Cuatro poderes contra la familia y cómo vencerlos
Hay cuatro cuernos contra la familia: la mala economía; la comunicación deficiente; la sexualidad dañada; y la mala influencia de terceros.
13 DE NOVIEMBRE DE 2022 · 08:00
Consejos para una familia bendecida (3)
En Zacarías 1:18-21, dice el profeta que vio cuatro cuernos y cuatro artesanos. Descubrimos que contra Israel vinieron cuatro poderes. Cuernos son poderes que destruyen, que dispersan. ¿Y qué es lo que el Señor provee para contrarrestar a esos cuatro cuernos? Cuatro artesanos.
Me encanta la palabra artesano, porque la comunicación es un arte, llevar bien la economía, otro arte, y el sexo es un arte... Debemos convertirnos, no en artistas (suena un poco a farándula), pero sí en artesanos, esto es, en personas que saben manejar la comunicación, o las finanzas, y manejar la sexualidad, etcétera.
Hay cuatro cuernos contra la familia, cuatro poderes: uno es la mala economía; otro es la comunicación deficiente; otro es la sexualidad dañada; y otro cuerno es la mala influencia de terceros.
Pero hay cuatro artesanos que necesitamos en cada familia. Cuatro artesanos que contrarrestan: para la mala economía, la sabia mayordomía; contra la comunicación deficiente, convirtámonos en artesanos de la comunicación; para una sexualidad dañada, una sexualidad sin mancilla y según Dios; y frente a malas influencias de terceros, el artesano se llama tener aliados, y, al mismo tiempo, ser un huerto cerrado.
TIPS DE ECONOMÍA
No podemos detenernos mucho, pero algunos tips que sí podemos dar en cuanto, por ejemplo, la economía. Vanessa tiene un don de administración maravilloso, mejor que el que tengo yo, pero eso no quiere decir que lleva la economía en solitario. Es muy importante la unidad. Quizás ella no me va a preguntar si compra la leche de tal o cual marca. Ahora bien, si se va a hacer un seguro privado de salud lo ponemos en común. Miramos juntos nuestro presupuesto. Estamos llevando la economía en comunicación, en unidad y por supuesto compartida: porque “ya no son dos, sino uno”.
Si llevas la economía por separado, hay una brecha de desconfianza: la puerta del divorcio está abierta. Es como si pensases: “si esto no sale bien, hay que tener a salvo las habichuelas”. En Cristo no debe ser así. Somos uno hasta que la muerte nos separe. Y hay que tener unidad: hablar las cosas y poner en común las decisiones.
Otro tip de economía: Estamos en un tiempo donde hay que revisar los gastos. A menudo es difícil que entre más dinero, pero sí que es fácil que salga menos. Y hay muchas partidas que se pueden reducir en nuestros gastos. Por ejemplo, revisa el seguro del coche, revisa la factura de la electricidad, busca un mejor contrato de gas, consigue la membresía que te da el descuento de combustible... Revisa tus suscripciones mensuales a plataformas de streaming y otros servicios. Evidentemente, quizás puede mejorar la economía en casa por un trabajo nuevo, donde ganamos más. Pero también podemos ver que salga menos, revisar los gastos...
TIPS DE COMUNICACIÓN
Comunicación es la base del matrimonio. Debemos convertirnos en artesanos de la comunicación, porque las relaciones son un arte.
Muchas veces tenemos una película en nuestra cabeza, estamos viviendo una historia irreal y nos damos cuenta de que la otra persona no tiene ni idea de lo que pensamos. Nos hemos construido una idea en la mente y no tiene nada que ver con lo que está sucediendo realmente o con lo piensa nuestra pareja. Por eso, es muy importante hablarlo todo. El Señor me ha enseñado a conocerme y a entenderme. Y también mi pareja: ¿Quién nos va a conocer mejor que la persona que tenemos al lado? Y, a veces, vivimos el matrimonio con una coraza: que no vea mis debilidades; que yo no dependa de mi cónyuge; que si me deja no me haga daño... Así no se puede caminar. Hemos de andar con un corazón desnudo para el otro y con una verdadera entrega.
Entonces, tener una comunicación donde no nos ofendemos, donde no nos herimos, y no es necesario levantar un escudo protector o mecanismos de defensa el uno frente al otro, sino que, por el contrario, nos honramos. Nosotros nos tratamos como vaso frágil. La mujer también tiene que tratar a su marido con ese cuidado, como si fuese un vaso frágil. Hablamos de nuestras cosas con sensibilidad, en un momento adecuado, y hablamos de cómo nos sentimos, de qué nos pasa... eso es sanador. Pidamos a Dios sabiduría. Tener una persona que te abraza y que te comprende es maravilloso.
Por otra parte, hay parejas que esperan la explosión de la convivencia para solucionar sus diferencias, cuando una conversación a tiempo, es decir, dedicarnos un tiempo para hablar de un problema, de lo que nos pasa, a tiempo, nos libra de la Tercera Guerra Mundial en casa. Pero aguantamos, aguantamos y, de pronto, todo estalla. Cuando todo se hubiese arreglado sincerándonos el uno con el otro. “Oye, me está fastidiando esto”. “Estoy mal por aquello”. “Necesito que hablemos de lo otro”. “¿Qué piensas tú de lo de más allá?”. Y, entonces, en lugar de ir acumulando problemas, vamos solucionando nuestras diferencias.
