¿Hacia una ONU que pervierte derechos humanos?

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU sesiona tres veces al año (en abril, junio y septiembre- octubre) coincidiendo su tercera sesión con la Asamblea General de la ONU, que se está celebrando en estos días.

Durante sus sesiones de trabajo prepara resoluciones que deben ser aprobadas por consenso entre los países que forman parte. En la actualidad 47 países: 13 de África; 13 de Asia Pacifico; 6 de Europa Oriental; 8 de América Latina y Caribe; y 7 de Europa Occidental y otros.

Y esta semana el Consejo de Derechos Humanos de la ONU pretende aprobar un resolutivo para otorgar como “derecho” el ejercicio de la sexualidad plena en niños, adolescentes y jóvenes, además de garantizar el derecho al aborto.

Colombia, Estonia y Nueva Zelanda, proponen: “garantizar la plena efectividad del derecho de toda persona, al disfrute del más alto nivel posible de salud física, mental, sexual y reproductiva”.

Lo que en términos llanos significa que nuestros niños y adolescentes puedan tener acceso al disfrute pleno de su sexualidad sin que haya ninguna limitación como la edad, la consanguineidad, la afectividad y por supuesto sin que medie el consentimiento de los padres.

De este modo, se promueve la hipersexualización de los niños, adolescentes y jóvenes; además de que podría manipularse para justificar abusos bajo el pretexto de un pretendido derecho sexual.

Por otro lado la resolución utiliza el enfoque de derechos humanos para “garantizar abortos seguros y confidenciales”. De este modo, se impulsa la legalización del aborto no como una medida de salud pública debidamente debatida, sino como una obligación de los Estados derivada de este enfoque desconociendo la soberanía de cada nación.

Se han venido instrumentando diversos esfuerzos para frenar la aprobación de esta iniciativa, especialmente por legisladores colombianos como el senador Mauricio Geraldo Hernández, organizaciones como el Consejo de Investigación Familiar (RFC por sus siglas en inglés); el Centro Global de Derechos Humanos (de nuestros queridos Neydi Casillas, Sebastián Hurff y Manuel Acosta) y por supuesto, la Unión Iberoamericana de Parlamentarios Cristianos, presidida por el diputado Álvaro Dastugue, entre muchos más.

Este fin de semana se llevará a cabo la sesión para tratar este proyecto de resolución y desde el Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia estamos pidiéndoles:

1. Que estemos en intercesión.

2.  Que enviemos mensajes a los embajadores de los países que toman parte en la Asamblea General de la ONU (Argentina, Bolivia, Colombia, Cuba, El Salvador, México y Uruguay), para que voten en contra.

3. Que hagamos público nuestro rechazo a los legisladores de nuestro país sobre el hecho de que se estén imponiendo agendas sin consultas previas a su ciudadanía, vulnerando la soberanía nacional.

¡Por el alma de América!