El liderazgo que necesitamos
El líder, para muchos de nosotros, es un modelo identificado con la prosperidad, la elegancia, la personalidad atrayente y la moda.
29 DE OCTUBRE DE 2023 · 08:00

Estamos en una época de grandes cambios y los modelos tradicionales de liderazgo tienen también que cambiar si pretenden ser eficaces. Los fundamentos del liderazgo no varían mucho, no importa si se aplican en una iglesia, una empresa comercial, una expedición o un equipo de béisbol.
Toda gestión de liderazgo debe tener una meta y su eficacia habrá de medirse en función de los resultados previamente establecidos.
Los cristianos tenemos excelentes modelos de liderazgo. La Biblia contiene variados y numerosos ejemplos que aportan conocimientos a los principios y fundamentos del liderazgo eficaz; sin embargo, hay que admitir que, en gran medida, el estilo de liderazgo cristiano prevaleciente ha estado influido por un modelo personalista y carismático que pretende reflejar el éxito en la combinación de colores de una corbata, de un gabán a la moda y el porte de un maletín o un ordenador portátil.
Este perfil ha sido enfatizado en desmedro del líder comunitario, del obrero barrial, del pastor humilde que trabaja con el pueblo o de cualquier dirigente que hace acopio de voluntades para ejecutar labores de servicios poco publicitados.
El líder, para muchos de nosotros, es un modelo identificado con la prosperidad, la elegancia, la personalidad atrayente y la moda.
Sin embargo, Peter Drucker, uno de los más reputados investigadores del tema, sostiene que el auténtico liderazgo difiere de esta imagen que ha prevalecido tradicionalmente en nuestra cultura burguesa y mercantilista.
Drucker le resta importancia al concepto del “líder nato”. Dice que realmente pueden existir líderes natos, pero que son muy pocos para contar con ellos, También descarta el concepto de personalidad para el liderazgo. Él dice que los líderes eficientes no apoyan su trabajo en el carisma personal, más bien ni siquiera creen en esto, pues no hacen lo que quieren hacer, sino lo que deben.
“Líder es el que tiene seguidores. Algunos son pensadores, otros profetas. Ambos roles son importantes y malamente necesarios. Pero sin seguidores no pueden ser líderes. El liderazgo no es un rango, no es un privilegio, títulos o dinero. Es responsabilidad. La popularidad no es liderazgo, el resultado si lo es.”
Drucker dice que los líderes son visibles y por tanto establecen ejemplos. El liderazgo más que carisma personal es una forma para lograr resultados colectivos. El líder no nace, se hace. El liderazgo es algo que se aprende.
Pudiéramos estar o no estar de acuerdo con Drucker, lo que es innegable es que estamos en tiempo de grandes cambios y esto implica también transformación del modelo de liderazgo cristiano, yo diría que un retorno a lo que establecen las Escrituras.
Una de las cosas que debemos lograr es mayor sintonía entre la teoría y la práctica. Muchos investigadores sobre el tema entienden que la Biblia es una fuente para conocer esta área de la vida.
Jhon Haggi enfocando el tema, más específicamente en el plano cristiano, afirma que lo fundamental es tener una visión grandiosa. “La visión es lo fundamental y lo que apuntala a todo liderazgo, pues ella es la que permite preparar un programa de metas productivas. Sin programa de metas, no hay liderazgo eficaz”
Haggi sostiene que la visión se gesta en una vida centrada en Dios y llena del Espíritu Santo. Es hacer visible lo invisible y ver lo que no se ve como si fuese.
Sabe que los principios y fundamentos que ofrece la Biblia sobre el liderazgo son prácticos y dan excelentes resultados.
Sería provechoso para nosotros como cristianos estudiar y analizar con mayor profundidad la pertinencia del liderazgo para una época de cambios como la que nos ha tocado vivir.
El liderazgo cristiano, aunque técnicamente no difiere mucho de los modelos establecidos por los estudios de Administración, siempre tomará en cuenta el llamado de Dios, la vocación y el sentido de misión y compromiso de conformidad con la voluntad y dirección de nuestro Señor Jesucristo.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Para vivir la fe - El liderazgo que necesitamos