Elecciones dominicanas: dos candidatos atractivos para los evangélicos

Si el voto cristiano está bien orientado dos jóvenes deben ocupar sus respectivos curules en el Congreso Nacional a partir del 16 de agosto.

23 DE JUNIO DE 2020 · 17:00

Rafael Paz y Misael Guzmán,Rafael Paz, Misael Guzmán
Rafael Paz y Misael Guzmán

Los evangélicos hemos crecido de manera exponencial. Somos una fuerza ciudadana capaz de hacer muchísimas cosas, entre ellas influir de manera decisiva en los torneos electorales en los que se eligen las autoridades civiles que dirigen las más importantes posiciones públicas.

Vivimos en una democracia, como parte de este gran juego de ideas, acción, participación y representación, tenemos el compromiso y asumimos la responsabilidad de elegir a quienes nos representan. Cada día exhibimos mayor capacidad como grupo de presión social.

Hoy, sin lugar a dudas, los evangélicos somos una realidad política que está en capacidad de impactar de manera significativa en la composición de la estructura humana que tiene el mandato de dirigir el Estado.

La democracia es una forma de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la sociedad. En sentido estricto, la democracia es una forma de organización del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas mediante mecanismos de participación directa que confieren legitimidad a sus representantes.

En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.

Pero la forma privilegiada, el gran momento de la democracia es el que le da la oportunidad de elegir a las personas que habrán de dirigir el Estado y sus instituciones. Y este es el momento en que nos encontramos como país, y particularmente como evangélicos. El próximo 5 de julio vamos a elegir al presidente, al vicepresidente y a los miembros del Congreso Nacional, esto es a diputados y senadores.

Los evangélicos aspiramos orientar el voto hacia los valores que mejor nos representan, hacia los valores que nos garantizan una sociedad más estable, sana y lo más cercana posible al plan de Dios para la vida, que para mi particularmente está más allá de simplemente oponerse al aborto y al matrimonio gay.

La verdadera vida, la vida plena que Dios quiere para todo ser humano, incluye eso, pero es mucho más que eso. Pero de eso hablaremos en otro momento.

Como ya he dicho en otras ocasiones, la participación de los evangélicos en la política requiere reflexión. No se trata de participar simplemente porque somos muchos, aunque esto es motivador, se trata de participar porque sabemos qué queremos y qué podemos hacer cuando vamos a desempeñar una función pública.

En este sentido, creo que debe surgir, y parece que está surgiendo, una generación de evangélicos con la vocación, la preparación y el testimonio para participar en política. Y que bueno, que eso ha comenzado a suceder.

Me ha llamado la atención la candidatura a diputado por el Partido Reformista Social Cristiano de Misael Guzmán, el hijo de Jobino Guzmán, un hombre de probada sensibilidad humana, un cristiano profundamente apasionado y comprometido con la obra de Dios. Este joven, Misael Guzmán, aspira a ser diputado y cuenta con el voto evangélico. Él ha hecho todo lo que humanamente hay que hacer para lograrlo y también ha puesto en las manos de Dios y su pueblo sus aspiraciones.

Él solamente tiene un problema, el voto evangélico es indefinido e inconsistente, tanto, que yo he llegado a decir que el voto evangélico no existe. Pero yo creo que estamos madurando y la comunidad cristiana tiene la oportunidad de poner esa fuerza numérica en las manos del Señor y escoger con sabiduría y discernimiento esos candidatos que representan sus valores.

Yo creo que los evangélicos tienen una oportunidad de identificar sus representantes congresuales y darle su voto.

Ah, antes de que se me olvide, y para finalizar, la manera de detener a Faride no es atacándola, ya todos conocemos sus inclinaciones; la mejor manera de detenerla es votando por el capaz y competente, además de su formación cristiana, Rafael Paz, candidato a senador por el Partido de la Liberación Dominicana.

Claro, hay otros candidatos que participan por otros partidos y que merecen el voto evangélico, pero de manera clara, yo he identificado a Misael Guzmán y a Rafael Paz.

Si el voto cristiano tiene sus fuerzas bien orientadas estos dos jóvenes deben ocupar sus respectivos curules en el Congreso Nacional a partir del 16 de agosto del 2020.

Bendiciones para todos.

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