Del brete a la amplitud
Dios usa esta figura en Ezequiel 20: "os haré pasar bajo la vara y os haré entrar en el vínculo del pacto; y separaré de vosotros a los rebeldes…".
06 DE SEPTIEMBRE DE 2020 · 08:00

Después del brete llegará amplitud. Dios nos sacará a lugares amplios; a nuevas dimensiones de fe y de gracia; a un mayor cauce ministerial o laboral. Pero ahora, mientras tanto, sintamos los cuidados del Pastor más cerca que nunca; con nosotros en este desfiladero.
Estamos atravesando un brete
La última vez que estuve en Bolivia pude visitar la granja de mis buenos amigos Marcelo y María René. Recorrimos las hectáreas compartiendo la ilusión de este joven matrimonio que ha ido añadiendo más cabezas de res a su ganadería y mejorando sus infraestructuras. Una de las cosas que más llamó mi atención fue el brete por el que hacen pasar a sus vacas y toros para varios propósitos: contarlos; reconocerlos; limpiarlos y desinfectarlos; vacunarlos; marcarlos; y dirigirlos a un corral o a otro. No confundir con el brete de tortura o castigo del medievo. A menudo entendemos así los procesos en Dios y nos equivocamos, juzgamos mal al Señor.
En el mundo ganadero el brete es un corredor estrecho en el cual las cabezas de ganado entran una por una y son parcialmente inmovilizadas en pie para poderlas marcar, curar, fumigar, etc. Le pedí a mi amigo que me mande imágenes para que lo podamos visualizar:
En aquella visita de enero de este año nuestra iglesia APR Bolivia también estaba pasando por un brete. Sin embargo, la visión del brete me trajo esperanza. El brete es un paso estrecho, necesario y beneficioso.
El paso estrecho de la granja de mi amigo me consoló para entender lo que estábamos viviendo en esta pandemia. Son momentos en los que, como vemos en la imagen, no podemos avanzar en grupo, ni siquiera de dos en dos, porque solo hay espacio para la decisión de cada uno de nosotros. Son los tiempos de la definición personal, y no cuenta la fe o las convicciones de otro. Tú tienes que pasar por el brete y el Señor aprovecha ese paso para trabajar en nuestras vidas.
Esta pandemia y los cambios que conlleva, la pérdida de seres queridos, la incertidumbre, los nuevos comportamientos sociales, el retroceso económico, y muchas otras cosas que se me quedan fuera de la lista... todo ello, todo junto y catastróficamente dispuesto, a modo de tormenta perfecta, son una suerte de brete o paso estrecho.
Los bretes de la Biblia
"Juan Carlos", me dirás, "¿pero eso del brete está en la Biblia?". Claro que sí. Y era una costumbre muy extendida entre los pastores: usaban un desfiladero o paso estrecho para poner al rebaño en fila de a uno; entonces el pastor o ganadero podía contar el número de cabezas, especialmente si debía certificar ante el vendedor que el número era real; el comprador veía cuántas pasaban bajo la vara, pues contaban con la vara; y a la salida del camino estrecho eran dirigidas hacia su siguiente destino, ya fuese el mismo rebaño u otro.
Dios usa esta figura pastoril en el texto de Ezequiel 20: 32-42: … "y os haré pasar bajo la vara y os haré entrar en el vínculo del pacto; y separaré de vosotros a los rebeldes…".
Un israelita de aquel tiempo entendía estas palabras de "os haré pasar bajo la vara", de la misma forma en la que hoy entenderíamos a una enfermera que salga de la consulta a la sala de espera y les diga a los pacientes allí aglomerados, "¡Hagan una sola fila, por favor!".
Pues Dios permite unos bretes, produciendo un beneficio en nosotros o el cumplimiento de un propósito en su plan. Él sabe cómo dejarnos solos, inmovilizados, en sus manos, y sin más remedio que dejarnos tratar.
Ahora bien, no solo lo menciona explícitamente, sino que podemos descubrir en muchos personajes este paso de desfiladero. Momentos en los que el quedaron solos, ante Dios, cara a cara, en gran prueba de aflicción, y con un beneficio para ellos fácilmente constatable; eso sí, después de pasar el brete.
