus correligionarios contra Jesucristo y sus discípulos.

    Ya Jesús lo había dicho: «llegará el momento en que cualquiera que los mate, pensará que rinde un servicio a Dios. Y esto lo harán porque no conocen al Padre ni a mí. Pero les he dicho estas cosas para que, cuando llegue ese momento, se acuerden de que ya se lo había dicho» (Juan 16:2b-4). Desde el judaísmo ortodoxo y el imperio romano, pasando por la mayoría de las religiones e imperios posteriores, todos, sin excepción, han perseguido y matado a los cristianos por causa de su fe.

    Imborrables quedaron en las páginas de la historia las abominaciones y crueles asesinatos cometidos por el tribunal de la Inquisición de la religión católica romana; una institución que se ha ufanado de ser ‘cristiana’, pero que con sus hechos ha negado la Biblia y la fe, persiguiendo a muerte a quienes sí han puesto las Sagradas Escrituras como su única norma de fe y conducta, y a Jesucristo como su único y suficiente Señor y Salvador.

    Actualmente, a la par de la persecución a los cristianos por parte de la religiones, grupos fundamentalistas, guerrilleros y gobiernos autoritarios, se viene levantando desde finales del siglo pasado una gran confabulación mundial en contra de la Iglesia de Cristo por parte de grupos liderados por hombres ‘poderosos’ y socialmente invisibles, para quienes los cristianos son un gran escollo a vencer para poder instaurar un nuevo orden de gobierno mundial donde la maldad y perversión llegarán a su máxima expresión.

    Esta confabulación mundial tiene una amplia agenda donde Jesucristo no cabe y sus seguidores, el cuerpo de Cristo en la tierra, estorba sus oscuros planes. Esos ‘poderosos’ están usando su dinero, influencias y reformas legales para establecer una sociedad sin moral sexual, que se permite quitarle la vida a los no nacidos a conveniencia, donde la niñez ya no es el objeto de mayor cuidado, sino un ‘instrumento’ de satisfacción sexual y tantas otras aberraciones que contravienen lo establecido por Dios en la Biblia; y quienes somos el pueblo del Señor de las Sagradas Escrituras, somos simplemente la especie a exterminar.

    En el Sermón del Monte, donde Jesús fundamentó los lineamientos de su Reino inconmovible, Él expresó: «Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados serán ustedes cuando por mi causa los insulten y persigan, y mientan y digan contra ustedes toda clase de mal. Gócense y alégrense, porque en los cielos ya tienen ustedes un gran galardón; pues así persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes» (Mateo 5:10-12). No es masoquismo, es la más pura esencia de un Reino establecido sobre el amor, la gracia y la misericordia de Dios; un amor que la mayoría del mundo rechaza por no representar sus intereses mezquinos e inmorales.

    Jesús y los apóstoles jamás ocultaron las persecuciones que sufrirían los seguidores de Cristo. Jesús, nuestro Maestro y Señor, nos dio vida a través de la persecución y muerte que sufrió. Todos los apóstoles vivieron y escribieron acerca de las persecuciones de los fieles y con ello «infundían ánimo a los discípulos y los alentaban a mantener la fe. Les decían: “para entrar en el reino de Dios nos es necesario pasar por muchas tribulaciones”» (Hechos 14:22); y todo esto debido a que la sal y la luz del mundo se opone a la oscuridad y la podredumbre.

    Ni olvidar el capítulo 10 del evangelio según el apóstol Mateo, donde Jesús nos advierte y alienta acerca de las persecuciones: «Por causa de mi nombre todo el mundo los odiará, pero el que resista hasta el fin será salvado... El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. Al discípulo debe bastarle con ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al dueño de la casa lo han llamado Beelzebú, ¿cuánto más a los de su familia?» (vss. 22-25).

    Aunque no lo parezca, cada vez que los cristianos somos perseguidos por causa de Jesús y su evangelio, somos bienaventurados por nuestra fidelidad para con el Padre. Así que ¡Gócense y alégrense, porque en los cielos ya tienen ustedes un gran galardón...!

    ¡Oremos por los cristianos perseguidos, son inocentes…!

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Clarinada venezolana - Perseguidores de inocentes

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