"Nuestras voces tienen poder", dice en su cuenta de Instagram Allyson Felix. Porque la conocida atleta californiana, seis veces campeona olímpica y doce del mundo ha conseguido que todo un gigante de la industria deportiva como Nike cambie su política respecto a la maternidad.

La firma estadounidense pretendía reducir los emolumentos que le paga en un 70% tras dar a luz el pasado noviembre de forma prematura a una niña, Camryn.

"Quería establecer un nuevo estándar. Si yo, una de las atletas más comercializadas por Nike, no puedo garantizar la protección en este tema, ¿quién podría?. Nike declinó mi solicitud". Dicha solicitud consistía en recibir una garantía por contrato de que no sería castigada económicamente si su rendimiento bajaba en los meses posteriores al parto. Nike no aceptó y rompió el compromiso con Felix.

Eso fue en mayo de 2019. Y este pasado viernes una carta firmada por John Slusher, vicepresidente de márketing global de la marca, asegura que "si una atleta queda embarazada, Nike no volverá a aplicar ninguna reducción relacionada con el rendimiento en los 18 meses posteriores".

Una medida que tendrá efecto inmediato. Felix, que ahora está equipada por Athleta, lo celebra. Ha dejado un legado para las que vengan detrás.

"Mi éxito no es mío, es del Señor"

En 2008, en California hablaba en un encuentro de la Sunrise Church (Iglesia del Amanecer), diciendo: "Crecí en la escuela dominical y enseguida comprendí que era una pecadora y que sólo Jesucristo podía salvarme. Crecí y creció en mí la fe. Mi éxito no es mío, es un don del Señor".

Y no ha cambiado en estos años. Su padre Paul Felix, pastor evangélico, afirma que está orgulloso de su hija no porque haya triunfado en el atletismo, sino por su relación con el Señor, y que sin eso, sus medallas no valdrían nada.