Efesios 4.17-32 Lo viejo vs. lo nuevo

Pablo señala cosas pasadas que desaprender para “adoptar una forma de vida nueva”.

19 DE MARZO DE 2023 · 08:00

 Alan Bowman, Pexels,teléfono antiguo, smartphone
Alan Bowman, Pexels

En América Latina, en las iglesias, solemos estar luchando entre los defensores de “las sendas antiguas” y los de “solo lo nuevo aquí está permitido”.

Esto suele ocurrir por ejemplo con la música, pero también en otras áreas donde por ejemplo algunos pregonan el uso únicamente de la Reina Valera 1909 vs. los que se aferran a la NVI, o alguna otra versión "moderna".

Pero para mí no hay mucho problema en usar una u otra versión de la Biblia. Lo mismo suele ocurrir con modas de ropa, cortes de cabello, etc. etc. A veces las discusiones sobre estas cosas son realmente tontas, ya que finalmente todo se trata de gustos particulares, y "sobre gustos no hay nada escrito". 

Pero el texto de Pablo no se refiere a esto necesariamente.

Aquí Pablo señala cosas pasadas, que debemos desaprender (con respecto a nuestro carácter y conducta); y luego “adoptar una forma de vida completamente nueva: una vida modelada por Dios, una vida renovada desde adentro y que se refleja en nuestra conducta a medida que Dios reproduce fielmente su carácter en nosotros” (4. 22-24).

El ejemplo utilizado por Pablo, es el de cambiar de vestimenta; una vestimenta vieja por una completamente nueva.

Pero vayamos por el inicio: Alfred Neufeld en su comentario*, en las págs. 127 a la 130, señala siete males de la vieja cultura (4. 17-19).

Aquí el tema es la invitación a que el nuevo nacimiento se evidencie en la vida diaria:

 

Los males son:

  1. Andar en la vanidad de la mente (Pensamientos frívolos). (v. 17)
  2. Tener el entendimiento entenebrecido (No poder pensar con claridad). (v. 18)
  3. Ajenos a la vida que proviene Dios (Han perdido el contacto con Dios y con el gozo de la salvación) (v. 18)
  4. Dejarse gobernar por la ignorancia (Ignorancia intelectual, mental, emocional, experimental y relacional). (v. 18)
  5. La dureza del corazón fosilizado (Determinación a no escuchar la voz de Dios, a pesar que esta es audible y comprensible) (v. 18)
  6. Perder la sensibilidad y entregarse a la inmoralidad y la indecencia (Vivir acostumbrados a la desobediencia y al placer desenfrenado sin sentir la sensibilidad espiritual) (v. 19).
  7. No se sacian de cometer toda clase de actos indecentes (conductas hedonistas) (v. 19)

 

Pablo nos invita a cambiar estos males aprendiendo de Cristo (4. 20 - 21) (Neufeld, págs. 131–133)

  1. Ser cristiano significa “aprender a Cristo” No solo aprender de Cristo, sino caminar con Cristo, seguir a Cristo, ser discípulo de Cristo. Es mucho más que seguir a una religión (v. 20).
  2. Significa oír a Jesús; escucharle a él. En toda iglesia seguidora de Jesús debe haber espacios para escuchar a Jesús. Y escuchar es sinónimo de obedecer. Escuchar y hacer deben ir de la mano (v. 21).
  3. Significa ser enseñados, conforme a la verdad que está en Cristo (v. 21). Jesús no es un tema más. La verdad es una persona; y el aprendizaje de la verdad es el aprender de “una persona”. Y hasta la “didáctica cristiana” es “enseñanza en él”, “verdad en él”.

Aquí pasamos al cambio de ropa en el gimnasio espiritual (4. 22-24) (Neufeld págs. 133 – 135)

Aquí viene la figura del cambio de vestimenta.

Fase uno: Despojarse: “Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos” (v. 22)

Fase dos: Renovarse: “Ser renovados en la actitud de la mente” (v. 23). (cambios mentales y culturales; cambios de valores; una nueva perspectiva de la vida; nuevas metas y nuevas prioridades; un nuevo mapa mental; un cambio de corazón)

Fase tres: Vestirse: “y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad”. (v. 24). (una nueva creación; un nuevo principio; una transformación integral).

 

Por último, Neufeld (págs. 135 – 140), nos habla de una Reposición de valores, y aquí menciona 7 ámbitos en los cuales la fe cristiana produce cambio y reposición de valores:

  1. Relacionamientos honestos (v. 25) “Desechar la mentira y hablar la verdad con el prójimo”. Sabemos que hay diferentes clases de mentiras, pero todo está mal, incluso las famosas “mentiras piadosas”. Pablo es tajante al ordenar “hablar la verdad”.
  2. Autodominio en cuanto al enojo (v. 26) “Si se enojan, no pequen». No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol”. Pecados de ira surgen cuando las reacciones son violentamente destructivas, injustas y atentadoras contra la dignidad humana. También es pecado si un enfado comienza a anidarse en el corazón en el corazón humano, nutriendo una raíz de amargura y hostilidad… Nadie debe acostarse con un corazón enfurecido; ya que esto termina perjudicando a uno mismo, al prójimo y a la comunidad.
  3. No dar lugar (cabida) al diablo (v. 27). La palabra diablo significa el que crea desorden y confusión. Aquí es importante que los que visten nuevas vestiduras no busquen confundir y crear desorden en la iglesia o en cualquier otra parte. Solo Jesús pudo vencer al diablo; aquí la idea es que debemos impedir dar lugar a quién anda buscando escabullirse en algún lugar para descomponer la unidad.
  4. Laboriosidad en vez de hurto y haraganería (v. 28). “El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados”. Aquí hay un mandato a usar nuestras habilidades de manera productiva, aunque no de manera egoísta, sino generosa.
  5. Hablar para edificar (v. 29). “Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan”. Aquí esto es crucial en el tema de la comunicación. Pienso que esta debe ser una regla que cada creyente debe tener en mente, internalizada, la de promover con nuestras palabras lo bueno, lo que edifica, lo que construye. Aquí Neufeld señala construir “puentes de unión y reconciliación”. Recordemos que hemos sido puestos por la gracia de Dios para sanar, levantar, perdonar y animar. 
  6. “No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención” (v. 30). No debemos entristecer al Espíritu Santo. Es nuestro privilegio permitir que el Espíritu Santo dirija nuestros pensamientos, nuestros actos, y toda nuestra comunicación, en todo momento y lugar.
  7. Cambio cultural gracias al cambio de carácter (vs. 31-32). “Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo”.

Pienso que todo el pasaje es un rico manual de comunicación cristiana. Podríamos pasar horas redactando de cómo muchas veces nos agarra una añoranza por vestir nuestros vestidos comunicacionales viejos; esos que usábamos antes de conocer a Cristo.

Y suele pasar que de repente nos vemos sorprendidos al estar usando vestiduras viejas en medio de una reunión de la iglesia, o en el grupo hogareño, o en una ronda de tereré, o sea donde sea. Muchos dirán, no sé ni porqué lo dije; no sé ni porqué lo pensé…

Hace unas pocas semanas me puse a hablar mal de otras personas por WhatsApp; que locura…  Pero nunca es tarde para despojarnos de lo viejo; y empezar con Jesús una nueva comunicación.

Bendiciones y ¡hasta la próxima! 

 

*Alfred Neufeld (2006) Efesios: Iglesia Humana con propósitos Divinos. Instituto Bíblico Asunción – Universidad Evangélica del Paraguay

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