Libros recubiertos con piel humana

“La lectura hace al hombre completo; la conversación lo hace ágil, el escribir lo hace preciso”. –dijo Francis Bacon, escritor y filósofo. Sin duda, a la par de la rueda, y a mi parecer aun más allá, los libros son el mejor invento que puede existir.

Por algo el escritor Jorge Luis Borges dijo imaginarse el cielo como una infinita biblioteca. Y para el deleite de todos, hacer libros ha sido la tarea creativa de muchos a lo largo de los siglos. No me refiero sólo al arte mismo de escribir, sino a la hechura y composición física de los libros.

Específicamente, los materiales usados para tal efecto. Podríamos hablar de la vitela, piel de carnero teñida en morado en donde se escribía con letras doradas. Una obra majestuosa y al alcance exclusivo de los más ricos.

Pero en realidad, la noticia a comentar es la ingeniosa y tétrica envoltura de varios libros que posee la Universidad de Harvard. Su cubierta es de piel humana. Así como lo lee, piel humana. De acuerdo a Business Insider, en total existen tres manuscritos cuya composición incluye epidermis de personas.

El medio estadounidense añade que estos libros son muy viejos: uno procedente de España escrito en 1605, otro de medicina surgido en 1597 y otro de los años 1800 en el que se publicaron poemas. Business Insider afirma que el primer libro forrado con piel humana se entregó a Harvard en 1993.

Además de estos tres escritos, existe uno más que sí fue confirmado por la prestigiosa universidad, informa The New York Times.

Antes de comenzar a despertar sospechas o imaginar épocas oscuras de torturas y conjuros, conviene aclarar que en otros tiempos los familiares de algunos excéntricos acaudalados solicitaban recubrir libros con la piel de sus seres queridos, con el propósito de recordarlos. No sabemos si es el caso de los libros referidos, pero pudiera ser.

Esto provocó mi reflexión. Resulta que en el lenguaje tan rico en alegorías de las Sagradas Escrituras, se habla de los creyentes en términos de «nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres» (2 Cor. 3:2).

Cada ser humano es, por así decirlo, una historia contada por sí mismo y por todos aquellos que han influido en él. Desde los días de su infancia ha recibido las letras de todos los que influyeron en su formación.

En ocasiones se trataron de buenas paráfrasis, pero en otras podrían ser atentados gramaticales.

La vida es un libro escrito sobre piel humana que está en constante creación, a la vez que siendo leído por todos. Puede convertirse en un drama, una tragedia o incluso una comedia (espero no sea una novela ni un libro de horror), pero es una historia contada con letras vívidas.

Como los pactos místicos y antiguos, está siendo escrita en sangre. Si el libro de tu vida no comenzó como debiera ser o mejor dicho, como te hubiera gustado que comenzara, no necesariamente debe acabar mal; si estás leyendo las presentes líneas, todavía tienes tiempo de reescribir tu historia y concluirla con un final feliz.

Para esto, sabe que no existe mejor autor que aquel que fue llamado «el Verbo de Dios», la Palabra misma encarnada. Él es experto en hacer que lo que carece de sentido lo tenga y que aquello mal escrito sea borrado.

Los episodios vergonzosos pueden ser reemplazados o reencauzados hacia temas más gloriosos y terminar mejor que los cuentos de hadas.

Sin embargo, para que esto pueda ser una realidad para ti, es imperativo que le entregues la pluma de tu voluntad. No te preocupes, Jesús hará una obra de arte de ti.