El único a quien mirar

Antes de ir a Jesús en la tumba, reflexionemos sobre Jesús en la cruz, y las implicaciones para la vida cotidiana.

24 DE AGOSTO DE 2025 · 08:00

Charl Vera, Pixabay (IA generated),Jesús cruz, crucifixión Jesús
Charl Vera, Pixabay (IA generated)

Así que miren a mí y sean salvos, todos ustedes, sin importar quiénes sean o dónde estén. ¡Yo soy el Eterno, el único Dios que existe!» (Isaías 45. 22)

Un saludo a todos los lectores. Al llegar a estos textos de Jesús en la cruz, podemos fijarnos en el énfasis de mirar a Jesús:

  • Pero yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo”. (Jn 12. 32 NVI).
  • Todo está cumplido” (Jn 19.31 NVI). 
  • Mirarán al que han traspasado” (Jn 19. 37 NVI).
  • Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. (He. 12. 2 NVI).

Antes de avanzar hacia el tema de Jesús en la tumba, pienso que es bueno reflexionar en este tema de Jesús colgado en la cruz, y las implicaciones que tiene esto en nuestra vida cotidiana.

Me gusta ver en algunas iglesias la cruz arriba en el techo, en el lugar más alto. Otras iglesias tienen la cruz detrás del púlpito, o en el mismo púlpito. Es un lindo símbolo de identidad referente a lo que estamos predicando.

Por otro lado, me causa sumo disgusto cuando al frente de la iglesia aparecen banderas de algún país o el logotipo de alguna denominación. Es casi evidente que allí no habrá una presentación de solo Jesús, y únicamente el evangelio.

  • He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto”. (Is. 52. 13 RVR1960)

No deberíamos poner ninguna otra cosa al mismo nivel que Jesús. Y esto no únicamente se trata de símbolos. Podríamos tener una iglesia sin siquiera un símbolo, todas las paredes absolutamente blancas, pero allí sería preocupante, escuchar cada reunión, cada domingo, un mismo discurso, sobre el peligro de utilizar algún símbolo, y vez tras vez acusaciones de que si usted tiene una ropa con un botón dorado, eso es un gravísimo pecado.

Lo que acabo de escribir es una especie de ironía. Pero pienso que sí deberíamos colocar una cruz en los templos, y también en nuestras casas, y que en nuestro diario vivir deberíamos colocar a Jesús arriba de todo, al levantarnos y durante todas las actividades del día.

En ese sentido, lo más preocupante para mi es pasar por iglesias donde la mayor parte del tiempo no se habla de Jesús ni de su evangelio, sino de cualquier otra cosa.

La expiación, el perdón de los pecados, gracias a la sangre de Jesús debiera pasar por nuestras mentes más frecuentemente.

Y los que predicamos escribiendo, no deberíamos gastar tanto tiempo en cuestiones intrascendentes. Y es únicamente así que nuestros textos seguirán siendo trascendentes.

A veces pienso mucho en la estructura del artículo que estoy escribiendo. A veces llego a las 600 palabras, y lo borro totalmente, ya que pienso que a nadie servirán mis plagueos y mis críticas hacia una persona o un grupo x. Porque el fin que me he propuesto, desde hace unos años, fue tener el mismo objetivo de Pablo:

  • “Cuando comencé a predicarles con mis escritos, redactando el testimonio de Dios, no lo hice con un espíritu de superioridad ni con palabras de grandeza o elocuencia, pues nada me propuse saber entre ustedes, excepto a Jesucristo, y a éste crucificado”. (Adaptación de 1 Co. 2. 1-2)

Y esto no estoy escribiendo con el fin de “mandarme la parte” de cuán Cristocéntrico soy. Revisando mis escritos (los 299 anteriores), encuentro que hay errores de todo tipo. Hay errores de redacción, errores de ortografía, pueden que existan varios errores doctrinales, e incluso en algunos, me las pasé escupiendo sobre otros grupos que no ponen a Jesucristo como centro (y a esas cosas, pienso que yo debiera dedicar el mínimo tiempo posible, y dedicar más tiempo a cosas que valen la pena).

De todas maneras allí están, 299 artículos (*), 6 años, para mí esto es una gran escuela. Y seguimos hacia adelante. Espero que tengamos otros 6 años por delante o más. La idea es seguir con todo el Nuevo Testamento. Estoy pensando en llevar algún comentario en Papel o PDF, veremos.

Muchas gracias al Señor y a Evangélico Digital por esta gran oportunidad de poner por escrito algunas de mis ideas.

Bendiciones y ¡Hasta la próxima

 

(*) Nota de la Redacción: Este es el artículo 300 que escribe Wolfgang Streich en este medio. Estamos sumamente agradecidos a su apoyo, calidad espiritual en sus contenidos que señalan al Evangelio y a Jesús de una manera fresca y novedosa. Y por supuesto a su generosa fidelidad. Es para esta redacción ya no solo un colaborador de valía, sino un amigo y hermano, natural y sencillo (en el mejor significado del término) que hemos podido conocer a través de sus escritos y los carteos mantenidos.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Pytheos - El único a quien mirar