Salmo 8: el líder de Dios no es un guerrero, sino un niño
Este cántico milenario logra una profundidad sorprendente a la luz de la Navidad y el plan de salvación en Jesús, ‘segundo Adán’.
21 DE DICIEMBRE DE 2025 · 08:00
Oh Señor, Soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu gloria sobre los cielos!
Con la alabanza que brota de los labios de los pequeñitos y de los niños de pecho has construido una fortaleza,para silenciar al enemigo y al vengativo.
Cuando contemplo tus cielos,obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí fijaste, me pregunto: «¿Qué es el hombre para que en él pienses? ¿Qué es el hijo del hombre para que lo tomes en cuenta?». Lo hiciste poco menor que los ángeles y lo coronaste de gloria y de honra.
Le diste dominio sobre la obra de tus manos; todo lo pusiste bajo sus pies: todas las ovejas, todos los bueyes, todos los animales del campo, las aves del cielo, los peces del mar y todo lo que surca los senderos del mar. Oh Señor, Soberano nuestro,¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra! (NVI)
Introducción
El Salmo 8 es un himno majestuoso que celebra la gloria de Dios manifestada en la Creación y, especialmente, en la dignidad otorgada al ser humano (el "primer Adán"). Sin embargo, este cántico milenario adquiere una profundidad sorprendente al ser interpretado bajo la luz de la Navidad y el plan de salvación en Jesucristo, el "segundo Adán".
Tomando como referencia la profunda reflexión del teólogo Edesio Sánchez-Cetina (“Y un niño los guiará”), exploraremos la "clave" o "pista" que el Salmo 8 introduce: el protagonismo del niño. Veremos cómo esta perspectiva bíblica no solo redefine el liderazgo en el Reino de Dios, sino que también nos invita a reevaluar nuestra forma de entender la fe y el ministerio infantil a través de métodos como Godly Play.
El protagonismo del niño en la Biblia: "Y un niño los guiará"
El teólogo Sánchez-Cetina señala un sesgo crucial en el Salmo 8:
“Con la alabanza que brota de los labios de los pequeñitos y de los niños de pecho has construido una fortaleza, para silenciar al enemigo y al vengativo.” (Salmo 8:2, NVI)
Esta afirmación es impactante. ¡Ya no son los adultos, los grandes y poderosos, los que tienen el liderazgo para enfrentar la maldad! ¡Son los niños! La primacía y la sujeción de lo creado bajo el ser humano, que sigue en el salmo, queda matizada por este nuevo enfoque: los niños son el modelo.
Jesús, el nuevo "Adán niño": la paradoja de Belén
“En el ‘nuevo proyecto de Dios’, el establecimiento de Su Reinado, el líder no es un guerrero adulto, sino un ‘niño pequeño". Para que se instaure este nuevo mundo, el adulto debe hacerse a un lado, con todas sus estructuras y esquemas preestablecidos.
El Mesías, el "nuevo Adán", no irrumpe en la historia como un adulto, sino como un niño, un bebé: Emmanuel, Dios con nosotros. Isaías 9:6-7 profetizó esta irrupción de poder envuelta en humildad:
“Porque nos ha nacido un niño, Dios nos ha dado un hijo, al cual se le ha concedido el poder de gobernar. Y le darán estos nombres: Admirable en sus planes, Dios invencible, Padre eterno, Príncipe de paz.” (DHH)
La primera Navidad celebró la llegada del Dios todopoderoso en la persona del Niño de Belén, acostado en un humilde pesebre y rodeado de pastores. Esta paradoja —el Mesías, el Salvador del mundo, como un niño envuelto en pañales— es una profunda declaración teológica. El evangelio de salvación comienza y se entiende desde la perspectiva infantil”.
Las sorpresas de Dios: asombro y juego
Sánchez-Cetina concluye su análisis bíblico preguntándose por qué Dios decide darle al niño el papel protagónico. La respuesta está en las cualidades propias de la infancia:
- Capacidad de asombro: Una mente abierta a lo inédito.
- Ausencia de ataduras: La libertad para aceptar al otro sin los "temores" raciales, sociales o morales del adulto.
- El juego: Es la herramienta a través de la cual los niños convierten esa realidad en una experiencia vital.
Desde esta óptica, el juego es un asunto "muy serio" y fundamental para entender el Reino. El sistema de valores que Jesús enseña nos arranca del mundo "serio y estructurado" de los adultos y nos coloca en el territorio de la confianza y la sencillez de los niños.
Conclusión y reflexión en tiempo de Navidad
En este tiempo de reflexión navideña, es oportuno meditar en Jesús como niño y, al mismo tiempo, estar atentos a lo que Dios quiere hacer hoy a través de los niños y de los que son como niños.
He observado en muchas iglesias que la programación para niños a menudo se limita a actividades superficiales (cantar, pintar, ver videos, seguir folletos). Sin embargo, la teología bíblica nos enseña que los niños tienen la capacidad de hacer verdadera teología, de dialogar profundamente con Dios y con Su historia.
Invitación: descubra el método Godly Play
Si el liderazgo infantil es la clave del Reinado de Dios, debemos ofrecer a los niños métodos que les permitan introducirse completamente en las historias bíblicas, y no solo escucharlas pasivamente.
Godly Play es una metodología utilizada en muchos países que ha demostrado ser un poderoso disparador. Este enfoque busca que los niños se introduzcan y se apropien de las historias sagradas a través de la presentación narrativa y el asombro. Es una forma de "jugar junto a Dios", honrando la capacidad de asombro y la seriedad del juego que el teólogo Sánchez-Cetina destaca.
Le invito cordialmente a explorar más sobre esta valiosa herramienta para el ministerio infantil, donde los niños son vistos como teólogos capaces y no solo como receptores pasivos.
Puede encontrar más información sobre este método en mi blog: Godly Play: Jugar junto a Dios.
Bendiciones y ¡Feliz Navidad!
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Pytheos - Salmo 8: el líder de Dios no es un guerrero, sino un niño