Jonás, el comunicador cascarrabia de un Dios tierno

Hay una grave enfermedad que amenaza hoy a los cristianos: el ‘síndrome de Jonás’.

24 DE ENERO DE 2021 · 08:00

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Seguramente todos conocemos la historia de Jonás. No me detendré tanto en las discusiones sobre la ciudad a dónde quería huir, ni en la teología de los pescadores, ni tampoco en el tamaño de la ciudad de Nínive.

No se sabe con certeza la época de la narración. Sabemos que Israelitas (especialmente los de las tribus del norte) tenían tremendos conflictos con los Asirios. Eran acérrimos enemigos.

En medio de toda la trama, la tormenta, el sorteo, y la decisión del propio Jonás de ser tirado al mar, vemos a un Dios Todopoderoso, pero también lleno de ternura. Tuvo misericordia y se reveló a unos marinos paganos.

Tuvo misericordia y salvó al cascarrabia profeta Jonás con un submarino viviente.

Recuerdo aún los días en que desapareció el Ara San Juan y sus 44 tripulantes. Yo tengo dudas para subir a un avión hoy en el siglo XXI, y jamás me arriesgaría a meterme a un submarino.

Pero bueno, allí, en las profundidades Jonás ora, y el Señor lleno de ternura le responde. Jonás jamás podría ni siquiera imaginar que Jesús usaría su historia como una metáfora acerca de la tumba y la resurrección (Mt. 12. 38-45; Lc. 11. 24-32).

Alguien expresó de una manera brillante todo esto: “Hay una grave enfermedad que amenaza hoy a los cristianos: el «síndrome de Jonás», aquello que hace sentirse perfectos y limpios como recién salidos de la tintorería, al contrario de aquellos a quienes juzgamos pecadores y por lo tanto condenados a arreglárselas solos, sin nuestra ayuda. Jesús en cambio recuerda que para salvarnos es necesario seguir el «signo de Jonás», o sea, la misericordia y la ternura del Señor”

Aún después de experimentar de primera mano la comunicación misericordiosa de Dios, él no quería tener nada que ver con los Ninivitas. Dios dice a Jonás: “Pobre gente, no distinguen la derecha de la izquierda, son ignorantes, pecadores”.

El libro pareciera ser una especie de sátira contra la hipocresía, contra esta actitud de religiosidad perfecta que muchos cristianos tienen hoy en día. No quisiera hacer comparaciones, porque las comparaciones son odiosas. Pero tal vez existen muchos Jonás navegando por el Facebook o por el Twitter. ¿Cuándo terminaremos de entender las tremendas implicaciones comunicacionales del signo, de la señal de Jonás?

¿Cómo podemos contrastar la comunicación de los seguidores de Jonás, con la comunicación de los seguidores de Jesús?

Bueno, deberíamos leer tal vez la historia de Jonás en la versión MSG (The Message), que está en inglés y también en portugués. No entiendo aún por qué no está en español.

También les recomiendo una tremenda predicación, que tendrán ganas de escucharla una y otra vez, dada sobre el libro de Jonás por la hermana Gadea García, de la iglesia evangélica Burgos (IECUA) https://youtu.be/4OskaNy3q80

Finalmente vemos a toda Nínive ayunando, incluso los animales, al Señor perdonando. Al mismo tiempo vemos a Jonás refunfuñando y teniendo deseos de morir, porque el Señor fue bueno y misericordioso, lleno de ternura.

Podemos incluso señalar que Jonás fue uno de los mayores evangelistas del Antiguo Testamento, pero al mismo tiempo uno de los personajes más rencorosos y malhumorados de la Biblia. Tal vez únicamente podemos compararlo con los hermanos Boanerges qué pedían que caiga fuego del cielo sobre los samaritanos. 

Podríamos hacer una exégesis aún de la calabacera, el gusano y el viento oriental abrazador, pero no tenemos tiempo para eso.

Termino con el texto donde el Señor le dice a Jonás “Tú te compadeces de una planta que, sin ningún esfuerzo de tu parte, creció en una noche y en la otra pereció. Y de Nínive, una gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no distinguen su derecha de su izquierda, y tanto ganado, ¿no habría yo de compadecerme?” (4. 10-11)

Qué Dios tan lleno de ternura y misericordia, y nosotros mientras, maldiciendo a los políticos, maldiciendo a los chinos, maldiciendo a los palestinos, maldiciendo a nuestra suegra, a nuestros jefes de trabajo, o sea quién sea… ¡¡¡Qué contraste fenomenal!!!

¡Bendiciones y hasta la próxima semana!

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Pytheos - Jonás, el comunicador cascarrabia de un Dios tierno