14 requisitos del liderazgo según Pablo y Pedro

Los que nos muestran los textos de la carta 1ª a Timoteo 3:8-13, a Tito 1:5-9; y la 1ª de Pedro 5:5-8.

    01 DE JUNIO DE 2025 · 08:00

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    30 requisitos para el ministro fiel (2)

    Vimos en el anterior artículo que lo que califica a un hombre o mujer para un liderazgo espiritual es un carácter piadoso, y un carácter piadoso establecido conforme al claro criterio que enumera Pablo (1 Timoteo 3:1-7).

    También decíamos que estos requisitos para el ministro son indicadores claros de un carácter piadoso y de madurez espiritual; pueden dar la verdadera medida de un hombre o mujer. Por lo tanto, estos requisitos son valiosos para cada persona, no solamente para aquellos que aspiran al liderazgo, pues resumen el carácter del varón perfecto, Cristo Jesús y todos deberíamos aspirar a llegar a su estatura: hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo “Efesios 4:13).

    Y después de haber descrito brevemente los primeros 16 de los 30 requisitos para un ministro fiel, pasamos ya a enumerar los 14 restantes que suman la treintena, y que se basan en los textos de la carta 1ª a Timoteo 3:8-13, Tito 1:5-9; y la 1ª de Pedro 5:5-8.

     

    Cartas de Pablo a Timoteo y Tito

    Comenzamos por las características que se mencionan en 1ª Timoteo 3:8-13.

    1. Honestos:
      Alguien honesto tiene un inquebrantable compromiso con la verdad y la justicia. Es transparente, sincero y recto en su comportamiento. No miente ni no oculta la verdad deliberadamente y no se apropia de lo que no le pertenece. Además, respeta los principios del reino de Dios, aunque le cueste sacrificio personal, mostrando un respeto apropiado hacia Dios y los hombres.
    2. Sin doblez:
      Un hombre o mujer que dice la verdad desde la primera vez, sin ninguna intención de engañar. No con una doble vida o versión de sí mismo dependiendo del lugar o contexto en que se mueve.
    3. Que guarden el misterio de la fe:
      Aquellos que se adhieren a la doctrina correcta, con convicción sincera y con “limpia conciencia”, esto es, con la certeza y aspiración constante a vivir la vida del reino como auténticos discípulos de Cristo Jesús.
    4. Sean sometidos a prueba primero:
      Un hombre o mujer demuestra ser apto para el cargo en la iglesia con su conducta y fidelidad. Los diáconos y los obispos han de ser primero reconocidos y después designados.
    5. Las mujeres, no calumniadoras: Un calumniador o calumniadora es alguien que lanza acusaciones falsas con la intención de dañar la reputación de otra persona. Es difícil pensar que alguien que quiere servir a Cristo, desee a su vez dañar a alguien. ¿Pero qué sucede si lo hacemos por torpeza o falta de verificar los hechos? Los ministros deben guardarse de difamar con o sin intención y de extender calumnias, entendiendo que no todo lo que oímos en forma de acusaciones o críticas es necesariamente cierto.

    “Literalmente, no demonios. Esto pudiera ser
    también traducido como difamadoras, traicioneras,
    chismosas
    , pues todas estas son (características)
    de su padre, el diablo, y los deseos de éste
    ellas cumplirán”
    (Clarke).

    Seguimos con los requisitos basándonos ahora en el pasaje de Tito 1:5-9. “Y establecieses ancianos en cada ciudad”. Ancianos y obispos, describe a los pastores sobre congregaciones en diferentes ciudades de Creta. Pablo le dijo a Tito que establezca ancianos, que también son llamados obispos en Tito 1:7. La palabra anciano se usa generalmente en el Nuevo Testamento describiendo la madurez necesaria en los líderes.

    1. No soberbio:
      Básicamente, gente egoísta queda descalificada del liderazgo. Son los que muestran una naturaleza soberbia en arrogancia, testarudez y un orgulloso enfoque personal.

    “No uno que está determinado a tener su propia
    voluntad en todo; poniendo su propio juicio por
    encima de el de los demás; esperando
    que todos rindan homenaje a su entendimiento” 
    (Clarke).

    1. No iracundo:
      Los iracundos también son descalificados del liderazgo, al igual que los que beben más de lo apropiado (no dado al vino), los pendencieros, y aquellos codiciosos de ganancias deshonestas.

    La palabra del antiguo Griego usada aquí (orgilos) en realidad no se refiere a un estado estable de ira, sino a malhumorarse repentinamente por mal temperamento. Habla de un hombre que tiene constante ira cociendo a fuego lento, y que nutre su ira en contra de otros. Es cercana a la idea de un hombre amargado.

    1. Justo.
    2. Santo.
    3. Dueño de sí mismo: un pastor o líder en la iglesia debe ser justo (recto para con los hombres), santo (recto para con Dios), dueño de sí mismo (recto para consigo mismo).

    “¡Qué poco apropiados son para gobernar
    sobre una iglesia aquellos que no
    pueden gobernarse a sí mismos!”
     (Matthew Henry).

