No abuses de la comida rápida espiritual

La Biblia es extraordinaria, pero no todos la entienden. Esto no tiene que ver con la capacidad intelectual del lector, sino con la actitud con la cual se acerca, así como el discipulado necesario.

La misma Escritura cuenta la historia de un funcionario de la reina etíope Candace, que iba leyendo al profeta Isaías. Entonces Felipe, el evangelista, se acercó a él preguntándole si entendía lo que leía. El eunuco funcionario le respondió: ¿y cómo podré, si alguno no me enseñare?

Por eso es importante para tu salud espiritual “comer” la Palabra como “alimento saludable”.

Si comemos alimentos que no son saludables nuestro cuerpo reacciona negativamente a algunas cosas, le llamamos alergia, que puede deberse a sustancias comestibles (también a aromas, piquetes de insectos, telas, químicos, materiales y muchas cosas más). Es una reacción natural a lo que el cuerpo identifica como nocivo o peligroso.

Espiritualmente es semejante. Existe una reacción alérgica, por decirlo así, a lo que pone en peligro nuestra alma. Esta clase de alergia es una especie de falta de paz en la conciencia, remordimiento, incomodidad que nos hace sentir mal y malos.

También se nos ofrece la comida rápida. Hoy en día es un éxito en medio de una sociedad con prisa. Cuando se tiene poco tiempo para comer, en verdad se tiene poco tiempo.

Esto tiene sus ventajas, pero en ocasiones, también sus desventajas. Y una de ellas es no comer sanamente. Digo, darse el gusto de cuando en cuando es un placer permitido, pero vivir así diariamente es peligroso.

Pasa lo mismo con el alimento espiritual.

Puedes comer “comida rápida”, mensajes bíblicos preparados como en microondas, incluso por ti mismo en tu casa, pero vivir de esto diariamente pondrá en riesgo tu alma. Necesitas “comida casera”, alimento preparado en la Casa de Dios con el propósito es alimentar, proteger y desarrollar a Su familia.