De la tristeza y la amargura al gozo y la alegría (Jn 16.16-24)

El texto, además de dar esperanza, es un pasaje profundamente escatológico.

    09 DE MARZO DE 2025 · 08:00

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    Sigmund, Unsplash

    En algunas ocasiones suelo colocar en el artículo el texto bíblico. Pienso que en este caso sería bueno que usted tome su biblia, lea el texto un par de veces y luego indique las palabras relacionadas con la comunicación.

    Por ejemplo:

    • v. 16: Metáfora: No ver - Volver a ver
    • v. 17: Comentaban entre ellos (los discípulos), se preguntaban unos a otros.
    • v. 18: Eran insistentes con sus preguntas (entre ellos).
    • v. 19: Jesús se da cuenta de la confusión de los discípulos y les habla. Jesús vuelve a repetir las mismas preguntas que se estaban realizando los discípulos.
    • v. 20-21: Jesús explica.
    • v. 22: Jesús refuerza la explicación
    • v. 23: Ya no preguntarán nada.
    • v. 24: Pedirán y recibirán.

    El tema central de lo que Jesús quería decirles era: “Ánimo muchachos, su sufrimiento está limitado, y se convertirá en la más profunda alegría”

    Esta experiencia, me hace pensar en un texto de Apocalipsis 10 donde en una visión una voz del cielo le dice a Juan:

    «Acércate al ángel que está de pie sobre el mar y sobre la tierra y toma el rollo que tiene abierto en la mano». Me acerqué al ángel y le pedí que me diera el rollo. Él me dijo: «Tómalo y cómetelo. Te amargará las entrañas, pero en la boca te sabrá dulce como la miel». (v. 8 y 9).

    Los ejemplos tienen que ver con una experiencia muy humana, luego de la tormenta, sale el sol; luego de la amargura viene la alegría. Luego de la tristeza y la depresión, viene la felicidad. Todos hemos experimentado esto, de alguna forma, algunos con una mayor intensidad.

    Y el texto no apunta a la segunda venida de Jesucristo, sino a una realidad inmediata que estaba por ocurrir, su muerte y su posterior resurrección.

    Hay un acertijo entre medio de las palabras de Jesús, que yo entiendo de la siguiente manera: Luego que Jesús resucitó, lo hizo con un cuerpo glorificado. La experiencia de los discípulos al volver a ver a Jesús tendría que ver no con los ojos físicos, sino el de ver con los ojos espirituales. Allí, ellos no solamente entenderían todo lo que Jesús dijo antes, sino que ese entendimiento espiritual traería un gozo espiritual indescriptible, un gozo que ellos nunca antes habían experimentado.

    Y Jesús utiliza otra metáfora muy humana, el dolor de la parturienta que está teniendo un hijo, con el gozo que viene luego del proceso de parto.

    También Jesús cierra la idea, señalando que luego de la inseguridad, del miedo, de la tristeza, vendrá una paz tan grande, una tranquilidad indescriptible, sabiendo que para Dios no hay nada imposible; y que basados en el gozo de haber experimentado al Señor Jesús resucitado, los discípulos y nosotros hoy podemos ingresar con toda confianza ante la presencia del Padre, a pedir lo que queramos.

    Luego de experimentar a Jesús resucitado, posiblemente no pediremos cualquier tontería egoístamente. Pediremos poder tener la fortaleza para compartir a todo el mundo a Jesús resucitado.

    El texto, además de dar esperanza, es un pasaje profundamente escatológico. Cuando Jesús dice “ese día” (v. 23), está hablando de un cambio de tiempo, un cambio del Kairós, antes de esto, y luego de esto.

    Y qué extraordinario que nosotros estemos del otro lado de “ese día”. Puede que algo nos ponga triste, una química cerebral, u otra cosa. Pero la realidad del Cristo resucitado debiera poder aniquilar a la tristeza, y saber que ahora, para Dios no hay nada imposible.

    Y esta es una realidad espiritual, como también psicológica, que puede transformar nuestro mal humor, en danza y baile, y en gritos de júbilo y alegría.

    Hasta aquí, bendiciones y hasta la próxima.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Pytheos - De la tristeza y la amargura al gozo y la alegría (Jn 16.16-24)

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