El capítulo 3 del libro de Hechos de los Apóstoles inicia con un culto de oración, pero de pronto la acción del Espíritu Santo desvía la atención de todos hacia una reunión de alabanzas a Dios, y continúa con un discurso o predicación de Pedro muy interesante.

La comunicación del paralítico (3.1-11)

Eran como las tres de la tarde (3.1). Pedro y Juan van llegando al templo, y por donde iban a pasar estaba un paralítico de nacimiento pidiendo limosnas (3.2). Este es un dato relevante, ya que la mayor cantidad de gente que solía asistir al templo conocía a este hombre. No era alguien que se había torcido el tobillo, o que haya tenido un desgarro muscular. Era un paralítico, y nunca había caminado.

En los versículos 1 al 10 se relata la historia en detalles. El hombre pide una limosna a Pedro y Juan. Pedro le dice mirándolo fijamente y le indica: ¡Míranos!

Vemos una interacción comunicacional interesante: oír, ver, mirar. El hombre les miró atentamente esperando algo de dinero. Pero Pedro dice: “No tengo plata ni oro… Pero lo que tengo te doy… En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda! (3.4-6).

También el texto indica que lo toma de la mano derecha, y lo levanta (3.7).

Esto realmente resulta en una comunicación interactiva muy interesante. El texto es bien corto pero va al grano. El milagro es instantáneo. El hombre salta, camina, entra al templo saltando y alabando a Dios (3.8).

Y finaliza esta parte con la gente asombrada y admirada por lo que había ocurrido (3.9-11).

Tremendo discurso de Pedro (3. 12-26)

Solo para recordar, estamos utilizando como material de ayuda el Comentario Bíblico Iberoamericano de Hechos de los Apóstoles, escrito por Justo González.

1. El discurso de Pedro tiene el propósito de darle el crédito a Jesús, y no a Pedro o Juan, por el milagro que ha tenido lugar. Pedro les dice a los que le escucha que no deben mirar a ellos con los ojos fijos (atenizein) como si fueran ellos los que hubieran hecho andar al cojo. (pág.. 98).

2. Pedro indica que no deben fijar su mirada en ellos (Pedro y Juan) como si fuera que ellos tuvieran el poder o virtud para hacer caminar al paralítico (3.12)

3. En 3.13 al 15 Pedro se enfoca netamente en Jesucristo, el autor de la vida y Mesías de la promesa, rechazado, matado por los judíos y resucitado por Dios.

4. Pedro dice dos veces que el cojo ha sido sanado por fe en Jesús (3.16)

5. Un punto importante en el discurso es señalar la ignorancia de la gente respecto a Jesucristo (3.17)

6. Finalmente Pedro realiza un llamado al arrepentimiento con la promesa del perdón y tiempos de refrigerio (3.19)

7. Vemos que todo lo señalado sobre Jesucristo está basado en profecías y promesas del Antiguo Testamento (3.20-26)

8. El discurso culmina no solo con la promesa de perdón y bendición a los judíos, sino a todos los pueblos del mundo (3.25-26)

Los derechos de autor

Este capítulo tiene muchas cosas interesantes relacionadas a la comunicación. Recuerden siempre realizar un estudio inductivo haciendo preguntas al texto bíblico.

Creería que un aspecto central es la comunicación espontánea del paralítico. Ni siquiera pensó en el ¿qué dirán? Pareciera que con su actuar, más que llamar la atención hacia su persona, todo el mundo centró su mirada en Pedro y Juan.

Y allí llega el punto que más me gustó de este capítulo. Es la honradez y buen tino de Pedro y Juan de evitar enseguida que la gente pensara que ellos habían producido el milagro. Este punto hoy en día hay que volver a resaltar. No somos nosotros, no son los pastores, no son los profetas. No señores, no debemos mandarnos la parte cuando Dios produce un milagro (ver 3.12)

En el área editorial, cuando escribimos, hay algo que se llama “derecho de autor”. Las normas de ética indican que cualquier escritor o investigador serio, debería mencionar cuando está usando una idea o texto de otro autor. No siempre todos tenemos la capacidad de recordar exactamente el libro y página de donde proviene una idea. Pero hoy en día con Google es fácil buscar si lo que escribimos o decimos, lo ha dicho otra persona primero.

En mi caso personal, muchas veces opto por tener el paraguas abierto y digo, que “no hay nada nuevo debajo del sol”. Pero es bueno señalar siempre que podamos la fuente más cercana a la que recurrimos. Para eso también está el historial de la computadora, teniendo a mano cuáles fueron los últimos artículos a los que accedimos.

La comunicación requiere preparación constante

Algo para notar en este capítulo es que el discurso de Pedro pareciera estar mucho mejor preparado que el discurso del capítulo 2. Esto ha producido algún tipo de discusión sobre cuánto tiempo pasó entre los dos discursos, y también algunos indican que tal vez el texto sufrió algún tipo de edición en el proceso.

Yo personalmente creo que los dos discursos fueron predicados por Pedro y que no hubo mucho tiempo entre el capítulo 2 y el 3. De todas maneras, algunos puntos a tratar son los siguientes:

El primer discurso fue dirigido a mayormente extranjeros, posiblemente sin mucho conocimiento teológico. Fue también algo que ocurrió de golpe, de repente, luego de pasar solo 10 días de la ascensión de Jesús.

No se nos dice el tiempo transcurrido entre el capítulo 2 y 3. Lo único que dice el texto es “Un día….”

No importa tanto cuánto tiempo pasó, pero creo que pueden haber sido algunos días, o semanas, donde Pedro tuvo tiempo de orar, pensar, y tal vez haber leído algunos textos del Antiguo Testamento. Para mí está muy claro que el Espíritu Santo nos va guiando en la preparación de una predicación.

Según González se puede ver los títulos que Pedro usa para designar a Dios y Jesús que no los utilizó en la predicación del capítulo 2:

• Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob (3.13)

• Dios de nuestros antepasados (3.13)

• Autor de la vida (3.15)

• Hijo (3.13,26)

• Santo y Justo (3.14)

• Dios del pacto (3.15)

Finalmente, creo que todo el discurso de Pedro es un profundo llamado al arrepentimiento y la conversión. Tal vez estos textos son un llamado a nosotros los cristianos del siglo XXI, a dejar nuestra fanfarronería religiosa, dejar eso de estar creyéndonos mejor que los demás, y creernos privilegiados por tener una gran audiencia cada domingo… (hay algunos que incluso nos creemos grandes cosas por tener una pequeña audiencia cada domingo).

El llamado es a arrepentirnos y darnos media vuelta (conversión). Es bueno que realicemos una evaluación de nuestra comunicación. ¿Tenemos que mejorar? Claro que sí. La gente está harta de discursos y predicaciones sin ton ni son. Por sobre todo, demostremos humildad, dando a Dios la gloria, dando el derecho de autor cuando sabemos quién fue el que lo dijo, o que pensó primero. Y también, deberíamos dar lugar a los milagros. No nos haría mal algún milagro extraordinario en nuestros cultos, dando la gloria y el honor a quién reina por los siglos de los siglos.