    1. Retenedor de la palabra fiel:
      Esto significa primero que el líder debe estar seguro de la palabra fiel por sí mismo. Cuando trae la palabra de Dios a la gente debe compartirla con confianza y autoridad, no mezclada con especulaciones teológicas y dudas académicas. Retenedor de la palabra fiel también significa que el líder debe apegarse a la palabra de Dios, en lugar de un enfoque en modas y programas para la iglesia. Si un hombre no se apega a la palabra de Dios no está calificado para ejercer liderazgo en la iglesia de Dios. Tal como ha sido enseñado: esto significa que el líder ha estado bajo la enseñanza de otra persona. Un líder calificado no necesariamente debe ir al Colegio Bíblico o Seminario, pero sí necesitan ser enseñados y discipulados por alguien, no sólo por sí mismos.
    2. Para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen. Un líder piadoso usará su sólido fundamento en la palabra de Dios para exhortar (animar) a aquellos quienes están en el camino correcto. Y lo usará también para convencer (desanimar) a aquellos que están en el camino equivocado: los que contradicen.

    “Un predicador debe ser tanto un soldado
    como un pastor. Debe nutrir, defender y enseñar;
    debe tener dientes en su boca y ser capaz
    de morder y pelear”.
    (Lutero)

    Con sana enseñanza: un líder piadoso lidia con los que contradicen, y lo hace con sana enseñanza. No lo hace con autoridad presuntuosa ni traiciones políticas. Trae corrección con la sana enseñanza.

    Si un líder no tiene una base en la sana enseñanza para exhortar o convencer a un individuo, probablemente no debería estar en liderazgo. Los líderes necesitan permanecer en el fundamento de la palabra.

     

    Carta de Pedro

    Finalmente, los dos últimos requisitos los extraemos de 1ª Pedro 5:5-8.

    1. Sumisos unos a otros, revestíos de humildad (egkomboma); porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo. Para “revestíos de humildad” se usa la palabra griega egkomboma que solo aparece una vez en el Nuevo Testamento. El egkomboma era el pañuelo o delantal blanco de los esclavos, que se sujetaba al cinto del chaleco y distinguía a los esclavos de los hombres libres; por lo tanto, 1 Pedro 5:5 “vístanse de humildad”, era una vestimenta servil, es decir, vistiéndose de esclavos humildes, muestren su sujeción los unos a los otros. Se sabe que no pocos de los primeros cristianos se vendieron como esclavos para poder predicar el evangelio a los que estaban en esclavitud. El sentido aquí es que debían vestirse de humildad como una prenda atada firmemente a ellos, como un sirviente ataba firmemente a él el delantal que era significativo de su posición.

    Por lo tanto, hay una fuerza peculiar en el uso de esta palabra aquí, que denota una mente humilde. Los hombres y mujeres de Dios deben estar dispuestos a ocupar cualquier lugar y desempeñar cualquier cargo, por humilde que sea, para servir y beneficiar a los demás. No deben asumir un estilo y dignidad de estado y autoridad, como si fueran señores sobre los demás, o como si fueran mejores que los demás, sino que han de estar dispuestos a ocupar cualquier puesto, por humilde que sea, mediante el que puedan honrar a Dios.

    1. Alerta en oración constante.

    1 Pedro 5:7-9 dice “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”.

    El hombre y mujer de Dios han de ser, ante todo, un hombre y mujer de oración.

    “Solo los líderes que oran pueden tener seguidores que oran. Apóstoles que oran producirán santos que oran. Un púlpito de oración obtendrá una congregación que ora. Necesitamos con desesperación alguien que inste a los santos a orar”. E. M. Bounds.

    “Una sola noche de oración  puede transformarnos en hombres nuevos, hacernos pasar de la pobreza de alma a la riqueza espiritual, del temblor al triunfo.” ¿No podríamos nosotros, al menos de vez en cuando, en estos años de mundanalidad agobiante, velar siquiera una noche para obtener tal relación enriquecedora con los cielos? Por la riqueza y por la ciencia los hombres son capaces de abandonar el abrigo de las camas, ¿y no podemos nosotros hacerlo de vez en cuando por amor a Dios y por el bien de las almas? Ojalá nos quedemos a menudo en Peniel y exclamemos como Jacob, mientras se asía del ángel: Toda la noche he de permanecer y lucharé contigo hasta el amanecer”. Spurgeon

    “Debemos aprender de nuevo el valor de la oración, entrar otra vez en la escuela de la oración. Aferrar con mano de hierro las mejores horas del día para Dios y la oración. ¿Quién ora como lo hizo Jacob, hasta ser coronado? ¿Quién ora como oró Elías, hasta desatar las fuerzas de la naturaleza? ¿Quién ora como oró Jesucristo?”. E. M. Bounds.

    Si prefieres escuchar o ver esta enseñanza en audio, aquí tienes el podcast y el vídeo:

     

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Soliloquios - 14 requisitos del liderazgo según Pablo y Pedro

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