Pilato, el interrogador interrogado
Juan 18.33-38a: segunda escena, la identidad del rey Jesús
08 DE JUNIO DE 2025 · 08:00

Pilato volvió al palacio y mandó llamar a Jesús. Le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?»
Jesús le respondió: «¿Dices esto por tu cuenta, o te lo han dicho otros de mí?»
Pilato dijo: «¿Acaso tengo aspecto de judío? Tu pueblo y tus sumos sacerdotes te entregaron a mí. ¿Qué hiciste?»
—Mi reino —dijo Jesús— no consiste en el mundo que ves a tu alrededor. Si así fuera, mis seguidores lucharían para que no me entregaran a los judíos. Pero yo no soy ese tipo de rey, no soy el tipo de rey de este mundo.
Entonces Pilato le preguntó: «Entonces, ¿Así que eres un rey?»
Jesús respondió: «Eso lo dices tú. Porque soy Rey, nací y vine al mundo para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que está del lado de la verdad, todo aquel que siente algo por ella, reconoce mi voz».
Pilato dijo: “¿Qué es la verdad?” (MSG)
Evidentemente hay un cambio de escena. Pilato lo lleva a Jesús adentro del palacio, para tener una conversación a solas. Él no era un tonto, y seguramente conocía algo de la hipocresía de los líderes judíos. Conocía la acusación concreta, sobre que este hombre era un guerrillero, que se hacía pasar por “rey de los judíos”.
Durante su ministerio vimos a Jesús rechazar la corona real en dos oportunidades concretas, una en Juan 6. 15 luego de la multiplicación de los panes, y otra en 12. 13 en la entrada triunfal a Jerusalén.
Claro, no existían cámaras de vigilancia, ni celulares como para presentar alguna prueba, así que era bien sencillo para estos líderes distorsionar la verdad para su conveniencia.
Entonces Pilato decide tener una conversación a solas con Jesús, cara a cara.
Slade*, el autor que usamos como referencia dice en la pág. 351, que en la escena ocurre una paradoja:
“... Si bien es cierto que Pilato interrogaba a Jesús, en un sentido mucho más profundo Jesús estaba interrogando a Pilato. En la visión irónica que Juan tiene de este proceso legal, el supuesto juez se encontraba en el banquillo de los acusados, mientras el acusado era el juez verdadero”.
¿Eres rey? dice Pilato, y Jesús responde con una interrogación directa, compuesta, y compleja… ya que requería de un análisis personal sobre sus posturas y motivaciones, y requería algo más que un sí o no.
La pregunta interpela a cualquier tipo de autoridad que está en un proceso legal. Y tal vez es una buena pregunta para cualquier apologeta, que está tratando de defender alguna cuestión doctrinal… ¿Es lo que piensas tú o es lo que otros dijeron o pensaron?
El tema no era simplemente la fuente de información, sinó que era un llamado a tomar una posición propia… No creo que en este tema Pilato haya tenido una postura propia… Él lo único que quería era que termine esa “maldita” Pascua, para irse de nuevo a su palacio de Cesarea Marítima.
Mi reino no es de este mundo (v. 36)
Una vez que Jesús acepta el tema de la acusación de “ser rey”, deja bien en claro que su reino no tenía nada que ver con una cuestión de imperios terrestres, ni de límites territoriales.
Pero esto no se refiere a que él no tenía ningún tipo de relación con “este mundo”, y de que los cristianos tenemos que vivir “fuera del mundo” y listos para “escapar de este mundo”.
Recordemos el capítulo 17, donde Jesús ora por sus discípulos y pide “no los quites del mundo”. Jesús oró al Padre, que nos libere del mal, y de la maldad que hay en este mundo.
Y en Romanos 1. 18 (NVI) dice: “En verdad, la ira de Dios viene revelándose desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad”.
El reino de Jesucristo, tiene que ver no con los poderes de este mundo, ya que los poderes de este mundo siempre se opusieron, se oponen y se opondrán a la verdad.
No se trata aquí de un “reino extraterrestre”, vs. “los reinos humanos”. Se trata de la verdad vs. los poderes del mal, poderes injustos, que obstruyen la verdad.
Y dice Slade en la pág. 353:
“En términos más sencillos, la diferencia entre el reino de Jesús y los reinos “de este mundo” es la diferencia entre la verdad y el poder.’“Si lo fuera, mis propios guardias pelearían’ (dijo Jesús). La base de los reinos “de este mundo” es el poder, y sobre todo, el poder físico o militar. Se puede reconocer un reino “de este mundo” porque tiene guerreros para defender, conquistar, oprimir y ordenar. Toda estructura de poder tiene que basarse, en última instancia, en la fuerza física”.
El rey Jesús es pacifista
Todos saben que soy anabautista, tal vez una especie de neo-anabautista, pero en fín, nuestra creencia fundamental, luego de Jesús como centro de toda enseñanza, es el pacifismo. Y Jesús deja bien en claro en el texto de hoy que su reino es un reino pacifista, que no se basa en la fuerza, ni en la violencia, ni en ninguna estructura que quiera imponer a las personas alguna cuestión.
Y Slade dice que “para mantener una estructura de poder no hay otro camino que usar la fuerza y, tarde o temprano, ocultar o distorsionar la verdad”.
Aquí Jesús está expresando las bases del Pacifismo Radical, y todo cristianismo auténtico seguirá los valores del reino de Jesús. Lastimosamente el mundo cristiano está lleno de estructuras y de líderes violentos, y a causa de ello, encontramos millones y millones de cristianos llenos de violencia, que incluso matarían a miles, para “defender su propia estructura”.
Y el texto termina con una reflexión para Pilato, y para cualquiera que esté leyendo este texto:
“Todo aquel que está del lado de la verdad, todo aquel que siente algo por ella, reconoce mi voz”… Pilato dijo: “¿Qué es la verdad?”
Y para tí ¿Qué es la verdad?
Bendiciones y ¡hasta la próxima!
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(*) Stan Slade. Comentario Bíblico Iberoamericano. Evangelio de Juan. Ediciones Kairós.
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