Hallamos a Jacob en Peniel; a David cuando pasó por un desfiladero, el torrente Cedrón; Rut y Noemí, que sufrieron gran estrechez con hambre y viudez; Pablo: soledad, peligros a la derecha e izquierda, persecución; Ester tuvo su brete cuando tuvo que ir sola y sin ser llamada ante la presencia de Asuero; Job también pasó un largo y terrible desfiladero, con tanta soledad que no pudo disfrutar ni de amigos que lo consolaran… ¿Acaso no fueron sanados, marcados, confrontados? Job nunca más fue el mismo: se le reveló Dios cara a cara y después de aquel paso estrecho fue sacado a amplias y verdes praderas. Pablo recibió una inyección de gracia y murió todo orgullo o confianza en la carne.
¡Cuántas enseñanzas quedan aquí para estos tiempos y para los momentos de prueba que todos atravesamos!
A decir verdad, para muchos mortales la vida en la Tierra es un camino estrecho de principio a fin (¡tan dura es su existencia!). Y solo pueden consolarse con la idea del Cielo, "Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada" (Romanos 8:18).
¿Te encuentras en un paso estrecho hoy?
Querido lector, querida lectora, ¿te encuentras en un paso estrecho hoy? Este soliloquio es para ti. No dudes de que el pastor te cuida y sabe por dónde hacerte pasar. No es el brete del prisionero, es el brete de la vacuna.
Aliéntese tu corazón con esta promesa: el desfiladero de los cristianos no es vano sufrimiento. ¡Él te toma en cuenta, personalmente e individualmente! Y ese brete de la soledad, de la escasez, de los temores, de la enfermedad, de la traición, del quebrantamiento... servirá para muchas cosas.
Quizás lo necesitamos para madurar y conocer mejor al Señor. O esta pandemia y contracción económica forma parte de un redireccionamiento, pues el Señor te va a decir, "a la derecha", y a otros, "a la izquierda". Quizás sea para marcarnos con fuego: que muera el amor a lo terrenal y seamos sellados con la marca de su presencia.
Él mismo nos va a mostrar las áreas que quiere sanar, o de qué males nos quiere vacunar. ¿Son tus temores lo que afloran? ¿Son problemas de temperamento? ¿Has descubierto la debilidad de tu matrimonio? ¿Te has acercado más a tus hijos para ver su realidad y comprender sus luchas? ¡Alaba al Señor! Este paso estrecho sirve para sanarnos y para hacernos mejores.
Si de algo somos despojados, materialmente, en relaciones, ministerialmente o en cualquier área, estemos tranquilos. El mismo que quitó nos añadirá después (Job 1:21).
Una visión de esperanza
Termino este soliloquio con una visión de esperanza.
Es un amplio camino, precioso, fácil de andar, cercado por árboles que guían y dan sombra. Ninguno, por torpe que sea, se va a extraviar si anda por ese camino (Isaías 35:8).
Después del brete llegará amplitud. Dios nos llevará a lugares amplios; a nuevas dimensiones de fe y de gracia; a un mayor cauce ministerial o laboral. Pero ahora, mientras tanto, sintamos los cuidados del Pastor más cerca que nunca; con nosotros en este desfiladero. Él se compadece de nosotros y nos comprende. ¡Vaya que si nos comprende! Porque Jesús también tuvo sus bretes o pasos estrechos, durante toda su vida y, especialmente, cuando fue al Getsemaní y de allí al Gólgota. Todo su desfiladero de aflicción, dolor y soledad fue por amor a ti y a mí. Para salvarnos y asegurar nuestra entrada a los prados del reino de Dios.
Por eso, Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, nacido de una virgen, que murió por ti en un camino tan estrecho que ni siquiera su Padre pudo quedar a su lado; y que resucitó, vive y tiene todo poder y todo amor; Jesús te comprende y te socorre. Él ha prometido estar a tu lado siempre, sostenerte cuando tu fuerza falle y sacarte del desfiladero a una victoria sin fin. ¡Ánimo!
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Soliloquios - Del brete a la amplitud