Sembrar lágrimas, cosechar gozo
Los más grandes cambios en la vida suelen pasar después de un gran dolor.
21 DE JUNIO DE 2022 · 08:00

Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación
(Mat. 5:4).
Llorar tiene sus beneficios.
Los más grandes cambios en la vida suelen pasar después de un gran dolor. Al escucharse el crack del corazón humano, no solo surge la mueca en el rostro; sino también deja salir lo mejor de nosotros.
Hay un tesoro en tu interior que es liberado al romperse la coraza de carne. Y es que Dios, por cuanto es bueno y desea que lleguemos a ser la mejor versión posible de nosotros mismos que podamos ser, trata con nosotros aun mediante aquellas experiencias que tratamos de evitar. Es especialista en sacar el bien aun del mal y la vida de la misma muerte. Por algo es que el símbolo de toda bendición humana es una cruz.
¿Duele? Significa que estás vivo, además de que sentir es un placer. Jamás pierdas la capacidad de sentir. La paradoja es que puedes sentirte feliz porque tienes un día miserable.
Dentro de tu ser existe un tesoro de vida que surge cuando el dolor aparece. En este caso, el dolor es como esas llaves viejas y feas de los baúles antiguos que guardan riquezas. La buena cocina combina los sabores, la música excelente usa diversos tonos, silencios, contrastes; y la felicidad también se alegra en el dolor.
Llorar es parte de la felicidad porque hay felicidad en el consuelo posterior.
¡Felices los que lloran, porque liberan su tensión! Libera tus cargas; no es fácil avanzar con una montaña al hombro. No pones ropa encima de la que usas día con día, sino que te despojas y te cambias; si sólo te cargas día a día sin saber soltar, el peso te aplastará, no podrás moverte. En esto la bienaventuranza de llorar delante de Dios es una bendición.
¡Felices los que lloran por arrepentimiento! No llores por la consecuencia, llora por la falta. Llora para cambiar y superarte. Llora por hacer lo que no corresponde a tu ser. Tienes la capacidad de sentir tristeza para enmendar el corazón y corregir rumbos, no lo hagas para deprimirte. ¿Por qué habrás de gastar tu energía en sufrir sin cambiar?
Es el dolor que te saca lágrimas, pero también, la suciedad del alma. Los corazones rotos, después de sanar, suelen tener las mejores sonrisas.
¡Felices los que lloran porque serán consolados!
- Es la felicidad del sobreviviente de cáncer.
- Es la alegría del libertado de la cárcel.
- Es el consuelo de quien vuelve a abrazar.
- Pero sobre todo, felices los que lloran ante Dios, porque salvarán su alma.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Palabra viva - Sembrar lágrimas, cosechar gozo