El legado del Dr. Morris Cerullo: la antorcha de avivamiento en nuestras manos

Es impresionante ver la manera que tocó no solo vidas, sino también generaciones.

11 DE JULIO DE 2020 · 15:10

El Dr. Morris Cerullo,Morris Cerullo
El Dr. Morris Cerullo

Un general de avivamientos ha cumplido su asignación en la tierra, y ahora ha sido recibido en Casa del Padre, lugar anhelado de todo hijo, que, como príncipe del reino, es la meta, llegar coronado de victorias como un siervo en nombre de nuestro Gran Rey de reyes. Cuando un siervo de Dios a este nivel parte de esta tierra, no sucede como algo sorpresivo, sino como un cumplimiento de su tiempo, como bien lo dijo el apóstol Pablo “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Ti.4.7-8)

Nunca tuve la oportunidad de estar presencialmente cerca de Dr. Cerullo, pero sí, de gran parte de su mensaje y de su historia ministerial. Es impresionante ver la manera que tocó no solo vidas, sino también generaciones, donde siempre su impartición estuvo implacable al momento, sin perder vigencia porque cuando se vive del Espíritu, el aceite de la lámpara y de la vasija fluyen vida sin importar el tiempo, ni ideologías modernas, mucho menos el avance de la ciencia.

Es impresionante, que aún el saber de la partida de este noble general, en lo personal no me provoca ningún pesar, al contrario, me causa la misma inspiración que cuando leía una de las noticias de sus cruzadas o conferencias o alguno de sus escritos. Despierta más en mí, el compromiso de cumplir con más responsabilidad y entrega, la asignación del reino que me ha sido entregada por mi Rey.

Más que una historia, hoy el Dr. Cerullo, al igual que el gran evangelista Billy Graham y el profeta David Wilkerson, es un legado que deja en nosotros la antorcha encendida que estuvo en sus manos, y encendió la luz de Cristo en millones y millones de personas - y que sin duda más generaciones escucharán y serán avivados.

En la última gira que estuvo en Honduras, y que visitó mi ciudad San Pedro Sula para compartir el testimonio de su sanidad en su pierna, tuve el honor de parte de la Dra. Emma Amelia de Sosa, de estar en primera fila. Con solo estar allí fui impartido, no digamos el escucharlo. Nunca me tomé una foto, pero si comí del pan que mi amado Espiritu de Dios daba a través de él.

Me uno al sentir de su familia, de sus hijos espirituales; y, de todos aquellos como yo, que viendo y escuchando de lejos, creímos férreamente en su llamando y no digamos a su impartición. Una parte del don de Dios en Cerullo queda en cada uno, no solo para recordar, sino para multiplicar.

¡Gracias Dios, por tu hijo Morris Cerullo que hoy ya está victorioso en Casa! Danos fuerza y guárdanos a los que aún quedamos en esta tierra, para que al llegar nuestro día, sin importar cómo sea, en nuestro último hálito de vida, podamos decir también, he peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.

¡Alabanzas al Rey!

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - A Una Voz - El legado del Dr. Morris Cerullo: la antorcha de avivamiento en nuestras manos