Cómo una granja de monos se convirtió en una granja de esperanza

The Monkey Farm (la Granja de los Monos) fue creada en playa Ocotal, Costa Rica, en 2012 por un pequeño grupo de cristianos. La intención de los fundadores era crear un centro sostenible de rescate de animales salvajes que fuera autosuficiente en todos los sentidos.

La granja tiene sus propias fuentes de agua, alimentos y energía. Además de ser un santuario para monos, también alberga cabras y caballos. Utiliza un sistema de hidroponía para criar peces y cultivar frutas y verduras. También cuenta con una colmena en el que las abejas producen miel medicinal de alta calidad.

La construcción y el desarrollo de la granja nunca fueron una excusa para que el personal descuidara la urgente necesidad de llegar a otras personas que no tienen relación con Cristo, en particular las que pasan hambre debido a su pobreza y las que han sucumbido a las adicciones.

Su alcance a los habitantes de los alrededores comenzó cuando empezaron a alimentar y ministrar a hombres y mujeres sin hogar. Su mensaje era claro. “Tu situación no es irremediable. Hay esperanza y vida en Jesucristo”.

Dos adictos sin hogar que acudían regularmente a buscar comida pidieron ayuda adicional para romper su ciclo de adicción. Fue durante una temporada de oración por estos hombres que el Señor llevó al personal a extender una invitación para invitarlos a venir a la granja a vivir, trabajar y ser discipulados.

La inclusión de esos dos primeros fue el inicio de La Granja de la Esperanza, donde los desamparados descubren que hay esperanza en Jesucristo. La misión de la Granja de la Esperanza no es sólo crear esperanza y sanidad, sino también formar discípulos de Jesús que, a su vez, busquen alcanzar y discipular a otros.

Los residentes también se convierten en peones y participan en las numerosas tareas diarias. Aprender a querer y cuidar a los animales ayuda a los residentes a superar su soledad. También les enseña a amar y cuidar a otros seres humanos.