Gantz, el general que lidera las encuestas y sueña con derrotar a Netanyahu

Tras la imposibilidad de Netanyahu de formar la coalición que pretendía y la convocatoria a nuevas elecciones, Gantz encuentra otra oportunidad de acceder al Gobierno

Aurora de Israel · TEL AVIV · 14 DE SEPTIEMBRE DE 2019 · 20:00

Benny Gantz en el Parlamento / Kneset,
Benny Gantz en el Parlamento / Kneset

Tras quedar a escasos votos de Benjamín Netanyahu en los comicios de abril, el general Benny Gantz llega mejor parado a la repetición de las elecciones, con buenas posibilidades de, al menos, integrar la coalición de gobierno.

“Somos los ganadores”, dijo Gantz aquel 9 de abril, poco después de que se publicarán los primeros resultados de una jornada electoral que, durante algunas horas, lo tuvo como vencedor.

1.125.881 fue la cantidad de votos que recibió Azul y Blanco (Kajol Labán), algo impensado algunos meses antes, cuando su partido no existía y él no era el líder de la oposición sino un ex jefe del Estado Mayor del Ejército sin experiencia política.

Aunque la diferencia con el Likud de Netanyahu fue de tan solo 15.000 votos, ínfima en un país de casi 9 millones de habitantes, Gantz no pudo ocultar su tristeza la mañana siguiente y prometió luchar por quienes lo apoyaron y buscaban “un camino diferente”.

Sin embargo, tras la imposibilidad de Netanyahu de formar la coalición de derecha que pretendía y la convocatoria de nuevas elecciones, que tendrán lugar este martes, Azul y Blanco se encontró ante una nueva oportunidad de acceder al Gobierno y luchar por sus votantes no desde la oposición sino desde el Ejecutivo.

Su primera campaña, previa a los comicios de abril, se había basado en una agenda de centro, con un foco importante en la seguridad y un discurso de unión y preservación de la democracia, según Gantz amenazada por la embestida de Netanyahu contra las instituciones, sus casos de corrupción y su perpetuación en el poder

Por otra parte, había mostrado un perfil progresista en cuestiones sociales, enfatizando la necesidad de invertir en salud y educación y centrarse más en los que menos tienen.

En esta segunda campaña, pareció haber entendido que el bloque de centro izquierda que pretendía encabezar era matemáticamente inviable y se fue inclinando hacia la derecha.

Esto quedó en evidencia cuando se mostró abierto a incorporar a los nacionalistas Ayelet Shaked y Naftalí Bennett a su hipotético gobierno y cuando firmó un acuerdo con Avigdor Lieberman, otro líder de extrema derecha, por el cual sus partidos compartirán un eventual excedente de votos.

Además, Gantz adoptó una retórica más dura contra Hamás en Gaza, advirtiendo de una posible operación de gran escala, y un discurso más derechista en relación a los asentamientos judíos en Judea y Samaria (Cisjordania), al mencionar que no evacuaría colonos y no descartar la anexión de ciertos territorios.

El aspecto más importante de su campaña para estas elecciones fue, sin embargo, su posicionamiento en relación a los partidos ultraortodoxos.

Tras un período de supuestas tensiones con el “número dos” de su lista, el ex periodista Yair Lapid, por la agresividad de su discurso contra los partidos más religiosos, Gantz optó por adoptar la misma línea y remarcar la importancia de que Israel tenga un gobierno laico.

De esta forma, no solo se distanció de dos potenciales socios de coalición como son los partidos ultraortodoxos, sino que se acercó aún más a la línea de Israel Nuestro Hogar (Israel Beitenu), liderado por Liberman y con la laicidad como principal bandera de campaña.

Este repentino cambio se dio junto con una mayor apertura a la posibilidad de formar un gobierno de unidad con Liberman y el Likud aunque, en principio, con la exigencia de que este no sea liderado por Netanyahu sino por otro candidato.

Más allá de representar la primera gran amenaza a la continuidad de Netanyahu, que según las encuestas no logrará formar la coalición de derecha que pretende, Gantz cuenta con características muy específicas y especialmente atractivas para el electorado, que en buena parte lo ve como un candidato apto para el cargo.

Sus padres, ella de origen húngaro y él rumano, no solo sobrevivieron el Holocausto, sino que también representan los valores del sionismo sobre el que fue fundado el Estado de Israel.

Al factor familiar, que incluye un matrimonio estable y cuatro hijos, se suman su buena apariencia y la calma, seriedad y aires de liderazgo que su vasta experiencia militar le aportaron en el imaginario colectivo.

En Israel, donde el Ejército es una de las instituciones más prestigiosas, una buena carrera militar puede catapultar a alguien a la cima.

Su último cargo fue el de jefe del Estado Mayor entre 2011 y 2015, período en el que encabezó dos operaciones de envergadura contra el grupo terrorista islámico Hamás en la Franja de Gaza.

Previamente, algunos de sus puestos más relevantes fueron como comandante de la división de Cisjordania en el comienzo de la Segunda Intifada, después de las fuerzas de infantería que lucharon contra el grupo terrorista chií Hezbollah en Líbano y, más tarde, como agregado militar israelí en Washington.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL - MUNDO - Gantz, el general que lidera las encuestas y sueña con derrotar a Netanyahu