Orando para salvar nuestra ciudad

“SÍGUEME! 21 días de ayuno con Jesús”. Día 7: POR SALVAR LA CIUDAD.

    13 DE ENERO DE 2019 · 13:00

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    Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos. ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos? Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo (Jonás 3:5-10).

     

    Devocional

    Oyeron a Jonás, pero creyeron a Dios; creer al mensajero es creer a quien envió el mensaje. Entonces se arrepintieron y mostraron su dolor mediante ayuno.

    Era costumbre de la región ayunar por dolor vestidos de cilicio, una tela rasposa e incómoda a manera de saco. Sin distingo de edad ni de clase social, todos se arrepintieron y ayunaron; jamás serás lo suficientemente grande como para no necesitar humillarte ni lo suficientemente pequeño para no ser digno de la misericordia de Dios.

    Nunca menosprecies el poder de arrepentimiento con ayuno. Afligir el alma por la fe la salva. Clamemos porque el mensaje llegue a las autoridades de la ciudad y de la nación. Cuando el arrepentimiento llega a las autoridades, la sociedad cambia. Si el rey deja su trono al Rey y si se despoja de sí mismo para vestirse de Cristo, seguro salvará su ciudad.

    ¿Has tenido tanta hambre de Dios que te niegues comer algo más? La proclamación de ayuno por parte del rey de Nínive fue un acto desesperado, tanto de él como de los demás principales de la ciudad, por alcanzar misericordia y aplazar el juicio de Dios. Incluir a los animales en dicho ayuno muestra su radicalidad.

    ¡Ayunaron hasta de agua! Sé extremo. Todos tenemos animales que “matar de hambre”, por decirlo así. Una naturaleza maligna como bestias que debe ser acabada por inanición. Alcanza misericordia del cielo negando lo terrenal, aquello que es maligno y de tinieblas.

    Lo que oyes, lo que ves, lo que tus sentidos perciben, no debe alimentar la naturaleza caída, la inclinación a pecar. Vive por lo que sale de la boca de Dios, aliméntate de la Palabra.

    Es como si todo Nínive tuviera apariencia desoladora de ceniza y cilicio; como darle a Dios una vista de una ciudad ya destruida que no necesita más juicio. Ayunar, orar y convertirse siempre toca a Dios. Algunos ayunan y claman, pero no se convierten, de nada sirve esto. Si no cambias tu camino no esperes que cambie tu destino; las manos llenas no pueden recibir lo nuevo de Dios.

    Clama arrepentido; el clamor es el grito en alta voz. No tengas vergüenza de hacer oír tu voz al orar.

    “¿Quién sabe si Dios..?2 Un nínivita no está seguro de lo que la Biblia certifica. ¡Sí, Dios tendrá misericordia! Arrepentimiento y conversión por la fe libran de la ira de Dios (el juicio; si te juzgas antes de ser juzgado, te libras de la sentencia).

    Dios vio lo que eran y pensó destruirlos, pero luego vio lo que hicieron y cambió de idea. Somos seres de prácticas y de hábitos, lo que hacemos corresponde a lo que somos, así que si cambias lo que haces estarás cambiando lo que eres.

    Quien cambia lo que hace es un convertido. Entonces recibirás el bien y no el mal. Lo que Dios hace es maravilloso, pero lo que Dios no hace también puede ser maravilloso. Dios no les hizo mal.

     

    El propósito del ayuno en este día:

    Salvar la ciudad y traer la gracia de Dios sobre ella.

     

    Oramos:

    Dios bueno y misericordioso, considera esta ciudad para salvarla; perdona su pecado y traela a tu conocimiento. Por cada uno de sus habitantes murió tu Hijo, nuestro Salvador, ten misericordia!

    Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - Palabra viva - Orando para salvar nuestra ciudad

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