Recalculando el GPS de tu vida

“SÍGUEME! 21 días de ayuno con Jesús”. DÍA 16: REDIRECCIONANDO LA VIDA.

    22 DE ENERO DE 2019 · 11:00

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    Y estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió (Hechos 9:9)

    Devocional:

    Fue el más acérrimo perseguidor de la iglesia; y lo fue, porque pensaba que servía a Dios con cada cristiano menos. Mató fieles y arrastró a la cárcel a mujeres y niños. Saulo de Tarso estaba profundamente comprometido con su causa, la cual pensaba consistía en proteger la religión judía con sus fiestas, ceremonias, leyes y por supuesto, su templo, su precioso templo.

    Pero estaba equivocado.

    Camino a Damasco, mientras respiraba amenazas de muerte contra los discípulos, el Señor Jesús se le apareció personalmente para convencerle de su error. Nadie más podría lograrlo, ni el fiel Esteban lleno del Espíritu Santo y de sabiduría con prodigios y milagros, no, nadie podría. Pero Jesús lo amaba y quiso salvarlo.

    Ante el impacto de la visión de Cristo, Saulo quedó impresionado, en shock. Todas sus creencias y metas se desmoronaron. El propósito de su vida se volvió humo y quedó ciego físicamente ante la luz de la nueva vida delante de él. ¿Qué podía hacer?

    Lo primero que realizó este nuevo convertido en sus primeros tres días fue ayunar tres días, no solo de alimentos, sino también de agua. Su ayuno fue para redireccionar la vida y sirvió, pues más tarde se transformó en el inmortal apóstol Pablo.

    Inténtalo tú también: un ayuno para redireccionar la vida, volver a empezar, trazar de nuevo el rumbo.

    Aunque estés plenamente convencido de ir en la dirección correcta y posiblemente así es, ayuna para afinar tu camino. Como el recalculando del GPS, el ayuno permite enderezar los pasos, asegurar el camino. Le sirvió a Pablo y te servirá a ti también. El Dios que guió a Pablo, también te guía a ti.

    Ayuno y oración para ver bien el camino. Nada mejor para iniciar el viaje por el resto de tu vida.

     

    El propósito del ayuno en este día:

    Redireccionar el rumbo y propósito de nuestras vidas, afinar los pasos y tener claro el camino por el que debemos andar.

     

    Oramos:

    Padre, somos como niños que necesitamos ser llevados por tu mano. Te ofrecemos nuestro ayuno solicitándote dirección, guianza y ayuda en nuestro andar. En ti estamos seguros y confiados, pues nos acercamos amparados en el Nombre de nuestro Señor, tu Hijo Jesucristo. Amén.

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Palabra viva - Recalculando el GPS de tu vida

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