Las tres edades espirituales (1ª Jn 2:12-14)

Vamos a ver cómo la Palabra de Dios nos muestra las características de estas tres edades, y también los peligros de quedarnos estancados en una de ellas.

    08 DE DICIEMBRE DE 2024 · 08:00

    Sound H2s, Pixabay,bosque personas, tres hombres
    Sound H2s, Pixabay

    Las tres edades espirituales (1)

    En 1ª Juan 2:12-14 (*) descubrimos tres edades espirituales: niños, jóvenes y padres. Si pudiésemos asignar un metal precioso a cada una diríamos que bronce son los niños, plata son jóvenes y oro representa la edad de padres.

    Nota que niños o jóvenes es una edad y madurez, una forma de ser o condición. Sin embargo, la edad de oro no guarda esa lógica en la revelación de Juan: no escribe a los niños, jóvenes y por último a los maduros o adultos, sino a los padres. ¿Por qué menciona la última etapa del crecimiento espiritual como un rol o función y no como una condición o estado? La respuesta es obvia y a la vez muy interesante; porque en el pensamiento y propósito de Dios ese es el destino, que todos lleguemos a ser padres y madres en el Señor, es decir, discípulos que somos capaces de discipular a otros.  

    El niño es cuidado por el Padre, el joven debe aprender a cuidarse a sí mismo, pero el que ha llegado a ser padre ya puede cuidar a otros y dar su vida por ellos, así como un padre lo hace por sus hijos. 

    (*) Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, niños, porque habéis conocido al Padre.  Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno. (1 Juan 2:12-14)

     Recuerda: Bronce, niños. Plata, jóvenes. Oro, maduros 

    Vamos a ver cómo la Palabra de Dios nos muestra las características de estas tres edades, y también los peligros de quedarnos estancados en una de ellas.

    • 1.- MADURAR ES AVANZAR: DEJAR ETAPAS ATRÁS 
    • 2.- SABER SER NIÑOS 
    • 3.- ¿QUÉ ES MADURAR EN LA VIDA ESPIRITUAL?  
    • 4.- HERMANOS, NO SEÁIS NIÑOS...
    • 5.- ¿QUÉ ES MADUREZ PARA LAS RELACIONES?       
    • 6.- LA FIESTA DE CUMPLEAÑOS ARRUINADA 
    • 7.- ESTE ES UN LLAMADO A LA MADUREZ 

    Hoy veremos los tres primeros puntos

     

    1.- MADURAR ES AVANZAR: DEJAR ETAPAS ATRÁS 

     Madurar es dejar las cosas de niños como lo expresó el apóstol Pablo en 1 Corintios 13:11: “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño”.  

    Por supuesto, hay cosas de niños que siempre deben estar con nosotros. Es necesario el saber ser niños en... 

    1. Desear la Palabra de Dios. 
    1. Nuestra capacidad de ser enseñables. 
    1. Descansar en nuestro Padre Celestial. 
    1. Dar al Señor una alabanza sincera. 

     

    2.- SABER SER NIÑOS 

    1. Hay que saber ser niños que desean ardientemente la leche de la palabra: “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación”. 1 Pedro 2:2.  

    2. Hay que saber ser niños que son sencillos y enseñables: “Si no os hacéis como niños, no podéis entrar en el reino: y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”. Mateo 18:3. 

    3. Hay que saber ser niños que descansan en sus padres como niño destetado en el regazo de su madre. Los niños no se preocupan.  

     “Más bien, me he calmado; me he tranquilizado como se tranquiliza un niño cuando su madre le da el pecho. ¡Estoy tranquilo como un niño después de haber tomado el pecho!”. Salmo 131:2 (TLA). 

    Jesús les quiso enseñar a sus discípulos lo poderoso que es ser hijos. Vuestro Padre sabe de qué tenéis necesidad. Vuestro Padre os cuida. Vuestro Padre quiere daros el Espíritu. 

    4. Hay que saber ser niños porque en los niños se ha perfeccionado la alabanza

    y le dijeron: ¿Oyes lo que estos dicen? Y Jesús les respondió: Sí, ¿nunca habéis leído: «De la boca de los pequeños y de los niños de pecho te has preparado alabanza»?”. Mateo 21:16.  

    Los niños tienen una alabanza virgen, pura, del corazón, inocente, sincera 

      

    3.- ¿QUÉ ES MADURAR EN LA VIDA ESPIRITUAL?  

    a.    Madurar es despertar: 

    Un despertar, porque, entre otras cosas descubres que la vida no es un juego. No es lo mismo jugar a las familias que tener una familia. No es lo mismo jugar al Monopoly que invertir tu propio dinero. No es lo mismo conducir en un videojuego que conducir un vehículo realmente. 

     b.    Madurar es avanzar: 

    Por tanto, dejando las enseñanzas elementales acerca de Cristo, avancemos hacia la madurez. Hebreos 6:1 (LBLA). 

     Realmente, nunca dejamos lo de niños porque lo tenemos incorporado. Más bien, madurar es que no dejamos que lo de niños nos impida avanzar hacia la madurez; que no nos estanque. Madurez es saber dejar un lugar. En la medida en la que nos desarrollamos, avanzamos. Dejamos el vientre, dejamos el colegio, dejamos la casa paterna, dejamos la universidad para trabajar, dejamos el trabajo para jubilarnos y, finalmente, dejamos la Tierra para ir al hogar celestial. 

    c.    Madurar es llegar a ser padres: 

    Como niños, no hay multiplicación. Hay que llegar a madurez para poder engendrar. Por eso, la edad de oro no se la denomina por una condición, sino por un rol: PADRES.  

    Necesitamos padres; que todos lleguemos a madurez 

     ¿Qué implica ser padre? Que ya te multiplicas. Puedes dar a luz una nueva generación. En Génesis 5, se cuentan las generaciones así: Todo patriarca primero vivió unos años, luego engendró su primer hijo y a partir de ahí dice que vivió después otro buen número de años. Porque ya se le puede considerar patriarca.  

    Una forma de abortar generaciones es mantenernos en infantilidad. Hoy en día podemos ver cómo se ha intentado infantilizar a la sociedad, es decir, que los jóvenes no lleguen a madurez y se queden como infantiloides. Pues bien, ese infantilismo produce infanticidio. ¿Por qué? Porque un niño no puede llegar a ser padre. Aborta generaciones. Aunque físicamente las pueda engendrar, no las sabrá educar y cuidar. 

     Recuerda: infantilismo produce infanticidio.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Soliloquios - Las tres edades espirituales (1ª Jn 2:12-14)

    0 comentarios