Colombia: el Estado contra los padres

Atacan a padres cristianos por manifestarse contra postura del gobierno para “garantizar la esterilización quirúrgica y afirmación de género de la ‘infancia trans”.

22 DE OCTUBRE DE 2024 · 08:00

Gustavo Petro,Gustavo Petro
Gustavo Petro

“Solo pueden construir el odio y la mentira para construir su política irracional”. Así es como empieza un post en X (antes Twitter) de Gustavo Petro, presidente de Colombia, para referirse a la manifestación realizada por un grupo de padres contra una circular emitida por la Superintendencia Nacional de Salud, que busca garantizar la esterilización quirúrgica y afirmación de género a la población que la misiva denomina: “infancias trans”.

La manifestación no fue algo masivo. Se trató de un plantón pacífico a las afueras de un conocido centro comercial en Bogotá. Tan pacífico fue que incluso se dio para una conversación abierta, el superintendente Luis Carlos Leal tuvo la oportunidad de escuchar a personajes de la política colombiana como Clara Lucía Sandoval, Emel Rojas o Diana Dago, además de a activistas como Jonathan Silva; quienes manifestaron en el evento su posición contraria a la circular, pero así no fue como las cuentas en X afines al gobierno nacional lo presentaron.

“Concejal, estar en la oposición está sacando lo peor de muchos, su agresividad es evidente, si usted tuviera alguna intención de sostener un diálogo con el @Supersalud simplemente buscaría los canales, no lo abordaría con una turba en un centro comercial”, así fue como, Carlos Carrillo, director de la UNGRD (Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres), se refirió al evento respondiendo a una publicación del concejal Andrés Barrios.

Los términos fueron bien escogidos: “sacando lo peor… agresividad… turba”. Las cuentas afines al gobierno presentaron la situación siguiendo esta misma narrativa cuando, realmente, consistió en el plantón pacífico de unos padres de familia expresando su inconformidad.

El presidente Gustavo Petro decidió dar un paso hacia adelante en el sentido en que ya habían avanzado sus copartidarios: “En mi opinión los abogados democráticos de Colombia deben denunciar a todas estas personas que con mentiras llenan de odio a ciudadanos y ciudadanas desprevenidos”, seguía su post. Su discurso avanzó hacia la idea de que quienes participaron del plantón estaban mintiendo y que esa supuesta mentira debía ser denunciada judicialmente.

¿Cuál era la mentira según el presidente? El mandatario se inventó que alguien está diciendo que su gobierno obliga a todos los niños a cambiar de sexo. Esa fue, de hecho, su acusación directa al concejal Andrés Barrios: “El delito del odio y la discriminación existen. Usted miente porque mi gobierno no obliga a nadie, ni menor ni mayor, a cambiarse de sexo. Esperamos su rectificación pública”.

Cualquiera que revise las alocuciones del representante, sus posts o sus intervenciones, sabrá con certeza que nunca dijo algo similar. Lo que sí han dicho todos estos políticos y los activistas es que no se puede permitir que un niño reciba tratamientos de esterilización quirúrgica o que sus miembros sean mutilados, más cuando los países que ya la experimentaron como Noruega, Finlandia, Suecia o Reino Unido, no solo se ha restringido, sino que en algunos casos se denuncia. ¿Cómo es que la legislación colombiana considera que un niño no es lo suficientemente maduro para conducir un vehículo, para consumir alcohol o para fumar un cigarrillo, pero sí le quiere permitir que tome la decisión de mutilarse o hacerse dependiente de tratamientos de hormonación?

Lo cierto es que todos estos representantes, cristianos, han tomado la decisión de demandar la circular emitida por la superintendencia y que también las iglesias salieran nuevamente a marchar el 19 de octubre contra la propuesta que, con mentiras, defiende este gobierno. Acaso sea precisamente ahora cuando las palabras de Jesús, hablando con los discípulos, deban resonar en nuestra consciencia: “El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí”.

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