Fue tragado por una ballena haciendo kayak en la costa de Chile
Salió ileso del incidente, y la experiencia se ha vuelto viral gracias al vídeo que le grabó su padre. Todos se acuerdan de la historia de Jonás.
ABC, The Guardian · 16 DE FEBRERO DE 2025 · 10:00

Después de dos horas de tranquilo Kayak frente a las costas de la Patagonia chilena, en el mar del Estrecho de Magallanes, Adrián Simancas se vio sorprendido por un encuentro que no esperaba: una enorme ballena jorobada emergió a su lado y lo arrastró hacia lo profundo. “Vi colores azul oscuro y blanco antes de sentir una textura viscosa rozando mi rostro”, explicó el joven de 24 años a 'The Guardian'. “Cerré los ojos para prepararme para el impacto, pero fue suave, como si me hubiera golpeado una ola”.
Contuvo la respiración “cuando su boca se cerró a mi alrededor y me arrastró hacia abajo, me sentí como si estuviera en un remolino, tumbado y dando vueltas”, prosigue.
La experiencia se ha vuelto viral gracias al vídeo que le grabó su padre, y apenas menos de un minuto: el chaleco salvavidas lo sacó de nuevo a la superficie. Adrián estaba ileso, aunque conmocionado.
Simancas, que lleva practicando kayak un año, dice que la experiencia le ha dejado un respeto más profundo por la naturaleza y que en el futuro tomará precauciones de seguridad aún mayores. “Me sentí bendecido por una segunda oportunidad (en mi vida) de revisar los errores que me llevaron a estar allí, no solo en la expedición, sino en la vida misma», dice, aunque asegura que dejará este deporte «hasta el año que viene”.
¿Pudo haber muerto?
Adrián declaró que “Si me hubiera comido, habría muerto. No había nada que pudiera hacer al respecto”. Sin embargo, los expertos aclaran que en ningún momento el joven tuvo riesgo de morir por haber sido tragado. “Las ballenas jorobadas tienen un esófago pequeño y se alimentan de presas pequeñas (peces pequeños, krill), por lo que no podrían 'devorar' o 'tragarse' a un humano”, explica María José Pérez Álvarez, bióloga marina de la Universidad de Chile y del Instituto Base Milenio. Agregó que las ballenas jorobadas no tienen dientes, sino placas similares a cepillos que utilizan para atrapar y filtrar a sus presas. «Tampoco podría haberlo mordido», afirmó.
Sin embargo, el enorme peso de la ballena cercano a las 40 toneladas, sí que podría haberle provocado lesiones fatales, por lo que Pérez Álvarez advierte que hay que evitar a toda costa la interacción entre humanos y ballenas: “Una ballena jorobada mide unos 18 metros de largo. Le podría haber dado un golpe fuerte con alguna parte del cuerpo, aunque fuera sin querer, y la persona podría haber resultado herida”.
El "caso Jonás"
Inevitablemente muchos usuarios han comentado que es un caso similar al de Jonás. Aunque evidentemente es imposible no encontrar similitudes, existen también enormes diferencias.
Jonás no pudo ser tragado por una ballena: la Biblia relata que Jonás fue tragado por “un gran pez”. Es importante recordar que es imposible que una ballena común se coma a un ser humano completo, ya que el tamaño de la garganta de estos mamíferos es muy estrecha, solo puede darse el gusto de devorar peces pequeños. National Geographic explicó que una ballena jorobada tiene una garganta del tamaño de un puño humano y logra extenderse 30 centímetros al tragar.
Hay una excepción. De las 90 especies de ballenas conocidas en la Tierra, los cachalotes son la única cuyas gargantas son lo bastante grandes para, teóricamente, poder tragarse a un ser humano.
Al respecto, el historiador y erudito César Vidal explica que la interpretación que se ha dado a este pasaje ha sido diversa. Algunos comentaristas católicos y no católicos apelan a que la historia de Jonás no es real sino que se trata de una alegoría (es decir, no hubo pez ni Jonás en su vientre, ni realidad alguna en lo relatado en la Biblia). Semejante interpretación, explica César Vidal, tiene el problema de que Jesús sí que dio la historia de Jonás como cierta, e incluso la mencionó como un tipo del tiempo que él mismo estaría sepultado antes de la resurrección (Mateo 12: 40).
Opina Vidal que hay otras dos interpretaciones que sí serían coincidentes con las palabras de Jesús. La primera es que Jonás sobrevivió dentro de un gran pez, algo que han citado paralelos históricos de marinos que sobrevivieron dentro de grandes peces cuyas historias se relataron en la prensa e incluso en publicaciones científicas. No se trata de casos habituales, pero sí parecidos.
Otra posibilidad, señala, es que Jonás muriera y el texto bíblico esté relatando un episodio de resurrección. De hecho, el propio Jonás señala que estuvo en el Seol, es decir, el ámbito de los muertos (Jonás 2: 2) y que Dios lo sacó de la sepultura (Jonás 2: 6). Desde luego, una interpretación de ese tipo encajaría con el paralelo realizado por Jesús. Sea como sea, lo cierto es que Dios concedió a Jonás tras esta experiencia la oportunidad de cumplir con su misión (Jonás 2: 10).
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