Hechos 9: Jesús transforma vidas

Jesús llama a Saulo a una misión que se cumple en el resto del libro de Hechos. Dios llama y Dios envía.

14 DE NOVIEMBRE DE 2021 · 08:00

Mohi Syed, Pexels,luces colores
Mohi Syed, Pexels

El capítulo 9 de Hechos es quizá una de las series de relatos más conocidas de la vida de Saulo de Tarso.

Según Justo González “es un de los pasajes más dramáticos de la Escritura” (Hechos – Comentario Bíblico Iberoamericano, pág. 192)

Sí, aquí se marca una linea divisoria entre el antes y el después de uno de los principales autores del Nuevo Testamento. 13 libros, que tal vez en algún momento pasemos por estos capítulo por capítulo.

 

El viaje a Damasco (9.1-2)

Aquí en el capítulo 9 aparece “respirando amenazas de muerte contra los discípulos” planeó un ataque sorpresa para apresar a los cristianos de Damasco. Aquí aparecen los cristianos con el nombre de “El Camino”(vv. 1 y 2). ¿Qué tipo de comunicación indica “respirando amenazas de muerte?

Para pensar: ¿Qué tipo de comunicación tenía Saulo al “respirar” amenazas de muerte?

González señala que la historia de la conversión de Saulo se encuentra relatada 3 veces en Hechos: (9.1-19; 22. 4-16 y 26. 12-18)

En la lectura de estos textos vemos que Saulo era fariseo (23.6); educado bajo el famoso Gamaliel (22.3) y que era ciudadano romano de nacimiento (22.28).

Saulo había pedido en Jerusalén unas cartas de presentación para los jefes de las sinagogas en Damasco.

La ciudad antigua de Damasco ocupa una superficie de 135 hectáreas y estaba rodeada por una muralla romana,bien al noreste, a unos 300 kilómetros de Jerusalén. Era un viaje bastante largo. Según González Saulo viajaba con un grupo de Judíos; no con un ejército romano como muestran algunas películas.

 

El encuentro con Jesucristo (9.3-9)

Al acercarse a Damasco (9.3; 22.6; 26.13), a eso del mediodía, de repente le rodeó una gran luz, cayó en tierra y oyó la voz del Señor.

Es muy interesante la forma de comunicarse de Jesús. “Saulo, Saulo. ¿por qué me persigues?” En NVI dice en el cap. 26 “¿Qué sacas con darte cabezazos contra la pared?” o en RVR “Dura cosa te es dar coces contra el aguijón”

Saulo queda ciego y Jesús le indica ir a la ciudad de Damasco. Sus compañeros de viaje tienen que llevarle de la mano hasta Damasco. ¡Que contraste entre el Saulo saliendo de Jerusalén respirando odio y amenazas y el de Saulo entrado tomado de las manos por sus acompañantes! Estuvo ciego tres días, sin comer ni beber nada.

En el Antiguo Testamento aparece mayormente encuentros entre ángeles dando mensajes a algún ser humano. Sin querer ser dogmático, me parece que hubo algunas Teofanías donde el mismo Jesús antes de encarnarse aparece junto a los 3 hebreos en horno de fuego en Babilonia. Buscando podríamos encontrar en alguna otra historia. Pero el Señor no designó un ángel para comunicarse con Saulo, y él mismo tomó la iniciativa de comunicarse con el perseguidor.

 

La comunicación de Jesús con Ananias (9.10-19)

Jesús se comunica con Ananías. No es el Ananías del capítulo 5, que ya había muerto. Obviamente es otra persona con el nombre de Ananías.

Evidentemente Ananías conocía al Señor, ya que Jesús le habla y él responde “Aquí estoy Señor” (9.10)

Luego Jesús le da las indicaciones de ir junto a Saulo y lo que debería hacer (orar por él e imponer las manos para que recobre la vista) (9. 11-12)

En el versículo 13 vemos la reacción emocional y comunicativa de Ananías al escuchar que se trataba de Saulo de Tarso. Casi quiso salir corriendo para Tarsis, igual que Jonás. Y responde al Señor indicando el miedo, el temor, ante este terrible ser humano que venía a llevar presos a los cristianos de Damasco. Y expresa “¡Y ahora lo tenemos aquí!” Casi, que dijo, ¡no puedo entender! ¡Esto que me mandas hacer es una locura!…

El Señor con paciencia insiste “¡Ve! … porque ese hombre es mi instrumento escogido para dar a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo de Israel. Yo le mostraré cuánto tendrá que padecer por mi nombre! (9.15, 16).

