Ap. 22.16-17 El Espíritu y la novia dicen ¡Ven!

El texto es un cántico donde se unen las esperanzas del Antiguo Testamento (venida del Mesías, la raíz de David), y las esperanzas de la iglesia del Nuevo. 

    18 DE DICIEMBRE DE 2022 · 08:00

    Brittney Weng, Unsplash,novia
    Brittney Weng, Unsplash

    Desde hace más de 30 años atrás, una de mis canciones favoritas es ¡Vuelve! del grupo Peregrinos y Extranjeros.

    El texto de análisis comunicacionalmente expresa:

    1. Jesús habla, él envió a su ángel a dar testimonio a las iglesias.
    2. Jesús se presenta como la raíz de David.
    3. Jesús se presenta como la estrella de la mañana.
    4. El Espíritu y la novia dicen ¡Ven!
    5. El que escucha diga ¡Ven!
    6. El que tenga sed, venga.
    7. El que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.

    Esto realmente tiene una estructura poética y musical, y yo diría que es el clímax antes del final del libro de Apocalipsis.

    A este texto podríamos denominarlo como un maravilloso cántico de Adviento, o una doxología Adventista (no me refiero a navidad, ni tampoco a una denominación x).

    El texto es un cántico donde se unen las esperanzas del Antiguo Testamento (la venida del Mesías, la raíz de David (ver Isaías cap. 11); la estrella de la mañana (ver Números 24. 17-19 e Isaías 60. 1-3); y las esperanzas de la iglesia del Nuevo Testamento.

    Notablemente el Espíritu se une a este cántico. Aquí es bueno recordar todo el texto del apóstol Pablo de Romanos 8; especialmente los versículos 18 al 27, donde nos habla de la creación, de los hijos de Dios anhelando y esperando la maravillosa liberación, la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Aquí se nos insta a esperar con constancia (v. 25), y en este contexto notablemente los versos 26 y 27 dicen:

    Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios”.

     

    Realmente, muchas veces no sabemos qué pedir

    Solemos estar situados entre la tención entre el “ya, pero todavía no” del cual varios teólogos han escrito. Y en medio de todo lo que va pasando en la historia de la humanidad, está nuestra debilidad y nuestra incapacidad en todo lo que pensamos y hacemos. Es bueno que recordemos que mientras estemos de este lado de la vida, estamos bajo la influencia del pecado, que muchas veces distorsiona nuestros pensamientos.

    Aquí es importante dar lugar a la ayuda del Espíritu. Si bien, el texto de Juan de Patmos, nos indica a enfocarnos en la Venida de Cristo, también tenemos que tener en cuenta, que no sabemos pedir correctamente referente a las cosas más sencillas de nuestro caminar diario.

     

    Hagamos un paréntesis

    Pondré solo un ejemplo hoy (esto que escribo, es antes del 18 de diciembre), no sé si es correcto que ore pidiendo a Dios que Arnoldo Wiens gane o que pierda en las elecciones. Si bien estas son elecciones internas en Paraguay, se está definiendo aquí quiénes serán los candidatos de cada agrupación política; y lo que ocurrirá será muy importante para los próximos 5 años.

    No estoy seguro si es algo positivo o negativo que tengamos en Paraguay a un presidente evangélico menonita. Y ¿porqué afirmo esto? Existen en otros países muy buenas, como también muy malas experiencias referente a creyentes en el poder. Y personalmente no sé que pedir. Yo no votaré el 18 ya que soy periodista independiente, no afiliado a ningún partido político de mi país. Pero el 30 de abril de 2023, la votación por autoridades nacionales es obligatoria, y me encantaría que exista un candidato potable por quién votar.

    Me desvié un poco del tema de Apocalipsis, pero sí, en el todavía no, el Espíritu también nos puede ayudar, pidiendo, que sea quién sea que gane, el propósito de Dios se cumpla, y que cómo país, podamos tener 5 años de gracia y prosperidad (bueno, tampoco estoy muy seguro si estoy deseando lo correcto en esto) …

     

    Volviendo a nuestro texto

    El libro de Apocalipsis va llegando a su final, y enfoquémonos en el anhelo de la redención final de los hijos de Dios. Aunque el texto no está hablando de la forma de cómo ocurrirá la venida de Cristo, creo firmemente que será en gloria y majestad, para juzgar a vivos y muertos, y finalmente ocurrirá la glorificación de los justos y santos por fe.

    No debiéramos pensar en esto solamente en momentos de crisis, guerras o pestes. Cuánto deseo que pudiéramos enfocarnos más en este tema en nuestras predicaciones dominicales. Incluso, deberíamos pedir al Espíritu que nos ayude a enfocarnos en la promesa bienaventurada, cada día de nuestra vida; y porqué no, cada noche, al acostarnos a dormir; muchas de nuestras pesadillas desaparecerían completamente.

    Si bien para mi, Peña (el opositor a Wiens) resulta una pesadilla, pido hoy, que el Señor me ayude a transformar mi mente, mis deseos y mis peticiones.

     

    El que tenga sed, venga

    Aquí el texto me recuerda a Isaías cap. 55, uno de mis textos favoritos de la Biblia:

    “¡Vengan a las aguas todos los que tengan sed!... ¿Por qué gastan dinero en lo que no satisface?... Busquen al Señor mientras se deje encontrar, llámenlo mientras esté cercano… Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!... Ustedes saldrán con alegría y serán guiados en paz. A su paso, las montañas y las colinas prorrumpirán en gritos de júbilo y aplaudirán todos los árboles del bosque…”

    El texto nos habla de saciar nuestra sed espiritual, con Jesucristo. De esto hay muchos textos de la Biblia; recordemos a Jesús charlando junto al pozo de Jacob con la samaritana. Jesús constantemente nos recuerda que nada en este mundo podrá saciar nuestra sed fuera de él.

    Creo que el texto de Apocalipsis nos quiere ayudar a enfocarnos nuevamente en Jesús.

    En medio de la emoción de los partidos de fútbol del mundial, en medio de las elecciones políticas, en medio de sea lo que sea que esté ocurriendo (la noche está muy avanzada y ya se acerca el día), digamos nuevamente, vez tras ves, ¡Ven Señor Jesús!... Venga tu reino, sea hecha tu voluntad en la tierra como en el cielo…  Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Pytheos - Ap. 22.16-17 El Espíritu y la novia dicen ¡Ven!

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