TIPS DE SEXUALIDAD
Un tip de sexualidad. Por ejemplo, algo tan sencillo como que a veces nos hemos descuidado el uno para el otro. Me refiero a mantenernos guapos, aseados, sin pelos en la nariz (estoy bromeando). Hay que cuidarse. Y hay mujeres u hombres que se descuidan, y se pierde el atraernos, esa química...
Debemos cuidar con esmero nuestra vida íntima, y todo es sexualidad, porque si está bien la comunicación o si está bien la economía, eso repercute en tener un buen lecho. Por lo tanto, a menudo, la forma de sanar la sexualidad es sanar la comunicación o es sanar los problemas que tenemos de economía o las preocupaciones que tenemos con los hijos.
El lecho sin mancilla dice Hebreos 13:4, es el lecho sin contaminación. Pero el lecho en Dios, nuestra unión en el Señor, es satisfactoria, es plena, es precioso, es aprender a amarnos sin necesidad de la porquería del mundo, simplemente con la bendición de Dios, siendo el uno para el otro. ¿Pero cómo vamos a tener un buen lecho si solo somos compañeros de piso y nuestras relaciones son frías? Estamos en las antípodas, no nos arreglamos el uno para el otro y, por arte de magia, vamos a querer tener una buena intimidad. No es posible.
La pornografía es terrible en el matrimonio, porque te hace ver la sexualidad de una forma fantasiosa, equivocada y deformada. Debemos manejar la sexualidad de una forma muy personal. La sexualidad no es sota, caballo y rey. Es un arte. Dios creó esta intimidad y, por lo tanto, tiene un origen puro: mutuo disfrute, sin mancilla. Pero lo que hace el mundo es distorsionarlo. La pornografía distorsiona la sexualidad. La pornografía es como si hubiera una tercera persona en la cama. Ensucia el lecho, porque trae fornicación a la relación y dice: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios”. Hemos de aprender cómo es el diseño original para nuestro matrimonio, eso nos va a liberar de una mala sexualidad.
TIPS SOBRE LA INFLUENCIA DE TERCEROS
Finalmente, malas influencias de terceros. El matrimonio es huerto cerrado (Cantares 4:12). Nuestros problemas no podemos abrirlos a cualquier persona. Si quieres hablar con tu pastor, o un consejero, está bien, anímate a pedir una ayuda externa. Pero lo de estar aireando los trapos sucios de tu esposo, o de tu esposa, y que lo sepa media iglesia, o tus amigas, los amigos, familiares, eso es destructivo. Profana el huerto y contamina la fuente. Más tarde, Dios restaura tu matrimonio, pero a los demás siempre se les quedará en mente lo que decías de tu esposo o de tu esposa.
Entonces, debemos ser cuidadosos, no contar a cualquiera nuestras intimidades. Dios cela nuestra familia, y es algo íntimo y sagrado, es algo de dos. A veces, tenemos problemas en la familia y es porque la puerta está demasiado abierta y hay gente dice que hace o que dice y no construye. El que abre demasiado la puerta de su casa, dice un proverbio, busca su ruina (Proverbios 17:19). Hay que saber abrir y cerrar. Hay tiempo de cerrar la puerta y arreglar nuestras cosas; hay tiempo de recibir visitas, hay tiempo de no recibir visitas. Hay que abrir la puerta con sabiduría incluso para nuestros familiares, porque es común que seres queridos estén muy metidos en casa: los padres, los hermanos, los abuelos... ¿Vivimos en clan? ¿Un poquito, en tribu? ¿Y qué pasa? Que nos falta nuestro propio espacio.
Nuestro hogar es un santuario, y hay gente que profana el santuario. Demos lugar a aquellos que saben respetar la santidad de nuestra familia. Debemos buscar aliados, es decir, gente que de verdad nos ayuda, suma, y que no daña el huerto, sino que nos ayuda a cuidar el huerto. ¿Hay alguien que está entrando en la casa y que está ensuciando la fuente? ¿Quizás afectando a los hijos, como una mala amistad? ¿O que está dividiendo a los esposos? Hay que saber cerrar la puerta y cuidar el huerto. Tú tienes que proteger a tus hijos hoy, porque mañana será un ahorro de dolor de cabeza.
La casa debe ser un lugar donde llegamos y somos nosotros mismos. Y respiramos y descansamos y nos quitamos los zapatos. Y la casa debe ser ese lugar donde los hijos quieren regresar. Pero ese clima, ese ambiente, lo producimos entre todos. Claro que hay que saber recibir visitas y hospedar. Es bíblico, pero ¡cuidado! Cuando en casa tenemos niños pequeños, mucho cuidado, que en el primer huerto se coló una serpiente y engañó. ¿Qué hubiese sido de Adán y Eva si mandan a la serpiente fuera de su huerto?
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Vamos a recapitular lo que hemos tratado hasta aquí:
- Una familia con Dios.
- Una familia conectada a una congregación saludable.
- Una familia bien pastoreada.
- Una familia que vence. Hemos visto cuatro cuernos, o poderes destructivos, y cuatro artesanos para contrarrestarlos.
Concluiremos con dos consejos más la próxima semana.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Soliloquios - Cuatro poderes contra la familia y cómo vencerlos