Vemos a Ananías obedecer, orar por Saulo, y la recuperación de la vista y del ánimo de Saulo (9.17.19).

 

Una comunicación transformadora

¿Qué aprendemos sobre comunicación hasta aquí? Sin duda que este es un texto con mucha comunicación. Vemos en la narración que Dios se comunica de forma audible y comprensible, y si escuchamos atentamente su vos nuestras vidas pueden dar un giro de 180 grados. Vemos que Jesús habla con poder a Saulo y Saulo responde. Y vemos a Jesús hablar con Ananías y a pesar de su confusión no es como Jonás, que toma un barco y sale huyendo para Tarsis.

Es importante escuchar la voz de Jesús, a pesar de que lo que nos indica no parezca para nosotros tener ningún sentido, ninguna lógica.

El gran enemigo del cristianismo, el gran perseguidor, escucha la voz de Jesús y todo cambia. “El que parecía ser poderoso e implacable enemigo se levanta del suelo débil y ciego.. Pero la historia no termina allí. Dios tiene otros planes y le envía al renuente Ananías… Es una visión del poder transformador del Señor, que ha transformado y sigue transformando a quienes ya son discípulos, pero que bien pueden transformar también hasta a sus más encarnizados enemigos” (González, pág.. 200).

Algo importante que también vemos aquí es que podemos ver hasta a nuestros más peligrosos enemigos como posibles hermanos en Cristo (pág. 201). Nuestro deseo debe ser que aún nuestros perseguidores se conviertan.

“Cuando menos podría pensarse, este Saulo, el que iba respirando amenazas de muerte contra los discípulos se torna hermano de Ananías y de los mismos discípulos a quienes antes perseguía. De igual modo, ese incrédulo que ahora se burla de nosotros, ese ricachón que se da la buena vida mientras nuestro pueblo sufre, ese periodista que miente sobre nosotros porque se le paga para ello, y hasta ese sargento que tortura a alguno de nuestros hermanos, cualquiera de ellos, bien puede un día caer por tierra “camino a Damasco”. En tal caso, por más que nuestra inclinación natural, como la de Ananías, sea todo lo contrario, no nos quedará otra alternativa que llamarles “hermanos” y tratarles como tales” (González, pág. 202)

En toda esta comunicación de Jesús, podemos también definir esto como un “llamado”. Vemos a Jesús llamar a Saulo, con una misión que se cumple y completa durante el resto del libro de Hechos. Dios llama y Dios envía.

“El llamado que Dios nos hace hoy, aunque bien puede parecer insignificante (como “levántate y entra a la ciudad), puede ser el comienzo de una inesperada aventura de fe” (González, pág. 204)

 

El resto del capítulo 9

El resto del capítulo vemos los primeros años de convertido de Saulo y cómo todos los que le oían quedaban asombrados de su historia en Damasco. Ya allí hubo gente que quiso eliminarlo, y tuvo que escapar desde una ventana en el muro, bajado en un canasto. En Josué 2 vemos una historia donde los espías a Jericó escaparon bajando desde una ventana en el muro de la ciudad.

Vemos a Saulo entusiasmado en “su primer amor” contando en todas partes con detalles su testimonio. “Andaba por todas partes, hablando abiertamente en el nombre del Señor… Conversaba y discutía con todos” (9.28,29).

El resto del capítulo no tiene que ver con Saulo, sino con el milagro de sanación del paralítico Eneas (9.32-35). Esto ocurrió en Lida, y mucha gente se convirtió. Pedro fue quien en nombre de Jesús sanó al enfermo.

Y en Jope muere una mujer de muy buen testimonio (Tabita o Dorcas: Gacela); quién hacía vestidos y túnicas y Pedro ora y ella resucita.

No tengo mucho espacio para desarrollar los detalles de estos milagros, pero usted puede analizarlos, y pídale a Jesús que él transforme tu vida, que te comunique su llamado, y puedas ser de bendición para muchas personas.

Bendiciones y ¡hasta la próxima!

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Pytheos - Hechos 9: Jesús transforma vidas